Usted está aquí: martes 2 de octubre de 2007 Cultura Llama experto a reivindicar la tradición humanista de Cárdenas

Mario Ojeda glosa el contenido del libro iconográfico acerca del general que presentan hoy

Llama experto a reivindicar la tradición humanista de Cárdenas

La vigencia de su legado histórico contrasta con la actual ausencia de política exterior, deplora

Destaca entre “las grandes figuras de una época terrible del siglo XX”, indica el historiador

Mónica Mateos-Vega

Ampliar la imagen El general Cárdenas ante la cámara fotográfica, imagen incluida en el apartado Instantáneas del libro Lázaro Cárdenas: iconografía, coeditado por Turner y el gobierno de Michoacán El general Cárdenas ante la cámara fotográfica, imagen incluida en el apartado Instantáneas del libro Lázaro Cárdenas: iconografía, coeditado por Turner y el gobierno de Michoacán

Las grandes realizaciones de la gestión presidencial de Lázaro Cárdenas del Río, como la expropiación petrolera, el reparto agrario, la redención de los pueblos indígenas de México y su alianza con la clase obrera han opacado el protagonismo internacional que el país tuvo en esos años, “y que fue importantísimo, un legado vigente que contrasta con la actual ausencia de política exterior”, explica el historiador Mario Ojeda Revah.

El especialista es autor de uno de los dos ensayos que se incluyen en el libro Lázaro Cárdenas: iconografía, coeditado por Turner y el gobierno de Michoacán.

El otro texto que acompaña el volumen es de Adolfo Gilly, mientras que la investigación iconográfica estuvo a cargo de Miguel Angel Echegaray y Francisco Montellano.

Cárdenas en su ámbito familiar e íntimo, como presidente de la República, como ex mandatario comprometido con sus ideales y algunas escenas que lo “humanizan”, forma parte de este trabajo editorial que hoy se presenta en la Casa Lamm.

Cada imagen es acompañada por un pequeño texto, a veces sacado del propio diario personal del general.

De ahí proviene esta confesión, escrita el 16 de junio de 1911, cuando tenía 16 años: “Creo que para algo nací. Para algo he de ser. Vivo siempre fijo en la idea de que he de conquistar fama. ¿De qué modo? No lo sé. Soñaba una noche. Una noche borrascosa soñaba que andaba por montañas con una numerosa tropa libertando a la patria del yugo que la oprimía. ¿Acaso se realizará esto?”

Defensor de la soberanía nacional

Mario Ojeda Revah se dedica a analizar la dimensión internacional de Lázaro Cárdenas y algunos de sus colaboradores –como Narciso Bassols, Isidro Fabela, Ramón Beteta o Francisco Castillo Nájera–, “quienes tuvieron un protagonismo indiscutible en una época de gran adversidad, la que Michel Tournier llama los años malditos, los 30, por el ascenso del fascismo”.

En entrevista con La Jornada, el historiador resalta que Cárdenas del Río asumió no sólo la defensa de la soberanía nacional, sino la de la autodeterminación de los pueblos “en una época en la que no había ningún respeto por esas cosas. A contracorriente de las grandes potencias de entonces, México siguió una política de asilo muy consistente. No sólo recibió a los republicanos españoles, también a León Trotski, a Víctor Serge, a la familia del historiador Friedrich Katz, a muchísima gente.

“Luego, en el sexenio de Adolfo López Mateos, Cárdenas estuvo dispuesto a jugársela por defender la revolución cubana. Hasta el final de su vida asumió esa defensa, simpatizó con los países socialistas del entonces bloque soviético.

A posteriori se le ha criticado esto, pero él sintió que esos pueblos buscaban una vía de reivindicación. Lázaro Cárdenas era socialista, pero a la mexicana. No lo catalogaría como un marxista-leninista, él buscó su propia vía hacia el socialismo.

“La prensa derechista de Estados Unidos y de Gran Bretaña lo acusó después de marxista, pero se olvidaban de que México, durante el periodo presidencial de Cárdenas, no sólo no tenía relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, sino que recibió a Trotski, el principal adversario de Stalin.

“Cárdenas es una de las grandes figuras del siglo XX, no sólo en nuestro país, sino internacionalmente, sobre todo porque pertenece a una época terrible, en la que gobernaban, por un lado, Adolfo Hitler, por otro, José Stalin, o claudicantes como León Blum o Neville Chamberlain.

“Entre ellos, Cárdenas destaca como uno de los grandes líderes de esa época, pese a la adversidad de un país que era mucho más pobre y limitado, al que se le podía invadir con mayor facilidad. Pese a eso asumió los principios de dignidad de un país.”

Necesario, cambiar de modelo

Ojeda Revah considera que hay que reivindicar la tradición cardenista, “socialista y humanista, mexicana. La globalización ha golpeado muchas de esas conquistas que con tanto trabajo se consiguieron; ha habido una serie de privatizaciones salvajes, se ha entronizado al mercado, pero eso también tiene sus límites.

“Quienes proclamaron que el capitalismo triunfaría ahora ven que hace agua; ahora con la crisis inmobiliaria que enfrenta Estados Unidos y que puede tener ramificaciones que no conocemos.

“Por eso se hace necesario un cambio de modelo. Si bien, en algunos sectores se ha olvidado el legado cardenista o se pretende olvidar, Petróleos Mexicanos sigue siendo de la nación y, a diferencia de otras naciones, la nuestra ha reivindicado, por lo menos discursivamente, a nuestros pueblos indígenas. Ése es otro gran legado cardenista.”

(Lázaro Cárdenas: iconografía será presentado por Adolfo Gilly, Javier Garciadiego, Mario Ojeda Revaha y Francisco Montellano este miércoles a las 19 horas en la Casa Lamm, ubicada en avenida Alvaro Obregón 99, colonia Roma.)

 
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