Usted está aquí: lunes 1 de octubre de 2007 Espectáculos Luces y sombras, materia para la magia del Teatro Negro de Praga

Ropa, maletas y violines cobran vida en el Metropólitan

Luces y sombras, materia para la magia del Teatro Negro de Praga

Arturo Cruz Bárcenas

Ampliar la imagen El Teatro Negro de Praga, cuadro a cuadro, un trabajo excelente El Teatro Negro de Praga, cuadro a cuadro, un trabajo excelente Foto: Francisco Olvera

El pasado sábado, la primera función de la actual gira por México del Teatro Negro de Praga fue un sueño hecho realidad. “No sabrá si lo vio o lo soñó”, tal es el lema de su publicidad. Y es cierto. Poco faltó para que se llenara el teatro Metropólitan y el público que arribó puntual exigió que comenzara la función, luego de un retraso de 30 minutos. Muchos llegaron con niños, los cuales no saben de horarios y se desesperan.

A las 20:30 comenzó la magia del teatro praguense. Se apagaron las luces y la oscuridad inundó el espacio. Las pupilas se dilataron al máximo. Una tela que tenía dibujado un payaso sirvió como telón. Sin más, inició el programa titulado Lo Mejor del Teatro Negro, con nueve números, nueve historias que hacen pensar al público, así como sentir cosquillas que crecen y que se desbordan en carcajadas.

Primer número: La lavandera, donde una joven en un día de verano lava y lava. Cuelga camisas y demás ropa. Se va y las prendas antes sólo mojadas toman vida y tienen una especie de personalidad, pues la camisa es la que manda. Los pantalones pelean con las pantimedias.

El fotógrafo, número inspirado en el cine mudo, a la manera de Charles Chaplin, donde un soldado entra con su novia a un estudio fotográfico. Le va mal al militar, pues el fotógrafo tiene una lente muy larga.

Las maletas, uno de los números más aplaudidos por los infantes, cuyas risas denotaron que el arte de la luz y la sombra, más una actitud cándida, puede hacerlos felices. Una maleta grande cabe en una más grande, y así, hasta el infinito. La felicidad implica ser feliz con lo que se tiene.

El violinista tiene un enorme potencial en imaginación. El instrumento se convierte en varios animales, como en una gallina y en un ganso. El prisionero, con mucha pantomima e improvisación (sonó un celular y el artista hizo con su mano una pistola que disparó hacia la persona que tenía el aparato). El amor surge en cualquier parte, es la moraleja.

El mago: las habilidades de un artista que aparece y desaparece objetos de su sombrero. Al final él desaparece. Los faroles: bajo los influjos del alcohol, la realidad se tambalea y las luminarias se contonean como palmeras movidas por el viento.

El pescado, donde un taxista de Praga, luego de llevar a un pasajero que lleva un pescado, sueña con un ser acuático que lo molesta. El programa cierra con El caballo, que es una proeza de técnica teatral. La coordinación grupal llega a su máximo.

Cuadro a cuadro, fue un resumen de lo mejor del Teatro Negro de Praga.

Para mayor información sobre el resto de la gira: [email protected] y www.contemporanea-pa.com.

 
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