Usted está aquí: domingo 30 de septiembre de 2007 Cultura Stefan Demming trata de capturar en documental las dimensiones del DF

Presenta Edge of the City/El límite de la ciudad, realizado junto Wonne Ickx

Stefan Demming trata de capturar en documental las dimensiones del DF

Interesa al artista alemán la práctica de la gente de construir casas donde sea

Merry MacMasters

Buscar los límites de la ciudad de México, siguiendo el concepto “romántico” de una urbe sin fin, se propuso el artista alemán Stefan Demming (1973) quien viajó aquí en 2004, acompañado del arquitecto y urbanista Wonne Ickx.

El resultado de su periplo fue el documental Edge of the City/El límite de la ciudad, en el que a lo largo de cinco semanas Demming e Ickx construyeron una narrativa de sus búsquedas en las diferentes periferias –norte, sur, este y oeste– y cómo el trabajo se desarrolla a partir del encuentro con distintas personas.

Ahora, el video de 30 minutos de duración ha dado pie a la exposición homónima abierta en la Casa del Lago, Bosque de Chapultepec, primera sección. Ruth Estévez, curadora de la muestra, invitó a Demming a presentar su proyecto y complementarlo con “los momentos vividos durante el documental”, como lo es la instalación Luces sin fin que recrea la imagen luminosa de la ciudad cuando uno llega de noche en avión.

Más allá del atractivo que la capital ejerce sobre los visitantes extranjeros, “tratamos de ser turistas que no sólo buscan el Zócalo, sino también se interesan por la forma en que viven las personas. El documental, asimismo, tiene que ver con cierta idea del viaje en sí: aparte de consumir, tratar de interactuar con las personas”.

Algo que les interesó fue “el enorme crecimiento que experimentó la ciudad de México en la segunda mitad del siglo XX, y la práctica de la gente de construir casas en donde fuera”. El documental, sin embargo, es una mezcla de realidad y ficción. No sólo visitaron los límites pobres, sino también se trasladaron a lugares de opulencia como Santa Fe, en aras de conocer las diferentes condiciones de vida.

El viaje no estuvo carente de aventuras. En Ciudad Nezahualcóyotl, donde “a veces las calles no están pavimentadas”, conocieron a una pandilla dedicada a robar coches y venderlos.

Otro encuentro “chistoso” ocurrió durante una visita a los alrededores de Barranca del Muerto en busca de unas grandes pinturas murales que Ickx había visto en un viaje anterior. En el camino, recogieron a una persona que pedía un aventón, que ya dentro del coche dijo que sabía donde quedaban las pinturas. Pero, en el camino el tipo primero quiso venderles droga, a lo cual se negaron. Luego, “nos ofreció filmar un secuestro, a lo cual contestamos que ‘no, gracias, gracias’. Nos pidió que le tuviéramos confianza. Supongo que hubiera pedido dinero a cambio, pero tal vez nosotros hubiéramos acabado secuestrados”.

El documental también contiene datos sobre la ciudad, aportados por medio de entrevistas con el sociólogo Néstor García Canclini y el arquitecto Fernando Romero.

Una segunda exposición lo constituye Jardines móviles, una intervención de la pareja de artistas brasileños Felipe Barbosa (Río de Janeiro, 1978) y Rosana Ricalde (Río de Janeiro, 1971) en los jardines de la Casa del Lago. Aunque ambos trabajan en forma individual, desde hace ocho años también realizan obra conjunta en el ámbito de intervenciones urbanas, una selección de fotografías de las cuales se exhibe en una sala del recinto. Cabe señalar su participación en Insite 05, donde trabajaron en un puente que comunica Tijuana con San Isidro.

Sin embargo, nunca habían hecho un trabajo sobre pasto. Dos meses antes de la inauguración la pareja viajó a México y durante una semana caminó por el parque para ver qué impresión les causaba. Les llamó mucho la atención la “nube de muñecos inflables”, no nada más en Chapultepec, sino en otras partes de la ciudad. Entonces, decidieron hacer seis figuras de topiaria, no con árboles, sino con inflables verdes de tortugas, cocodrilos, inclusive, el ogro Shrek.

En contraste con esa técnica de poda de árboles que toma tiempo, a Barbosa y Ricalde les encantó la idea de una topiaria “inmediata” basada en inflar figuras y colocarlas en estructuras de fierro pintado que mandaron hacer. Sus piezas encierran la idea tanto de los vendedores ambulantes con sus inflables, como del parque mismo como una naturaleza artificial.

Su interés por crear una obra tan lúdica seguramente tiene que ver con el hecho de que ahora tienen una hija, Aurora, de ocho meses.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.