Usted está aquí: viernes 28 de septiembre de 2007 Espectáculos Berlín, asombrosa conjunción de luz, música y celos, dice Lou Reed

Presentan en San Sebastián la cinta basada en un concierto del ex Velvet Underground

Berlín, asombrosa conjunción de luz, música y celos, dice Lou Reed

Treinta y tres años después de fracasar como disco triunfa como película inclasificable

Ericka Montaño Garfias (Enviada)

San Sebastián, 27 de septiembre. Treinta y tres años después, un fracaso se convierte en éxito y ahora también en una película imposible de clasificar: no es documental ni concierto filmado. Es Berlín, la cinta en la que el director estadunidense Julian Schnabel grabó en vivo al músico, compositor y escritor Lou Reed tocando justamente las canciones de ese álbum que nadie quiso a principios de los 70.

Berlín es considerada una de las obras más oscuras y deprimentes de Reed; sin embargo él rechaza que lo sea. Al contrario, ha ayudado a mucha gente, dijo en entrevista en una de las suites del hotel donde se hospeda.

Su voz no es tan fuerte como su música. El volumen es bajo y apenas sonríe. Viste pantalones de mezclilla, tenis, una sudadera con ribetes naranjas y lentes. Se le mira serio, con el rostro lleno de arrugas; se sienta con una botella de agua frente a él. Así es Reed ante los periodistas.

La película de Julian Schnabel no sólo presenta al músico en el escenario; también cuenta la autodestrucción de Caroline, personaje interpretado por Emmanuelle Seigner (aquella que lleva a Peter Coyote a la exploración del erotismo en Luna amarga de Roman Polanski). Dos mundos poderosos: imagen y música.

Poder asombroso

Berlín “en verdad transmite el poder y eso es algo maravilloso. Nunca he visto algo tan poderoso como esto en un formato musical. Es asombrosa la forma en la que la imagen y la luz trabajan con la música”, dice Reed.

A esto hay que añadir la fuerza de las canciones de este álbum (sobre los celos, la ira y la pérdida). “La música es emocional, nunca he escrito música que no sea emocional. En cada canción que he escrito, la idea básica detrás de cada canción, es la emoción.

“No estoy de acuerdo en que éste sea mi álbum más oscuro; escribo canción por canción, es un poco gracioso que se piense de esa manera. De hecho hay personas que me dicen que Berlín los hace sentir mejor. Todos han experimentado los celos. De cualquier manera me dan escalofríos cuando escucho eso. Es la descripción de lo que los demás sienten y creo que algo bueno.”

Berlín es sobre un tema clásico como los celos; todo mundo sabe lo que es ser celoso, ¿verdad?, pregunta a los ahí reunidos. “El caso extremo es Otelo. En el caso de mi personaje él sólo habla de romper un brazo”.

De lado de la música, Reed explica que no se ha cambiado nada del álbum original –inclusive participa Steve Hunter, quien tocó con él hace tres décadas–. Acaso han cambiado algunas expresiones que ya no se usan, como waterboy (aguador) en la canción The kids. De ahí en fuera, señala, “todo lo demás es fácil de entender. No hay misterio en el lenguaje, no se necesita un diccionario para entender Berlín”. Dato curioso, cuando grabó este disco no había visitado esa ciudad alemana.

Sí hay una gran diferencia, corrige: 33 años después “yo toco la guitarra y hay más guitarra eléctrica. Es un rock un poco más duro”.

Anhelo cumplido

“Desde que hicimos el álbum –recuerda– quisimos llevarlo al escenario.” Fue en 2006 cuando finalmente el proyecto se llevó a cabo en el St Ann’s Warehouse, en Brooklyn, donde se grabó el concierto durante cinco noches en diciembre. Y de ahí Reed se embarcó en una exitosa gira.

Diez minutos después de comenzar la entrevista, el encargado de llevar la agenda anunció que el tiempo se había agotado. Seis periodistas furiosos abandonamos la habitación.

¿Por qué Berlín 33 años después?

El director Julian Schnabel respondió horas después, en una conferencia de prensa que comenzó con varios minutos de retraso: “El hecho es que cuando salió el disco nadie quería escucharlo y Lou nunca lo tocó en directo. El hecho es que es uno de mis discos favoritos desde que salió. Treinta y tres años después no es demasiado tarde porque el arte no se hace viejo. El arte, si es bueno, perdura; creo que es un testamento a la calidad de este disco. En todos los lugares donde se ha presentado la gira ha sido una celebración, aunque el tema del disco sea trágico. Esencialmente el trabajo de un artista siempre es optimista. Reafirma la vida aunque sea trágico, quizá en 73 la gente no estaba al tanto de eso.

“Es un retrato de los dos, y un testimonio de calidad. Berlín, en 1973, significó mucho para mí y me salvó la vida; yo no era la única persona que estaba enamorada de una persona y llena de odio por dentro”.

 
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