Usted está aquí: martes 25 de septiembre de 2007 Sociedad y Justicia Las pugnas entre corrientes internas bloquean el nuevo rumbo del Situam

La recesión sindical, reflejo de la crisis universitaria, afirma el secretario general del gremio

Las pugnas entre corrientes internas bloquean el nuevo rumbo del Situam

Según el ex líder Bulmaro Villarruel, “seguiremos caminando hacia atrás mientras no se supere la apatía”

Laura Poy Solano /II y última

Ampliar la imagen Estudiosos de temas laborales admiten que luego de enfrentar los viejos cacicazgos charriles del sindicalismo corporativo, en el Situam se han desgastado las estrategias de lucha. La imagen corresponde a una marcha realizada en febrero de 2002 Estudiosos de temas laborales admiten que luego de enfrentar los viejos cacicazgos charriles del sindicalismo corporativo, en el Situam se han desgastado las estrategias de lucha. La imagen corresponde a una marcha realizada en febrero de 2002 Foto: Carlos Ramos Mamahua

Reflejo de las corrientes internas que le han dado vida, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (Situam) aún se debate entre las visiones, cada vez más divergentes, de quienes pretenden dar un “nuevo rumbo” al gremio.

Desde las llamadas corrientes históricas como Consejo Sindical, Partido Comunista, Partido Revolucionario de los Trabajadores, Punto Crítico, Trabajadores de Base Unidos, Liga Obrera Marxista, hasta Tribuna y los llamados independientes, así como los grupos escindidos de las principales posturas ideológicas en el interior del gremio, prevalecen “desencuentros y pugnas que han hecho prácticamente imposible consolidar un proyecto que garantice que esas banderas de democracia y autonomía sindical no caigan en el olvido”.

Enrique de la Garza Toledo, profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y experto en políticas laborales, afirma que tras una trayectoria de lucha para enfrentar los “viejos cacicazgos charriles del sindicalismo corporativo, en el Situam se han ido desgastando las estrategias de lucha, pero al mismo tiempo también se ha perdido el espíritu democrático ante una decadencia del activismo sindical.

“Ya no somos los jovencitos de antes”

“No podemos soslayar –insistió– que muchos de quienes fundamos la UAM y participamos de cerca en el vida sindical también estamos llegando a nuevas etapas, incluida la jubilación; ya no somos los jovencitos de antes, y también los activistas envejecen. Esto ha favorecido, sin duda, que ahora sean pequeñas camarillas quienes detentan el poder y pretendan eternizarse en los cargos”.

Tampoco se trata de “estigmatizar o condenar” a las corrientes, agregó, pues en cualquier organización sindical existen diferentes puntos de vista; el riesgo es cuando se cae en “sectarismo y en prácticas muy parecidas a las que utilizan los charros, porque si siempre son los mismos activistas quienes participan en los comités ejecutivos, o como delegados, la mayoría de los trabajadores son ajenos a la vida sindical, y ése es uno de los grandes problemas que se enfrentan de cara al futuro”.

En lo hechos, agregó, lo que demanda la democracia sindical es unidad de acción entre las distintas corrientes políticas e ideológicas, lo que “no significa renunciar a tus puntos de vista, sino sumar esfuerzos para garantizar condiciones mínimas para el debate de las ideas, y evitar así los grandes retrocesos que nos pueden llevar a acciones clientelares para dosificar premios y castigos a cambio de apoyo entre las bases”.

Jorge Ramos Avilés, secretario general saliente del Situam, quien deberá entregar el cargo a una nueva dirigencia sindical en los primeros días de octubre próximo, reconoce que el Situam vive una “grave crisis política, porque no se ha entendido en el interior del sindicato que no se puede sobrevivir por más tiempo administrando el conflicto, sin presentar una nueva visión del papel que debe jugar el sindicato no sólo en el ámbito universitario, sino nacional”.

Con larga trayectoria sindical, pero duramente criticado en su gestión por corrientes opositoras, las cuales impugnaron la prórroga de un año a su mandato en una acalorada asamblea en mayo pasado, cuando los delegados sindicales rechazaron estallar una huelga por violaciones al contrato colectivo de trabajo, aseguró que la crisis del Situam también es reflejo de la “crisis que vive la propia institución, porque no podemos desligar una de la otra. El Situam no es ajeno a las transformaciones que ha sufrido la UAM, y de las estrategias cada vez más visibles por modificar las condiciones de trabajo”.

Por ello afirmó que “ningún secretario general del sindicato puede ser rehén de las corrientes ni privilegiar los intereses de unos cuantos. Si algo deberíamos tener claro es que las pugnas entre unas y otras corrientes no nos ha llevado a nada, cuando lo más urgente es atender lo que está pasando dentro y fuera de la institución y que afecta a los trabajadores”.

Al respecto, Bulmaro Villarruel, ex secretario general del Situam en el periodo 1986-1988, y uno de los activistas más representativos de la corriente denominada Tribuna, aseguró que pese a la “apatía y poco interés” de algunos trabajadores por participar en la vida sindical, “siempre nos hemos mantenido dentro de los valores de un gremio independiente, porque aquí nadie puede repetir el cargo, está en los estatutos; sea bueno o malo, aquí nadie repite”.

Sin embargo, reconoce que en años recientes se han “roto” algunas prácticas sindicales, ya que en el caso de Ramos Avilés “es una excepción que haya ocupado en dos ocasiones la secretaria general”, y destacó que entre los retos más urgentes para el Situam está revertir lo que consideró un “grave vacío de poder y de ausencia de liderazgo que nos ha llevado a ejercer un liderazgo coyuntural”.

Corrientes y actitudes nocivas

En cuanto al papel que deben tener las distintas corrientes del sindicato, destacó que éstas existen en “todos los gremios; el problema es cuando se vuelven nocivas para el trabajo sindical y no aportan nada a la discusión política, que es uno de los grandes temas que siguen ausentes, porque se ha concentrado todo en la figura del secretario general, y debe quedarnos claro que las decisiones las toman los trabajadores, y quien ostente el cargo de secretario general va en representación y con el mandato de los delegados”.

Por ello, alertó, pareciera que los problemas en el Situam “van creciendo, mientras disminuye nuestra capacidad para hacer respetar el equilibrio y la bilateralidad que debe prevalecer ante las autoridades universitarias”, y agregó que es urgente derrotar la “apatía”, pues de lo contrario “continuaremos caminando, pero hacia atrás”.

 
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