Usted está aquí: martes 18 de septiembre de 2007 Mundo Cobijado por el Kremlin, sospechoso de asesinar a Litvinenko va por curul

Encarcelan a opositora rusa aspirante a diputada

Cobijado por el Kremlin, sospechoso de asesinar a Litvinenko va por curul

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Moscú, 17 de septiembre. Fuero y cárcel resultaron ser este lunes las dos caras de una misma moneda –la búsqueda de un escaño en la siguiente legislatura de la Duma–; el premio lo recibió un aspirante a diputado que goza de la protección del Kremlin, a pesar de que su reputación no es intachable, y el castigo recayó en una joven activista de oposición.

Todos los reflectores se centraron hoy en Andrei Lugovoi, considerado por la policía británica el principal sospechoso de envenenar en Londres al ex espía ruso Alexandr Litvinenko, cuando anunció el comienzo de su carrera política en las filas del Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR, por sus siglas en ruso), la formación del ultranacionalista Vladimir Zhirinovsky.

El congreso del LDPR postuló a Lugovoi como número dos en su lista de candidatos a diputados y podrá ocupar una curul en la Duma si ese partido supera 7 por ciento de los votos, el mínimo requerido para acceder al reparto proporcional de los 450 escaños, en las legislativas de diciembre próximo.

En contraste, en Oremburgo, un juez condenó a tres meses de prisión a Liudmila Jarlamova por “posesión de narcóticos”.

Hace unos días, según se conoció hoy en esta capital, Jarlamova, elegida delegada al congreso nacional de la coalición opositora Otra Rusia, fue detenida por la policía en la calle y un agente que se identificó como Nikitin introdujo en su bolsa “un pequeño paquete con un polvo blanco”, que ella ni siquiera llegó a tocar y que, según la policía, eran “dos gramos de heroína”.

Al día siguiente, mientras Jarlamova seguía incomunicada, la policía realizó un cateo en su departamento, en presencia de su madre y su hermana, quienes aseguran que otro agente, apellidado Belov, puso en otra bolsa un sobre con una cantidad más grande de aparentemente la misma droga.

Desde los tiempos soviéticos, la policía local suele practicar la siembra de pruebas contra enemigos del régimen, pero es tal vez la primera ocasión en que se condena a una persona sin que sus huellas dactilares aparezcan en el paquete que supuestamente contenía los narcóticos.

El juez desestimó los argumentos de la defensa y no autorizó ningún peritaje criminalístico que pudiera probar la inocencia de la activista de Otra Rusia, que saldrá de la cárcel un mes antes de la votación, cuando ya esté cerrado el registro de candidatos.

 
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