Usted está aquí: martes 11 de septiembre de 2007 Economía Hacienda: en riesgo, programas sociales y de infraestructura

Están supeditados a la aprobación de la reforma fiscal, advirtieron subsecretarios

Hacienda: en riesgo, programas sociales y de infraestructura

Con la aprobación se dispondría de $115 mil millones adicionales, de los cuales 80 mil se canalizarían a esos propósitos, afirman

El gobierno bajó de 3.5 a 3% la meta de crecimiento

Antonio Castellanos y Juan Antonio Zúñiga

Ampliar la imagen El subsecretario de Ingresos, Fernando Sanchez Ugarte, y el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Alejandro Werner Wainfeld, durante la conferencia de prensa sobre el paquete económico para 2008, en el auditorio de Hacienda en Palacio Nacional El subsecretario de Ingresos, Fernando Sanchez Ugarte, y el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Alejandro Werner Wainfeld, durante la conferencia de prensa sobre el paquete económico para 2008, en el auditorio de Hacienda en Palacio Nacional Foto: Cristina Rodríguez

La ampliación del gasto para carreteras, la reducción de tarifas eléctricas para la industria y el comercio, mayor presupuesto a la educación media superior y superior y al Seguro Social son decisiones supeditadas a la aprobación de la reforma fiscal, “o de otra manera no será”, advirtieron los subsecretarios de Hacienda, Alejandro Werner, y de Egresos, Ernesto Cordero.

Precisaron los funcionarios que en el hipotético caso de que se aprobara la reforma fiscal, se dispondría de 115 mil millones de pesos adicionales, de los cuales 80 mil millones se canalizarán a esos programas, y 35 mil millones se transferirán a los gobiernos estatales.

Werner indicó que la situación se ha complicado de tal forma que el gobierno federal revisó a la baja, de 3.5 a 3 por ciento, la tasa de crecimiento económico de este año. “Estamos en circunstancias de riesgo elevado en el entorno externo”, y ante la incertidumbre de si se aprueba o no el paquete de iniciativas de la reforma hacendaria.

En conferencia de prensa a la que asistieron todos los subsecretarios de la dependencia, en ausencia del titular, Agustín Carstens, los funcionarios coincidieron en señalar que el paquete económico para 2008 es “austero” y que la contribución de la reforma fiscal al crecimiento económico del país será marginal.

Al respecto, los informes oficiales enviados a la Cámara de Diputados estiman que la economía mexicana tendrá un crecimiento promedio de 3.6 por ciento durante el presente sexenio.

El subsecretario de Hacienda rechazó que la reforma fiscal haya fracasado, y aseguró que hay consenso en el diagnóstico y en la necesidad de avanzar. “Vemos que la discusión en el Congreso continúa, entonces creo que la caracterización del fracaso es equivocada y, por lo tanto, el corolario de que se tendrían que tomar medidas alternativas también creo que no es el correcto”, manifestó Werner.

Por su parte, Ernesto Cordero, subsecretario de Egresos, señaló que en ausencia de una reforma hacendaria el presupuesto enviado al Congreso “no muestra los crecimientos que todos queremos y los que requiere la economía mexicana para enfrentar las claras necesidades que se tienen en distintos rubros, particularmente para la CFE y Pemex”.

A su vez, Fernando Sánchez Ugarte, subsecretario de Ingresos, negó que la reforma fiscal, en caso de aprobarse, vaya a tener un impacto negativo en la inversión. Hay dos efectos en el proceso de crecimiento: uno tiene que ver con el aspecto macroeconómico, y al crearse un clima más favorable, ello va a impulsar mayor crecimiento, consideró.

El otro efecto, agregó, es el microeconómico, que tiene que ver con el comportamiento que las empresas toman respecto de los ajustes que se darían con la reforma fiscal. En ambos casos, recalcó, las modificaciones legales buscan estimular la inversión. En los dos aspectos, auguró, la reforma fiscal será un aliciente para el crecimiento económico.

Sánchez Ugarte sostuvo que las previsiones de las autoridades hacendarias reflejan que el crecimiento en el primer año es modesto y se calcula entre 3.5 y 3.7 por ciento. Sin embargo, subrayó que a mediano y largo plazos este efecto va a ser mucho mayor, en la medida en que todos los elementos que contiene se consolidarán y empezarán a tener consecuencias sobre la economía.

Durante la rueda de prensa efectuada en el auditorio de la dependencia en Palacio Nacional, Cordero Arroyo, subsecretario de Egresos, mencionó que desde el comienzo de este gobierno se puso en marcha un programa de austeridad que implicó un ahorro de 25 mil millones de pesos, con lo cual se pudieron financiar programas de gasto social en el presupuesto de 2008. Para el próximo año se espera un recorte de 10 mil 164 millones de pesos en el gasto operativo y administrativo que, sumados a los del año pasado, suman 35 mil millones que equivalen a casi el presupuesto total del programa Oportunidades, el más importante del gobierno federal en gasto social.

Anatomía financiera

Interrogado sobre el objetivo final de la política de austeridad, el subsecretario Cordero dio una cátedra de anatomía financiera: “Los primeros recortes son los más sencillos porque es fácil detectar grasa y no carne y hueso en el presupuesto”, como ocurrió con el primer recorte de 25 mil millones. El de 10 mil 164 millones de pesos, precisó, “ya fue un poco más complicado para no tocar ni hueso ni músculo, ni por supuesto al gobierno federal, pero vamos a seguir en el mismo sentido”.

Posteriormente se refirió al recorte presupuestal en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y expresó que ante la necesidad de apuntalar las finanzas públicas, y de obtener mayores recursos, se debió tomar una decisión. “Uno, es empezar con medidas de austeridad y, dos, se castiga el gasto social o se castiga a algunos otros renglones. A fin de no afectar al primero la decisión fue no presupuestar todo lo que se requiere en la construcción de carreteras. A pesar de ello se considera que el presupuesto de la SCT tiene una partida importante”, opinó.

Ernesto Cordero dijo que en caso de que no sea aprobada la reforma hacendaria, los recursos adicionales “no se cristalizarán y no estarán a disposición de las finanzas públicas del país”.

Concluyó que los proyectos de infraestructura económica y social no se cancelarán, “pero estarán a la espera de que se realicen las modificaciones fiscales. Simple y sencillamente serán recursos que los gobiernos, federal y de los estados, no tendrán y el costo social será muy importante”.

 
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