Recuerdan al Che Guevara, hombre del siglo XXI
Ernesto Che Guevara “representa en sí mismo el siglo XXI, porque fue un hombre que se adelantó a su tiempo y siempre buscó a ese ser nuevo: el del siglo XXI”, señaló Ángel Arias Bergnés, cercano colaborador del Che cuando éste fue ministro de Industria en Cuba.
En una sesión extraordinaria del foro de La Jornada y Casa Lamm, realizada el pasado viernes por la noche, Arias hizo un recuento de anécdotas para describir la personalidad del guerrillero: “crítico, austero, modesto, discrepante, puntual, sabía escuchar, exigente hasta consigo mismo, cumplidor”, las cuales, indicó, deben ser las cualidades del hombre del siglo XXI.
El ex colaborador de Guevara resumió: “como ministro, el Che nunca mandó hacer nada que él no hiciera”. Y agregó que Guevara consideraba que un “revolucionario integral” debe olvidarse de los “cariños integrales” como la familia, amigos, hogar, etcétera, y no porque así lo deseara, “sino porque estaba obligado”.
Arias, quien ha ofrecido innumerables pláticas (más de 700) y que en breve publicará su obra Evocando al Che, cuya aparición será en octubre en Venezuela, también se refirió a México, país al que definió como “el faro de todos los revolucionarios del mundo”, pues hubo decenas de hombres que luego de prepararse en territorio mexicano regresaron a sus patrias para comenzar sus procesos revolucionarios, como Simón Bolívar, el mismo Che y Fidel Castro, entre otros.
“¿Cómo era el Che Guevara? –preguntó el ponente–. Era un hombre a quien le gustaba que su personal de menor rango en el Ministerio de Industria le discutiera, no toleraba al personal domesticado, le gustaba quien se defendía y argumentaba. A mí me puso un segundo apellido: Arias Discrepo, porque me mantenía discrepándolo”.
Arias destacó que al Che le gustaba respetar el tiempo de los demás, así como exigía respeto a su tiempo, pues siempre era un hombre puntual, que inclusive exigía a sus colaboradores que si tenían una cita y él no se presentaba, 15 minutos después “nos fuéramos”.
Asimismo, agregó que el guerrillero “tenía el don de escuchar, no se tomaba ninguna decisión en el Ministerio de Industria si antes no escuchaba a sus 15 colaboradores, se nutría de criterios”. En torno a la austeridad, Arias señaló que Guevara solía recibir decenas de obsequios, los cuales no conservaba pues prefería regalarlos a los obreros.
Otra de las cosas que caracterizaban al Che era cumplir con el trabajo voluntario todos los domingos. “Nunca faltó a estas labores aunque para los ministros no era obligación. Él lo llamaba compulsión moral, y tenía razón porque el trabajo voluntario es el mayor generador de conciencia”.
Recordó una anécdota en la que el Che y algunos de sus colaboradores fueron invitados a una recepción al Ministerio de Cultura de Cuba, en los años en que el proyecto socialista se establecía. Arias relató que en esa reunión, a diferencia del ministerio encabezado por el Che donde “no tenían café, agua ni cigarrillos”, se ofreció a los asistentes infinidad de convites: chocolates, vino y sodas, entre otros.
“Ese era el Che vivo, ese del siglo XXI que aún vive. Modesto, hombre poco común, simplemente extraordinario”, concluyó el ex colaborador de Guevara.