Usted está aquí: domingo 9 de septiembre de 2007 Opinión ¿La Fiesta en Paz?

¿La Fiesta en Paz?

Leonardo Páez
[email protected]

Dos agrupaciones, ¿mismo futuro?

“Si unidos no hemos dado golpe, ojalá divididos empecemos a darlos”

Ampliar la imagen Los aficionados esperan a ver de qué agrupación salen más faenas para hacerlos regresar a las plazas Los aficionados esperan a ver de qué agrupación salen más faenas para hacerlos regresar a las plazas Foto: José Carlo González

“No acabas de entender el sentido moderno de la democracia”, reconvino aburrido el viejo analista político, y añadió: “ya no estamos en las ciudades-estado de la Grecia clásica, donde todos los ciudadanos tenían voz y voto en sus respectivas asambleas. Ahí se comprobó que subordinar los intereses de la minoría a los derechos de la mayoría no necesariamente desembocaba en beneficios reales para esa mayoría.”

“La democracia representativa moderna”, prosiguió sin mayor énfasis, “con sus instituciones, cámaras y asambleas, exige una democracia interna en cada partido político y procura mantener un frágil equilibrio entre los intereses de mayorías y minorías, de tal manera que no se vean vulnerados ni los intereses de unos ni...”. Afortunadamente al buen hombre lo interrumpió un fuerte acceso de tos que yo aproveché para servirle un vaso de agua y despedirme apresurado con cualquier pretexto.

En cualquier caso, los diputados del Partido de la Revolución Democrártica (PRD) a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal han retomado, con renovada convicción de servir a la ciudadanía que los eligió, la iniciativa de reformas a la Ley de Espectáculos, relacionada con la fiesta de los toros, entre otras cosas en lo que se refiere a elevar el porcentaje de toreros extranjeros que pueden aparecer en un cartel. Ya no será 50 por ciento, sino 75, con el propósito de estimular a la aletargada torería nacional, si no con más honorarios siquiera con el honor de alternar con ases de ultramar. Buscaremos a estos diputados internacionalistas taurinos para que abunden en torno a las bondades de la aparentemente cancelada iniciativa.

Y mientras la Asociación Nacional de Matadores despotrica contra los asambleístas del PRD metidos a modificadores de la normativa taurina por considerar que, de aprobarse, será un acto de lesa traición a la tradición taurina de México y a su sacrificada torería, ni tardo ni perezoso el matador Manolo Mejía, junto con otros compañeros, anunció el surgimiento de la Unión Mexicana de Toreros, AC, “con el propósito de apoyar a sus socios y a las empresas que apoyen a estos, independientemente de que anuncien a dos extranjeros y a un mexicano”.

Aficionados y público, al margen de tanto revuelo extrataurino y hace años sin un espectáculo que los convenza de volver a las plazas, esperan a ver de qué agrupación salen más faenas, pues el problema no es de agrupaciones, sindicatos o partidos, sino de la capacidad de éstos para convertir en hechos positivos su retahíla de buenas intenciones. “Si unidos no hemos dado golpe, ojalá divididos empecemos a darlos”, comentó irónico un matador.

¡Viva México, torero!, le gritaban al aguascalentense Joselito Adame miles de aficionados franceses el pasado viernes en la plaza de Arles –imponente coliseo romano para 13 mil espectadores–, la tarde de su clamorosa alternativa, con corte de tres orejas y salida en hombros, “no obstante” haber alternado con El Juli y el galo Juan Bautista.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.