Usted está aquí: domingo 9 de septiembre de 2007 Mundo Hoy en Guatemala, decisivas elecciones generales cercadas por tensión y violencia

El centroizquierdista Álvaro Colom y el derechista Otto Pérez, favoritos: sondeos

Hoy en Guatemala, decisivas elecciones generales cercadas por tensión y violencia

Rigoberta Menchú y Alejandro Giammattei también tienen posibilidades de triunfo, señalan

Además serán elegidos vicepresidente, diputados y gobiernos municipales para cuatro años

Ricardo Martínez Martínez (Especial para La Jornada)

Ampliar la imagen La seguridad fue tema decisivo en las campañas. En la foto, una patrulla ciudadana vigila la población de San Miguel Ramírez La seguridad fue tema decisivo en las campañas. En la foto, una patrulla ciudadana vigila la población de San Miguel Ramírez Foto: Reuters

Guatemala, 8 de septiembre. Los guatemaltecos acuden este domingo a las urnas para elegir presidente, vicepresidente, diputados y concejales, después de un día de silencio por parte de los partidos contendientes.

Miles de observadores nacionales y extranjeros se desplazaron hoy a los puntos electorales del país en un contexto marcado por tensiones políticas y violencia, en tanto que funcionarios del Tribunal Supremo Electoral llamaron a la sociedad guatemalteca a participar en los comicios.

Es la tercera contienda desde que culminó la guerra civil con los Acuerdos de Paz firmados en 1996, y en la cual los partidos no han logrado la relección presidencial, situación previsible para estas elecciones.

La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), de Álvaro Colom; el Partido Patriota (PP), de Otto Pérez Molina; Gran Alianza Nacional (GAN), de Alejandro Giammattei, y Encuentro por Guatemala (EG), de Rigoberta Menchú, son las organizaciones políticas que marchan adelante en la intención del voto, según encuestas de opinión.

Candidatos y plataformas

En entrevistas con La Jornada, los cuatro candidatos presidenciales con mayores posibilidades de triunfo este domingo expusieron puntos de vista sobre la contienda electoral y sus planes de gobierno.

Por tercera ocasión consecutiva desde 1999, Álvaro Colom contiende como candidato a la presidencia de la república. Fue abanderado de la Alianza Nueva Nación, una coalición de izquierda encabezada por la ex guerrilla Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca; luego de separarse de la alianza, en 2000, fundó la UNE para competir otra vez en 2003.

Colom fue de 1991 a 1997 director del Fondo Nacional para la Paz, periodo en que negoció el retorno de 45 mil refugiados guatemaltecos desde México. En los años como funcionario y político fue personaje clave para introducir el resarcimiento a las víctimas de la guerra civil, así como la búsqueda de los Acuerdos de Paz signados entre el gobierno y la guerrilla.

Su plataforma de campaña radica en “la seguridad democrática y justicia plena, mayor empleo, una economía competitiva pero que genere seguridad social y la promoción de los derechos humanos en un país de injusticias.”

La actual campaña electoral, marcada por la inseguridad y la violencia, “nos exige voltear a la Guatemala profunda para resolver los temas pendientes que durante 50 años se arrastran. Necesitamos democracia y no mano dura, participación ciudadana, no clientelismo político”, indicó.

Subrayó que de ganar las elecciones llamará a un diálogo nacional para integrar “a todos los que luchen por acabar con la cultura de la guerra y hacer florecer a un país donde el suelo está marcado por el genocidio y la pobreza extrema”.

Dijo ser un socialdemócrata que busca impulsar a Guatemala hacia “una tendencia de centroizquierdista”, pues “estoy convencido” de que el norte va a estar mucho más tranquilo con países socialmente estables.

“Con esta tendencia que se observa en América Latina, yo estoy muy contento. Si recordamos, antes nos imponían las políticas, la sustitución de importaciones, el libre comercio, pero ahora cada país está tomando su propio modelo”.

Mostró su admiración por algunos presidentes latinoamericanos: “Yo admiro a Lula, es de izquierda; admiro a Chile con la presidenta Bachelet. Pero son distintos modelos y yo esperaría ver a Guatemala en un contexto socialdemócrata, con rostro maya, con rostro nuevo, con rostro multicultural, no siguiendo recetas de ningún tipo, ni económicas ni políticas”.

En el caso de las relaciones con México, “serán sin precedentes entre dos gobiernos y dos pueblos hermanos”. Su prioridad será atender “proyectos económicos mutuos, inseguridad, migración y narcotráfico”. Dijo estar “convencido desde hace 20 años que nuestra frontera debería ser de oportunidades y no una amenaza como es ahora”.

Personaje controvertido

Otto Pérez Molina es el candidato presidencial del PP. Con formación militar que data de 1966, ha sido un personaje controvertido en una nación inestable, de dictaduras y gobiernos civiles.

Luego del autogolpe del ex presidente Jorge Serrano Díaz, en 1993, buscó la inmediata dimisión del entonces mandatario en la Corte Suprema, lo que le valió integrarse a un nuevo gobierno civil como jefe del Estado Mayor Presidencial en la administración de Ramiro de León Carpio.

Señalado como un militar negociador, también es considerado por organizaciones civiles de los derechos humanos y la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos “como uno de los responsables de la guerra de exterminio contra la población indígena durante la guerra civil”.

En 1996 fue nombrado inspector general del ejército y jefe de la delegación de Guatemala ante la junta Interamericana de Defensa con sede en Washington, al tiempo de ser uno de los signatarios de los acuerdos que pusieron fin a décadas de guerra.

Aseguró que de ganar la simpatía del electorado en los comicios, “el primer acto de gobierno estará orientado a tomar las medidas necesarias para mejorar la seguridad de los guatemaltecos”.

Con base en el concepto de su campaña de mano dura, “se trata de una forma de hacer gobierno en tres ejes: los funcionarios públicos en el gabinete serán gente de carácter y con firmeza, se hará cumplir la ley con respeto y se fortalecerán las instituciones para luchar contra el crimen organizado, la corrupción, la delincuencia, y bajar los niveles de pobreza y pobreza extrema”.

Ante los altos niveles de inseguridad, adelantó que utilizaría al ejército como un recurso del Estado. “Yo creo que va a ser empleado para la seguridad ciudadana y lo queremos hacer desde un proceso gradual; creo que los dos primeros años va a ver presencia del ejército en el tema de la seguridad ciudadana, que debe de ir retirándose gradualmente en la medida que se va fortaleciendo la policía nacional civil”.

Ante la pregunta de que si eso representaba un riesgo para la vuelta atrás a periodos autoritarios, dijo que “el ejército estaría sometido a una autoridad civil, es decir, haría valer los Acuerdos de Paz”, los cuales mantienen a la institución castrense sometida a la institucionalidad civil.

Agregó que en el ámbito internacional promovería la integración económica de Centroamérica, como se viene haciendo con el Tratado de Libre Comercio.

Embajadora de buena voluntad

Por primera vez una indígena participa en las elecciones presidenciales. La premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú es la candidata de EG. Con una historia de persecución y asesinatos a su familia, la maya luchó por décadas para alcanzar la paz tras una guerra que resultó en al menos 200 mil muertes de civiles.

Su trayectoria junto a los pueblos indígenas y las minorías la llevó a impulsar iniciativas internacionales en temas de derechos humanos. Fue reconocida como embajadora de buena voluntad por Naciones Unidas y actualmente orienta “la lucha en estas elecciones para que los indígenas obtengan sus derechos como pueblos”.

En la actual contienda, explicó, liderazgos mayas optaron por una nueva forma de participación. “Es una nueva experiencia para un número de candidatos y candidatas del interior del país que no habían aceptado participar en las elecciones”.

Dijo que en estos comicios una nueva generación indígena es la protagonista: “Tenemos municipalidades donde hay jóvenes, hay candidatos que se perfilan para el futuro con mucho éxito y nuestra plataforma será contra la pobreza y el racismo, por la democracia y la participación popular”.

Sostuvo que el efecto de la participación indígena va más allá de las elecciones, y aseguró que “en los próximos años van a organizarse mejor, van a prepararse desde el punto de vista político, académico y social; se le abre una puerta para participar y con esto queda atrás un estereotipo que siempre funcionó para Guatemala, de que los indígenas no pueden luchar por gobernarse”.

Alejandro Giammattei es postulado por la GAN, partido del actual presidente Oscar Berger. Médico de profesión, incursionó recientemente en política. En 2005 fue director del Sistema Penitenciario.

“En el momento de tomar la banda presidencial voy a presentar al Congreso una consulta popular para generar una reforma constitucional en los rubros de la seguridad y la justicia”, sostuvo.

Añadió que su prioridad será “acabar con la inseguridad” y fue crítico con su correligionario Óscar Berger, pues durante su presidencia “le faltaron medidas concretas contra la inseguridad, aunque en economía fue un éxito”.

 
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