Usted está aquí: martes 4 de septiembre de 2007 Opinión Jazz

Jazz

Antonio Malacara
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Leo Acosta

Leo Acosta, uno de los más grandes músicos en la historia de la música mexicana, falleció la madrugada del domingo 2 de septiembre en la intimidad de su casa, víctima de una cardiopatía isquémica que lo aquejaba desde hace años. Hace tres semanas, platicando con su hijo Leobardo, nos comentaba que el maestro había sido intervenido por medio de un cateterismo coronario y que las cosas iban bien, a pesar de que seguía en terapia intensiva.

El 4 de octubre de 2005, durante un magno homenaje a 12 pioneros del jazz en México, Leo Acosta llegó en silla de ruedas hasta el escenario de la sala principal del Palacio de Bellas Artes para recibir un merecido reconocimiento de manos del maestro Gustavo Rivero Weber, Coordinador Nacional de Música y Ópera del INBA en aquel entonces. Segundos antes, yo había leído el siguiente texto:

“A veces nos dejamos llevar por la emoción, y qué bueno. Pero al hablar del maestro Leo Acosta y afirmar que se trata de un verdadero virtuoso de la batería, de un ícono (que no icono) del jazz en México, les puedo asegurar que esto no es meramente un arranque de emotividad.

“Su historial, sus discos, sus películas, pero sobre todo el enorme poder y la contundencia que ha mostrado al pulsar las baquetas en vivo desde hace 56 años, lo muestran a plenitud como un músico fuera de serie, destacando no sólo como baterista, sino como compositor, arreglista y director de orquesta.

“Leobardo Acosta Quintanar nace el 7 de julio de 1925 en Huetamo, Michoacán, pero desde muy joven viaja a la ciudad de México para estudiar en la Escuela Nacional de Música de la UNAM y en el Conservatorio.

“En 1949 debuta como baterista de Mario Ruiz Armengol y en la década de los 50 transita por las más grandes orquestas de la época, como las de Luis Arcaraz. Juan García Esquivel, Ismael Díaz, José Sabre Marroquín.

“En los años 50 emigra a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de California en Los Ángeles, y permanece por allá durante 11 años, trabajando con gente como Eddie Fisher, Sammy Davis Jr., Tony Bennet, Ray Anthony y varios etcéteras que no alcanzaron espacio en esta semblanza.

“Aunque seguramente la anécdota mayor en el quehacer internacional de Leo Acosta se da en 1956, cuando el célebre Buddy Rich deja vacante el puesto de baterista en la no menos célebre Orquesta de Harry James. El maestro James audiciona entonces a una veintena de músicos y es... por supuesto, Leo Acosta quien se queda con el sitio.

“De regreso a nuestro país forma su propia orquesta y en 1961 aparece su primer disco elepé: Espectacularmente Sensacional, donde fusiona la música popular mexicana con los códigos del jazz. Actualmente su discografía cuenta con 14 títulos, el más reciente de ellos, Ritmo y Canto del Milenio, apareció en 2003.

“Leo Acosta, digámoslo sin rodeos, es una leyenda viviente de nuestra música.

“Vaya para él este primer reconocimiento a Los Pioneros del Jazz en México.”

Descanse en paz.

 
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