Usted está aquí: sábado 25 de agosto de 2007 Mundo Rechaza un juez en Estados Unidos repatriar a Antonio Noriega a Panamá

Tribunal de Florida analizará si aprueba el envío del ex hombre fuerte a Francia

Rechaza un juez en Estados Unidos repatriar a Antonio Noriega a Panamá

Señalan analistas estadunidenses que el general podría quedar en libertad en su país

reuters, afp y dpa

Ampliar la imagen Frank Rubino y Jon May, abogados del ex gobernante panameño Manuel Antonio Noriega, en conferencia de prensa en la ciudad de Miami Frank Rubino y Jon May, abogados del ex gobernante panameño Manuel Antonio Noriega, en conferencia de prensa en la ciudad de Miami Foto: AP

Miami, 24 de agosto. Un juez federal estadunidense desechó el recurso presentado por la defensa del ex hombre fuerte de Panamá, el general Manuel Noriega, por lo que éste podrá ser extraditado a Francia en cuanto termine de purgar su condena en Estados Unidos, el próximo 9 de septiembre.

La defensa del general alegaba que al ser prisionero de guerra, la Convención de Ginebra establece que, cuando cumpla su sentencia, debe ser repatriado a Panamá, donde fue condenado en ausencia a 54 años de prisión por violaciones a los derechos humanos y el asesinato del opositor Hugo Spadafora.

Sin embargo, el magistrado que lleva el caso, William Hoeveler, mismo juez que condenó al panameño a 40 años de cárcel por narcotráfico –esta sentencia fue reducida por buena conducta– y lo reconoció como prisionero de guerra, consideró que el derecho bélico internacional no lo protege de ser juzgado por crímenes comunes, por lo que desestimó los alegatos de la defensa. “Esta corte nunca pretendió que proclamar al acusado prisionero de guerra lo eximiera de ser juzgado por los serios ilícitos que presuntamente cometió”, escribió Hoeveler en el auto judicial que explica su decisión.

Ahora un tribunal de Florida, donde Noriega está encarcelado desde 1992, deberá decidir si lo entrega a Francia, donde fue condenado, también en ausencia, a pasar 10 años tras las rejas por lavado de dinero.

En su momento, Hoeveler otorgó al general el estatus de prisionero de guerra, porque fue detenido después de la invasión estadunidense a Panamá. Alegando que las tropas de Noriega habían asesinado a un militar de Estados Unidos que había sido enviado al país centroamericano el 20 de diciembre de 1989, unos 25 mil soldados de la nación del norte ocuparon el país y nombraron presidente al opositor Guillermo Endara.

Cuando las tropas invasoras entraron a la capital, Noriega se refugió en la nunciatura apostólica. Para sacarlo de ahí, los estadunidenses colocaron altavoces alrededor de la embajada e hicieron sonar música pesada día y noche. No pararon ni bajaron el volumen hasta que, el 3 de enero de 1990, lograron que el general se entregara.

Las autoridades estadunidenses alegan que prefieren entregar al general a Francia que a Panamá, porque si vuelve a su país no podrá ser extraditado a ningún otra nación. Analistas, sin embargo, señalan que la verdadera razón es que si vuelve a al país canalero probablemente quedará en libertad.

En todo caso, el presidente panameño Martín Torrijos –hijo del general Omar Torrijos, quien gobernó el país desde 1968 hasta su muerte, en 1981, y fue mentor de Noriega– no hizo mucho porque el ex hombre fuerte regresara a su patria. El mismo juez Hoeveler lo señaló en el dictamen del caso.

Se rumora que el temor de Torrijos es que vuelva a la vida política, aunque el canciller panameño Samuel Lewis Navarro alega que su solicitud de extradición era firme, pero la decisión de entregar a Noriega a uno u otro país es exclusiva de Estados Unidos.

 
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