Usted está aquí: miércoles 22 de agosto de 2007 Política Con la repatriación se violaron varios convenios internacionales

Continúa la condena de defensores de derechos humanos

Con la repatriación se violaron varios convenios internacionales

laura poy solano

Defensores de derechos humanos condenaron la deportación de la activista Elvira Arellano, al considerar que tanto el gobierno de Estados Unidos como el de México tienen un “doble discurso” sobre el tema migratorio, pues en los hechos “la administración de George W. Bush mantiene una política de criminalización de la migración indocumentada, mientras las autoridades mexicanas mantienen una débil posición para defender a los connacionales”.

Con su detención y posterior expulsión de territorio estadunidense, afirmaron, no sólo se violó el Protocolo de Viena sobre relaciones consulares, sino también las convenciones internacionales sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, así como el marco de protección a los derechos de los niños, que tiene como uno de sus objetivos prioritarios “mantener la unidad de las familias y no separar a padres e hijos porque se carece de documentación”.

Edgar Cortés, secretario ejecutivo de la Red Nacional de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos, afirmó que con la deportación de Arellano se puso en evidencia la falta de “coherencia entre los discursos políticos de ambos países y la realidad de miles de indocumentados que enfrentan condiciones muy precarias tanto en el empleo como en su calidad de vida”.

Destacó que no existe un “verdadero interés por establecer una política migratoria respetuosa de los derechos humanos, pues a pesar de sus discurso ante el Congreso de su país, Bush continúa con acciones que criminalizan a los migrantes, ante una actitud tibia de las autoridades mexicanas, que simplemente aceptan estas políticas”.

Al respecto, Isabel Uriarte, abogada del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, afirmó que la detención y posterior deportación de Arellano no sólo violó su derecho a la asistencia consular, sino también su seguridad jurídica al participar elementos policiacos y montar un operativo como “si se tratara de una delincuente y no de una defensora de los derechos humanos de los migrantes”.

Por ello consideró que su detención fue una “medida estratégica” del gobierno de Bush, tras el fortalecimiento del movimiento pro migrante en Estados Unidos y de que la propia Arellano “mantuviera una lucha férrea desde su refugio en Chicago”.

Sin embargo, indicó, esa situación “se presenta no sólo con el país vecino, sino también es importante señalar que en México se violan los derechos de los migrantes centroamericanos”.

 
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