Usted está aquí: miércoles 22 de agosto de 2007 Espectáculos "Ignoro dónde está lo que filmé el 2 de octubre del 68 en Tlatelolco"

Servando González será homenajeado en el Festival de Cine Latinoamericano de Trieste

"Ignoro dónde está lo que filmé el 2 de octubre del 68 en Tlatelolco"

El director de Viento negro fue contratado para rodar con ocho cámaras "un documental", en el que participaron también Alex Phillips hijo, Armando Carrillo y Angel Bilbatúa

Tengo 14 películas, todas premiadas, y no me han dado una beca, señala en entrevista

TANIA MOLINA RAMIREZ

Ampliar la imagen El cinerrealizador en su casa durante la charla con La Jornada El cinerrealizador en su casa durante la charla con La Jornada Foto: Carlos Cisneros

La larga trayectoria de Servando González Hernández (ciudad de México, 1923) ha incluido dirigir ficción, como la dulce historia de una pareja de niños ciegos (¿De qué color es el viento?, 1972), la historia de la construcción del ferrocarril en el inclemente desierto de Altar, Sonora (Viento negro, 1964), haber ganado tres Arieles en 1981 (película, dirección y fotografía) con Las grandes aguas (1978), hasta haber sido director del departamento de cine de la Presidencia y haber sido pagado por alguien con apariencia militar para filmar la Plaza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 (asegura que la historia reivindicará al presidente Gustavo Díaz Ordaz "como un héroe", por haber salvado al país de una invasión estadunidense). Hoy tiene guardados en el cajón dos proyectos de ficción, uno trata sobre el choque cultural entre un macho mexicano y una inglesa, en el cual están involucrados jipis con máscaras de chinelos.

El 24 y 25 de agosto se proyectarán Yanco (24) y Viento negro (25) en el Centro Regional de Cultura de Valle de Bravo, a las 19 horas. Tras la exhibición, el director platicará con el público.

Además, el 17 de septiembre, a las 16:30 horas, se presentará Yanco, en el Centro Cultural y Social Veracruzano (Miguel Angel de Quevedo 687, Coyoacán). Habrá una charla posterior con el realizador.

En noviembre próximo, González y Alex Phillips Jr. (fallecido en febrero pasado) recibirán un homenaje en el 22 Festival de Cine Latinoamericano de Trieste, Italia. Se exhibirán Yanco (1960) y Viento negro.

Servando González, en entrevista con La Jornada, contó que su tío abuelo fue el general Mucio Martínez, gobernador de Puebla durante el porfiriato y su padre trabajó en el gabinete de Martínez.

Se inició como traidor

González Hernández comenzó su carrera a los 12 años, como traidor: o sea, "trae esto, trae aquello", en los Estudios Clasa. Fue subiendo hasta ser jefe de laboratorio, en Estudios Churubusco.

Luis Echeverría, entonces director de Prensa y Propaganda, del Partido Revolucionario Institucional, le pidió al secretario general del sindicato de Estudios Churubusco que le mandara alguien para hacer documentales. González filmó la campaña de Adolfo Ruiz Cortines y cuando éste ganó la Presidencia, trabajó para él en la realización de documentales. Luego filmó la campaña de Adolfo López Mateos. Fue director del departamento de cine de la Presidencia con Adolfo López Mateos y Echeverría. Con Gustavo Díaz Ordaz no trabajó: "No me quería. Era estimado por López Mateos. A Díaz Ordaz le daba celo" , dijo el cineasta.

González contó cómo fue contratado para filmar la Plaza de las Tres Culturas: a Estudios Churubusco "llegó un señor, por el pelo, tipo militar. Seguramente era militar. Pero de civil, con corbata. (Insiste en que Echeverría no estuvo involucrado en la matanza de Tlatelolco: "No se movía una hoja si no lo ordenaba" Díaz Ordaz.)

-Quiero que me haga un documental para el 2 de octubre. ¿Qué cámaras lleva?

-Dos.

-Lleve seis.

-Eso cuesta.

-¿Cuánto?

-Le digo mañana.

Al día siguiente:

-¿Cuánto?

-Sale muy caro. ("Le cobraba como 20 mil pesos", recordó el cineasta.)

El hombre "tipo militar" sacó el dinero y le dijo "quiero que esté (en la plaza) a las dos de la tarde".

"Junté a camarógrafos: Alex Phillips hijo, Armando Carrillo, Angel Bilbatúa... éramos ocho cámaras, cada uno con un ayudante, y el chofer".

El 2 de octubre (cumpleaños de una hija de González) el equipo llegó a las dos de la tarde a la plaza. Las cámaras se instalaron en el Edificio Chihuahua, arriba de la iglesia, y González en el piso 19 de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

"Como a las cuatro de la tarde empezamos a filmar, hasta las dos, tres de la mañana. Unos militares nos sacaron de Tlatelolco para ir por las camionetas, pero desde ahí nadie nos acompañó. Nos venimos a los estudios. Una camioneta se encargó de llevar a los muchachos a sus casas."

En el laboratorio de Estudios Churubusco revelaron el material. "A las cuatro, cuatro y media me fui a casa. Regresé a las siete de la mañana, ya estaba el señor ahí. Estaba saliendo el positivo". Muy serio, dijo:

-Vengo por el material.

-Está saliendo el último rollo del positivo. Ya tenía sala de proyección.

-No lo vamos a ver. Así me lo llevo.

"Salió el último rollo de la reveladora. Montonal de latas, eran 14 rollos de 400 pies cada uno."

-¿Le firmo algo? -preguntó el señor.

-Nomás de recibido.

-Quiero el negativo.

-Señor, se quedan en el laboratorio.

-Yo lo quiero.

Se lo dieron.

González aseguró que no quiso preguntarle dónde trabajaba porque "lo ví tan seco, tan extraño". El hombre nomás dijo: "Bueno, señor González, muchas gracias por todo. Ojalá todo haya salido bien.

-Todo salió bien.

-¿No se quedó nada aquí?

-No, señor.

"Y desapareció. Nunca supe de ese material. Ni he sabido quién lo tiene."

Al preguntarle si no supo si llegó a la Secretaría de Gobernación, dijo, de pronto con mucha seguridad: "A Gobernación no llegó nada. Seguramente llegó a la Defensa, como le digo que era militar. Pero no puedo asegurarlo".

Desde las ventanas del edificio Chihuahua

Respecto de lo grabado, contó: "Filmamos a un muchachito que estaba en un pasillo del edificio Chihuahua, se levantaba así los piecitos porque no alcanzaba, traía metralleta. Estaba la barda y, sin ver, estaba disparando". También aseguró que desde las ventanas del edificio Chihuahua filmaron cómo desde allí le disparaban a la gente en la plaza.

"Bilbatúa platicó que encontró a una señora que se metió a una tina para salvar a sus hijos. Les metieron balas por la pared, la señora sangró, cayó encima de sus hijos y los ahogó.

"Cuando él (Bilbatúa) caminaba, dice que se resbalaba, de la sangre que había por todos lados."

González aseguró que llegará el momento en que se le haga justicia al ex mandatario: "La historia lo va a juzgar un día. Lo van a poner como un héroe, al presidente Díaz Ordaz. Yo no quise nunca al señor, pero sé lo patriota que fue. Se estaban encendiendo los motores de los aviones, 500, 600, en San Diego para invadir México, porque estábamos a 10 días de las Olimpiadas. ¿Usted cree que iban a permitir los gringos una Cuba a la puerta de su casa? Nunca".

-Pero no había una revolución en puerta.

-¿Pero si los muertos que hubo en Tlatelolco? Digo, ¡ah, no, no, no, perdóneme! Los estudiantes hicieron unas manifestaciones terribles.

-Pacíficas.

-Pacíficas hasta cierto punto, porque ponerle en la puerta de Palacio (Nacional), 'asesino', y meter tanques ahí. Poner la bandera rusa en lugar de la mexicana en el Palacio. Con el movimiento comunista que vino de Francia, ya las cosas estaban empeorando en una forma terrible, unas manifestaciones espantosas, roturas de vidrio. Entonces, el gobierno de Estados Unidos se dio cuenta y dijo, no, invadimos México, y ahí venían los aviones".

Y siguió: "Piense como mexicana, o como persona: a 10 días de las Olimpiadas, a donde viene el mundo, y ya estaban todos aquí, hacer un movimiento y permitir un movimiento para que siguiera adelante, lo que hizo el presidente Díaz Ordaz es muy patriota, porque se mueren unos cuantos, y, sobre todo, ¿cuál líder murió? Ni uno. No fueron. Sabían lo que iba a pasar. ¿Quiénes murieron? Perdóneme que lo diga, pero fueron los babosos, los que se fueron a ver qué pasaba. Como cuando hay un accidente y se acercan los babosos a mirar. Claro, otros estudiantes de a de veras que creyeron. Ni un líder. Ahí están, echándole bronca a Echeverría."

Con los méritos suficientes, expresa el realizador

Finalmente, González aseguró que merece una beca del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), y que lleva años pidiéndola infructuosamente: "Mandé currículum, tengo 14 películas, todas premiadas. Los demás no creo que hayan hecho un comercial y les dan beca. ¿No será una mafia (intelectualoide o sexual o de amiguitos)? ¿En el CNCA tendrán sus elegidos? ¿Por qué a los verdaderos creadores del arte no les dan nada? Ahí está el caso del señor González, que tiene tantos años en pedir beca (sic), que tiene la edad, que tiene los méritos suficientes. Preguntar, como preguntita, se lo pido de favor".

Afirmó que su época de bonanza la logró gracias a montar la obra de teatro Y la mujer hizo al hombre, que se estrenó en 1971. "Hice mucho dinero, hice una casa muy bonita tipo mediterráneo, con alberca y un billar que me regaló el presidente López Mateos".

Actualmente, su nieto, Pedro González Rubio, también cineasta, realiza un documental sobre su vida. (González Rubio es codirector de Toro negro y del Detrás de las cámaras, de la cinta Babel.)

Hoy, González vive en un discreto departamento de la colonia Del Valle, rodeado de fotografías de sus hijas, de él con Lázaro Cárdenas del Río, de él con Miguel Alemán, con López Mateos, con la señora de López Mateos (Eva Sámano), con Ruiz Cortines, y una autografiada ("Para Servando González, gran artista, excelente amigo de muchos años y para muchos años, muy afectuosamente, Luis Echeverría"), además de constancias y trofeos de todo tipo, y álbumes con recortes de periódicos y más fotos (inclusive una con Carlos Salinas de Gortari).

Y, ante todo, dice haber seguido la máxima que le enseñó su padre: "No morder la mano que le da de comer".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.