Usted está aquí: domingo 19 de agosto de 2007 Espectáculos Montaje o no, nada resta valor a Muerte de un miliciano de Capa

La sombra del iceberg fue proyectada en el Festival Internacional de Cine de Monterrey

Montaje o no, nada resta valor a Muerte de un miliciano de Capa

El documental de Hugo Doménech y Raúl M. Riebenbauer, autopsia a la fotografía: Xavier Crespo

arturo cruz barcenas (enviado)

Ampliar la imagen El 5 de septiembre de 1936, Robert Capa y Gerda Taro estaban en el pueblo de Cerro Murriano, a 12 kilómetros al norte de la ciudad andaluza de Córdoba. Esa mañana los milicianos de la organización anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) lanzaron una ofensiva en dirección a Córdoba. Durante ese día, Capa fotografió la muerte de un miliciano republicano llamado Federico Borrell García. La fotografía, titulada Muerte de un miliciano, está universalmente considerada como una de las mejores jamás hechas El 5 de septiembre de 1936, Robert Capa y Gerda Taro estaban en el pueblo de Cerro Murriano, a 12 kilómetros al norte de la ciudad andaluza de Córdoba. Esa mañana los milicianos de la organización anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) lanzaron una ofensiva en dirección a Córdoba. Durante ese día, Capa fotografió la muerte de un miliciano republicano llamado Federico Borrell García. La fotografía, titulada Muerte de un miliciano, está universalmente considerada como una de las mejores jamás hechas Foto: Tomada del libro Robert Capa, obra fotográfica, editado por Océano

Monterrey, NL, 18 de agosto. El documental La sombra del iceberg –una autopsia de la mítica fotografía de Robert Capa (1913-1954), Muerte de un miliciano–, “no es un acto de revisionismo y si fue, o no, un montaje no importa, pues no resta nada al valor de esa imagen”, expresó en entrevista el productor de la cinta, Xavier Crespo. “¿Es importante?, como dirían los gallegos. Yo creo que no, porque la finalidad con que fue tomada la foto la cumplió con creces, al alertar a las democracias occidentales de Europa que en España estaba ocurriendo algo muy grave; en aquellos momentos parecía que no pasaba nada”, agregó.

El documental, de Hugo Doménech y Raúl Montesinos Riebenbauer, proyectado dentro del tercer Festival Internacional de Cine de Monterrey, relata como en los comienzos de la Guerra Civil española (1936-1939), el mítico fotorreportero Robert Capa (anónimo por aquel entonces) tomó la instantánea Muerte de un miliciano, uno de los iconos del siglo XX y símbolo de la tragedia en cualquier guerra.

Según la versión oficial, esta fotografía captó por primera vez en la historia el preciso instante de la muerte en plena batalla.

El filme cuestiona, usando varias dudas razonables y razonadas, la veracidad de esta versión y plantea la posibilidad de que esta imagen fuera el resultado de una genial puesta en escena.

La versión oficial añade que Capa tomó la placa hacia las 17 horas del 5 de septiembre de 1936, en una pequeña localidad situada 12 kilómetros al norte de Córdoba, Cerro Muriano, y en una de sus lomas, la de Malagueñas. Capa y su pareja, la también fotógrafa Gerda Taro, habían llegado a España apenas un mes antes, enviados por la revista francesa Vu, para preparar un reportaje especial sobre la guerra civil.

Afines ideológicamente al bando republicano, en Barcelona se acreditaron ante el jefe del Comissariat de Propaganda, que dispuso para ellos un coche con chofer y los salvoconductos pertinentes. Desde allí viajaron por el país en busca de imágenes victoriosas del ejército republicano. Sin embargo, no encontraron situaciones de acción durante aquellos días.

Según sus noticias, los republicanos iban a lanzar un ataque contra las tropas nacionales. Capa y Gerda fueron hacia el sur, pero sucedió todo lo contrario: fueron los nacionales los que iniciaron su avance hacia las montañas del norte, atacando las líneas republicanas con la aviación y la artillería, ese 5 de septiembre.

Contradicciones

Una columna de milicianos procedente de Alcoy (Alicante) acudió para reforzar las líneas republicanas. Según contó Capa, en una de las contradictorias declaraciones que realizó hasta su muerte en 1954, los milicianos estaban contentos y corrían ladera abajo; fue entonces cuando se escucharon disparos; se protegio; sacó de forma instintiva su cámara por encima de la cabeza y tomó la fotografía más célebre del reporterismo de guerra.

El combatiente de la fotografía –anónimo durante décadas–, fue identificado oficiosamente en 1995 como Federico Borrell García, apodado Taino, un miliciano procedente de Alcoy. El círculo se había cerrado y el miliciano ya tenía nombre y apellidos.

La investigación de los realizadores de La sombra del iceberg fueron al fondo y dan otra versión. Crespo: “La foto de Capa sí refleja lo que luego vendría: cuatro años de guerra y 36 años de represión. Aparentemente, según lo que hemos indagado, con los datos a los cuales hemos podido acceder, la foto posiblemente sea producto de una puesta en escena. No debemos olvidar que esta foto representa más que todo lo que se ha dicho. Es un momento clave y un icono del siglo XX.

“El documental marca una muestra de comprensión de la realidad. A esto sólo se opone el núcleo duro, de los que piensan que así se salvaguarda mejor la imagen de Robert Capa. Nos han interrogado sobre si hicimos revisionismo histórico, pero esa no ha sido nuestra idea.

“El estreno mundial fue en este festival de Monterrey; es un proyecto fresco que acabamos en marzo de este 2007. Para mí Capa es un maestro del fotoperiodismo, que marca una línea. La foto del desembarco en Normandía cierra un proceso. Vivió otros 11 años, pero su obra ya estaba hecha.”

 
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