Usted está aquí: sábado 18 de agosto de 2007 Opinión Ruta Sonora

Ruta Sonora

Patricia Peñaloza
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Caetano Veloso, dulce tropicalista extemporáneo

Actuará el 20 de agosto en Guadalajara, el 21 en Zacatecas y el 23 en el DF

Ampliar la imagen Caetano Veloso dueño de una profusa vitalidad y una afilada ternura Caetano Veloso dueño de una profusa vitalidad y una afilada ternura

Hablar del cantante y compositor brasileño Caetano Veloso es nombrar a un portento, ya no sólo de la música tradicional carioca, sino de la creación mundial, no tanto porque sea un músico de capacidades técnicas bárbaras, sino por poseer un carisma, una intuición composicional, una inteligencia lírica y una hermosa voz tales, que su existencia es un referente obligado para comprender la música brasileña contemporánea y para nutrir el alma de belleza, quietud y reflexión.

Tras casi 40 años de vigencia, constructor de una carrera sólida y de ascendencia internacional sutil, pero contundente, la clave para comprender la relevancia artística de Veloso está en su capacidad para, sin ser nacionalista ni folclorista, respetar el sonido y la identidad tradicionales brasileñas, sin dejar de ser, a cada década, contemporáneo, propositivo. Caetano es ante todo un orquestador, un compositor sencillo, de pretensiones populares, no “cultas” ni snobs, con un gran olfato, a la vez, hacia las vanguardias y la calidad interpretativa de otros músicos, como para ofrecer en cada nueva producción, ayudado por destacados invitados, una obra extemporánea, profunda. Es su carácter extrovertido, pero también endemoniadamente humilde, lo que le ayuda a convocar a músicos de alta talla como Arto Lindsay, Jacques Morelenbaum o a poetas como Jorge Mautner. Pero ninguna descripción verbal retrata tanto la beldad de su trabajo, como el hecho de dejarse acariciar por la fragilidad desgarradora y temblorosa de su voz o la exhuberancia de sus letras… En fin: por la gracia simple, no del genio, sino del ángel mortal que hipnotiza irremediablemente, sin explicaciones racionales.

Prolifico (ha grabado cerca de medio centenar de discos) e inquieto, explorador de sonoridades y emociones, Caetano Emanuel Viana Telles Veloso, nacido el 7 de agosto de 1942 en Santo Amaro de Purificación, Bahía, transformó la música tradicional de su país al ser generador del movimiento llamado Tropicalismo, creado entre 1967 y 1969 al lado de su hermana María Bethania, del músico Gilberto Gil y la cantante Gal Costa, así como del grupo Os Mutantes. Determinante en su vida fue el exilio que vivió en Londres, al lado de Gil (1969 a 1972), debido a sus convicciones antidictatoriales. De férrea filiación izquierdista, hoy día, a pesar de que reconoce la importancia histórica de Luiz Inácio Lula da Silva por haber alcanzado la presidencia de su país, sostiene una postura crítica hacia su gobierno, y al hecho de que Gil, su mejor amigo, sea el ministro de Cultura.

Dueño de una profusa vitalidad, una eterna juventud y una afilada ternura, Veloso ha dirigido una película (O cinema falado, 1986), ha ganado dos premios Grammy (por Livro, 1999 y por João voz e violão, 2000), “actuó” cantando en la cinta Hable con ella (2001) de Pedro Almodóvar, y ha publicado tres libros, entre los que destaca su autobiografía musical Verdad Tropical: la historia de la música tropical y de la Revolución en Brasil. Destacar sus mejores discos es tarea ardua, pero es posible nombrar: el fundacional Tropicalia I (1968), el bello Irene (1969), el deslumbrante Transas (1972), el experimental/psicodélico Araçá Azul (1972), Os Doces Bárbaros (1976, al lado de los tropicalistas mencionados), el funk-setentero Muito (1978), el jazz fusión de Cinema Trascendental (1979). La internacionalización vino con Estrangeiro (1989), al lado de Arto Lindsay; el excepcional Circulado o Vivo (1992), y el supremo Tropicalia 2 (1994), al lado de Gilberto Gil. Llegaron los homenajes a la música latinoamericana con Fina Estampa (1995) y Prenda Minha (1999); también están los citados ganadores del Grammy, y el reciente, de covers a temas en inglés, A Foreign Sound (2004).

Tropicalismo e identidad brasileña

La musica que en su juventud llamó la atención de Veloso, y la que lo hizo decidirse por este arte (porque más bien quería ser pintor, escritor y cineasta) fue la de Joao Gilberto. También se dice influenciado por Amalia Rodríguez, Ray Charles, Camarón de la Isla, Lulú Santos, Zeca Pagodinho, Beethoven; en cuanto al rock, admira a Bob Dylan, los Beatles, Jimi Hendrix y Pink Floyd.

A proposito del Tropicalismo, Veloso ha dicho para la prensa argentina: “Generar ese movimiento fue una solución a los problemas estéticos y políticos que vivíamos. Lo nuestro era más una actitud retadora, que un género; todavía hoy, la gente que hace música en Brasil es influenciada por las actitudes tropicalistas”. Y aunque tal movimiento incluía samba y bossa nova, su combinación con el rock causó polémica entre conservadores nacionalistas y entre la izquierda que veía la inclusión del rock en lo tradicional como una sumisión ante el imperialismo estadunidense: “El Tropicalismo no era tradicionalista ni nacionalista. Causó escándalo porque era muy roquero. Hicimos canciones con muchos aspectos de pop-rock internacional, con influencias de los Beatles, de las películas de Jean Luc Godard, del arte pop y del movimiento modernista brasileño de los años 20 (…). Cuando a los 17 años escuché a Joao Gilberto, Antonio Carlos Jobim, y toda esa gente que hacía música revolucionaria, con mucha modernidad e impresionantes arreglos de jazz, pero a la vez respetaba la tradición, lo que más relevante me pareció fue que aun siendo tan de vanguardia, tuvieron éxito popular. Los tropicalistas no estábamos negándolos; al contrario, pensamos que fusionar lo tradicional con rock le daba fuerza a lo que ellos habían hecho”.

Comprometido con la identidad de su país, agrega: “Brasil es un país de gran originalidad; tiene enormes dimensiones, y es el único de habla portuguesa en América. Nuestra música, junto con el futbol, posee gran particularidad. Creo que debemos asumir esa singularidad y ofrecer algo interesante al mundo: es nuestra obligación. Hacer que nuestras diferencias, que podrían ser desventajas, sean una bendición y ejemplo para el orbe”.

(2006), su disco más roquero

Asi, Caetano refrenda su cercanía con el rock, sobre todo ahora que en su presente gira promueve el álbum (contracción de você: tú, en portugués), de 2006, producido por el joven Pedro Sá y su hijo Moreno Veloso. Se trata de su primer disco de temas originales en seis años (había estado editando interpretaciones a temas ajenos), y es una de sus grabaciones más roqueras, a decir del mismo cantante: “Siempre he trabajado al lado del rock. Sólo me opongo a ciertos puristas del género, que se creen superiores al pop y al resto de las músicas. El rock nació tildado de ‘basura comercial’ en los años 50, cuando Elvis Presley apareció en contraposición a la complejidad del jazz; y siguió siendo tal ‘basura’ hasta que los Beatles se tornaron respetables y empezaron a sonar a vanguardia. Tal actitud de ruptura es parte de esa vitalidad que el rock necesita cada que requiere volver con su fuerza originaria; es el caso del punk, el trash o el grunge”.

De modo que si usted ha escuchado al Veloso orquestal, al funkero experimental, al melancólico que se deja adornar por violonchelos y berimbaos, o al que se arropa con ritmos latinoamericanos, no espere oírle de la misma manera en su próxima visita a México, pues ahora ha ensamblado una banda de rock, un trío de poder, integrado por Pedro Sá en guitarra eléctrica y dirección musical, Ricardo Dias en bajo y piano, y Marcelo Callado en batería. Claro que promete interpretar varios de sus temas clásicos, con esa su capacidad para llenar el escenario con sólo su voz y una guitarra.

En , dice Veloso a El País, “hay samba, rock, blues. Y aunque el disco está marcado por la tristeza que me produjo la separación con mi segunda mujer, Paula Lavigne, no es un disco que hable sólo de eso (…). Empecé a experimentar en 1966, y no ha parado de interesarme hacerlo. Este disco se emparenta a lo que hice con Os Mutantes en 1967, a algunos temas de Noites do Norte (2000) y A foreign sound. El propósito fue establecer un diálogo entre la historia del rock y el pos-punk, pero con arreglos jobimianos. Estoy contra la idea de ‘autenticidad’, no me interesa la pureza en la música”.

Caetano Veloso se presenta el lunes 20 en el Teatro Diana de Guadalajara; el martes 21 en el Auditorio de la Plaza de Armas, en Zacatecas, y el jueves 23 de agosto en el Auditorio Nacional, a las 20 horas. Horarios y boletos en taquillas o al 5325 9000.

 
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