Usted está aquí: jueves 16 de agosto de 2007 Política Como el hilo, se rompe por lo más delgado

Ana María Aragonés
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Como el hilo, se rompe por lo más delgado

La migración a Estados Unidos, legal e indocumentada, representa 15 por ciento de la fuerza de trabajo, lo que supone que de 151 millones 600 mil trabajadores, los migrantes alcanzarían cerca de 22 millones, de los cuales 12 millones son indocumentados, de acuerdo con los datos presentados por el Pew Hispanic Center, y si nos atenemos a otras fuentes el número se incrementa en forma muy sustantiva. Los sectores más importantes a los que se incorporan son la construcción, la industria agroalimentaria y el sector salud. Aproximadamente 40 por ciento de los científicos, aquellos que han alcanzado grados de doctorado, han nacido en el extranjero.

Los migrantes no sólo transforman el tamaño de la fuerza laboral, sino que cambian la relación entre trabajo no calificado y calificado en la economía receptora. Es decir, en la medida en que los migrantes en su mayoría son no calificados, los nativos se benefician de esta diferencia debido a las discrepancias de productividad. Por ejemplo, los migrantes que trabajan en el sector de la construcción permiten construir más casas a menor precio, lo cual incrementa la productividad de los nativos y sus ingresos, quienes, por otro lado, pueden tener importantes ganancias al tener enorme variedad de bienes y servicios a menores precios producidos por aquellas industrias que presentan alta concentración de migrantes. Debido a ello, estos últimos crean una sobreganancia de 0.28 por ciento del producto interno bruto, lo que significa más o menos 37 mil millones de dólares anuales. Se estima que prácticamente 90 por ciento de los trabajadores oriundos de Estados Unidos obtienen ganancias de la migración. Si se multiplica el promedio de ganancias por el total de los salarios de los trabajadores nativos se señala que las ganancias anuales en los salarios provenientes de la migración se encuentran entre 30 mil millones de dólares y 80 mil millones de dólares.

De acuerdo con lo señalado, los beneficios de los trabajadores estadunidenses en relación con la migración es una realidad, pues se trata de labores complementarias que no presentan ninguna pérdida por problemas de competencia. Sin embargo, la situación con los nativos poco calificados podría presentar una situación diferente. Si bien es cierto que los trabajadores con educación en términos de preparatoria no terminada han disminuido en forma importante en años recientes, de todos modos uno podría aceptar que sí entran en competencia con los migrantes no calificados. No obstante, un conjunto importante de estudios señala que el efecto negativo de los migrantes sobre los salarios de este sector de la población es mínimo, pues a lo largo de 20 años se ha situado en 10 por ciento. En este sentido, las dificultades que enfrentan estos trabajadores son sin duda una preocupación para los políticos, pero parece un poco absurdo concluir que la migración es la causa central de los obstáculos por los que pasan los nativos poco calificados y que por ello mismo el objetivo sería reducir la migración para que no enfrenten problemas.

En realidad las ganancias para los trabajadores en general son muy altas. Varios estudios estiman que el incremento de los salarios de los nativos gracias a la migración alcanza cerca de 30 mil millones de dólares al año. Por ello, parece absurdo, y sería una política ineficiente, si para supuestamente ayudar a los de bajos salarios se decidiera reducir la migración.

Un elemento central a considerar es que el promedio salarial en relación con los nativos presenta grandes diferencias en el contexto de los distintos grados educativos. Los trabajadores estadunidenses con preparatoria no terminada ganan 462 dólares semanales y los migrantes 396 dólares; con preparatoria completa 607 dólares y 507 dólares, respectivamente; esta brecha se va acortando cuando los niveles de educación se emparejan, ya que con grados universitarios los nativos ganan mil 42 dólares y los migrantes mil 24 dólares semanales.

¿Y quién cree usted que dice todo esto? Pues es parte del resultado del estudio Impactos económicos de la migración, presentado el 20 de junio pasado por el Consejo de Asesores Económicos de la Oficina Ejecutiva de la Presidencia de Estados Unidos. Sus resultados son realmente incontrovertibles, como señala el documento. Pero ante la negativa del Congreso de ratificar su propuesta de reforma migratoria, a pesar de todas estas consideraciones, Bush quiere ahora no sólo poner en práctica, sino reforzar las leyes vigentes en Estados Unidos como una forma de presionar a los congresistas, pues sabe que responden a los intereses de las grandes corporaciones que los llevaron a ganar las elecciones. Estas leyes se dirigen contra los empleadores que contraten indocumentados, acción por la que podrían enfrentar multas tan severas que podrían llegar a los 10 mil dólares, además de estar sujetos a mayor escrutinio sobre sus fuerzas laborales. Pero, como los propios congresistas señalan, estas propuestas también pasan por sus manos. Así que, como siempre, el hilo se rompe por lo más delgado: los migrantes.

 
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