Usted está aquí: martes 14 de agosto de 2007 Espectáculos Homenajean a los hermanos Bichir en el Festival de Cine de Monterrey

Bruno, Demián y Odiseo han desarrollado carreras independientes y exitosas

Homenajean a los hermanos Bichir en el Festival de Cine de Monterrey

arturo cruz barcenas (enviado)

Ampliar la imagen La orgullosa Maricruz Nájera y su hijos Demián, Bruno y Odiseo, quienes recibieron el Cabrito de Plata en el FIC de Monterrey La orgullosa Maricruz Nájera y su hijos Demián, Bruno y Odiseo, quienes recibieron el Cabrito de Plata en el FIC de Monterrey Foto: Gino Samaniego

Monterrey, NL, 13 de agosto. Son los Bichir: Bruno, Demián y Odiseo, a quienes el tercer Festival Internacional de Cine de Monterrey los define como los continuadores de una tradición en México, la de los hermanos actores, como los Soler, de la llamada Epoca de Oro del cine mexicano.

En el segundo día de actividades de esta fiesta del celuloide, llegaron vestidos de negro, elegantes, todos con barba; pisaron la alfombra roja y entraron al Aula Magna del Colegio Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde el director de este festival, Juan Manuel González Fernández, los exaltó hasta la cima y Pedro Armendáriz les entregó la estatuilla FIC Monterrey, que desde este año reconocerá a quienes han hecho aportes esenciales al séptimo arte nacional.

La estatuilla es un cabrito, animal cornudo –muy sabroso– que es considerado un símbolo de la ciudad del Cerro de la Silla. Previamente se proyectó un documento visual, una semblanza de la trayectoria de los hermanos, que tuvo como la espectadora más emocionada a la mamá de los actores: Maricruz Nájera. En el video se les señala como miembros de una familia de histriones “encabezada por su padre, el también actor y director Alejandro Bichir y su madre, también actriz.

“Los Bichir Nájera son sólidos caracterizadores del mexicano promedio ante el mundo, al que han sorprendido con antológicas interpretaciones que realzan la producción nacional para consumo interno y para exportación. Desde que Fernando, Andrés, Domingo y Julián Soler marcaron con su clase la llamada Epoca de Oro del cine mexicano no había, hasta ahora, una dinastía de intérpretes de la actuación como la de los Bichir, que ocupan cada año, de manera infaltable, las pantallas del cine o de la televisión, y con frecuencia los escenarios en el teatro, para reflejar cómo somos y provocarnos momentos de sublime alegría, terrible tristeza, enamorar a las chicas y despertar envidias ante los galanes.

Debut en telenovelas

“Cada uno tiene una trayectoria rutilante en el cine, con características propias y una identidad bien definida: Odiseo Bichir, el mayor de los hermanos tiene una carrera en la que destacan sus participaciones en telenovelas como Pacto de amor, que marcó su debut; El padre Gallo, Monte Calvario, Carrusel, La pícara soñadora, María la del Barrio, Aventuras en el tiempo, Amarte es mi pecado y Mundo de fieras, entre muchas otras, en las que predominan personajes rudos.

“En el cine, debutó con Frida, naturaleza viva, y continuó con producciones, básicamente en papeles de apoyo”.

Rudo y enamorado

Demián, “el del medio, mantiene una presencia muy frecuente en el cine. Algo muy cierto es que el público lo quiere desde que saltó a la fama en la telenovela El rincón de los prodigios, después de la cual dejó los foros momentáneamente y emigró a Los Angeles buscando oxigenar su carrera. Retomó su fama en la televisión como un rudo y enamorado en la telenovela Nada personal, que tuvo su secuela llamada Demasiado corazón.

“Ya para entonces había hecho mucho cine y telenovela, pasando por algunas interpretaciones en películas como Rojo amanecer, donde hace pareja con Bruno; La vida conyugal y Miroslava. A mediados de los noventa fue presentada Cilantro y perejil, que le dio un impulso definitivo. Se hizo de otras producciones internacionales, como Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, Perdita Durango, Bendito infierno y, más recientemente, American Visa”.

Damián expuso la necesidad de que el cine nacional sea entendido como una verdadera industria, “pues así todos vamos a ganar. Creo que son muchas las partes que tenemos que cumplir y el público está listo para cumplir la suya, cuando vea un buen material y le avises que está en cartelera”. Otras cintas en las que ha intervenido son Salón México, Todo el poder, Santitos y la taquillera Sexo, pudor y lágrimas, Ciudades oscuras y Fuera del cielo, “donde interpreta al impasible hombre Marlboro”.

Bruno, “el menor de la dinastía Bichir, es el que tiene más proyección en papeles cómicos y también, quizá, el que más ha participado en producciones internacionales. Junto a su hermano Damián se metió a la casa de Héctor Bonilla en la película Rojo amanecer, y de ahí siguió con papeles protagónicos y secundarios como en El patrullero, Anatomía de una violación, Serpientes y escaleras, Aquí espantan, Principio y fin, Días de combate, El jardín del Edén, Algunas nubes, El evangelio de las maravillas, hasta conseguir la excelencia del exasperante Marcos en Crónica de un desayuno, en Ciudades oscuras, Conejo en la luna y La mujer de mi hermano, entre otras.

“Bruno alcanza un momento culminante en la historia del cine mexicano en El callejón de los milagros, interpretando al peluquero Abel”.

 
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