Usted está aquí: viernes 10 de agosto de 2007 Opinión Penultimatum

Penultimatum

Otro asunto espinoso

EL GOBIERNO DEL licenciado Calderón sigue dando de qué hablar en el concierto de las naciones. Al espinoso asunto del ciudadano chino-mexicano Ye Gon, se agrega otro con el gobierno suizo. No se trata de la devolución de millones de dólares depositados en los bancos de ese país por algunos personajes de la vida nacional, sino del nuevo representante diplomático de México. Ocurre que en Europa se acostumbra que los embajadores tengan nombres cortos y fáciles de pronunciar por los responsables del área de protocolo, pompa y circunstancias. Por ese motivo la cancillería de Suiza ha consultado a su contraparte mexicana si no hay inconveniente en abreviar el nombre de nuestro embajador y así evitar equivocaciones a la hora de anunciarlo en ceremonias oficiales. Se llama Luciano Eduardo del Perpetuo Socorro Joublanc Montaño. Cabe recordar el que quiso imponer el inexperto canciller Santiago Roel (en tiempos de López Portillo) en Washington: Anacleto de las Gracias del Espíritu Luján Virgen. Era de Lampazos, Nuevo León, por supuesto.

LA COMISION PARA el Arte Saqueado en Europa lleva 60 años recuperando las obras que los nazis se apropiaron antes y durante la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de esas obras pertenecieron a familias y países inferiores, es decir, distintos a la raza aria: desde judíos hasta homosexuales y gitanos, rusos o ucranianos. Una de las colecciones saqueadas fue la de Arthur Feldmann, quien vivía en Brno, una de las ciudades más bellas de Checoslovaquia. Fue detenido, torturado y asesinado junto con su esposa. Sus pertenencias (entre ellas 700 obras de los grandes pintores) quedaron en poder de las fuerzas alemanas que ocuparon ese país. Terminada la guerra, los descendientes de los Feldmann comenzaron a localizarlas. Se han encontrado ya 200, cuatro de ellas en el Museo Británico, que las devolvió a la familia de su antiguo dueño sin explicar la forma en que fueron adquiridas. Otras 135 estaban en una galería Moravska, en la propia Brno, que tampoco aclaró cómo se hizo de ellas. La más reciente, La liberación de San Pedro de prisión, un dibujo de Rembrandt, fue devuelta por un estadunidense. La acompañaba una carta en la cual explica cómo llegó a sus manos el dibujo. Pero muchas obras saqueadas a países y familias todavía no aparecen. Y cuando las localizan es necesario un tortuoso proceso para lograr su devolución, pues quienes ahora las poseen alegan que las adquirieron de buena fe.

EL GOBIERNO ALEMAN sostiene que también sufrió el saqueo de sus tesoros artísticos. Calcula en cerca de 180 mil las piezas confiscadas por el Ejército Rojo una vez que ocupó parte del territorio alemán en su campaña de liberación. En varias ocasiones ha pedido al gobierno ruso ''inventariar" lo que califican de ''botín de guerra". Pero Moscú alega que esas piezas de arte no regresarán a Alemania, pues constituyen una mínima compensación por los millones de personas inocentes que murieron a manos del ejército alemán durante la invasión a las naciones que formaban parte de la antigua Unión Soviética.

 
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