Usted está aquí: miércoles 8 de agosto de 2007 Espectáculos Ayer murió Ernesto Alonso, llamado El señor telenovela

La casa del odio, el primero de 150 trabajos para televisión; en cine, hizo 40 películas

Ayer murió Ernesto Alonso, llamado El señor telenovela

Ganó reconocimiento por su papel en Ensayo de un crimen, dirigida por Luis Buñuel

ARTURO CRUZ BARCENAS

Ampliar la imagen El funeral del descubridor de estrellas El funeral del descubridor de estrellas Foto: María Meléndrez Parada

Ayer, a la edad de 90 años, falleció el actor y productor de cine, teatro y televisión Ernesto Alonso (Aguascalientes, 28 de febrero de 1917), víctima de neumonía. Su deceso -ocurrido a las 3:30 horas- no fue dramático cual telenovela, sino calmo, como final feliz de una película, en su casa y rodeado de sus seres queridos. Dictó un último guión, su última voluntad: que en el panteón no hubiera los amontonamientos que se dieron en el caso de María Félix, de quien fue amigo y confidente.

En el Panteón Francés de Legaria, desde temprana hora se dieron cita decenas de representantes de medios de comunicación. No pudieron entrar a voluntad, sino de dos en dos. En las pantallas del denominado Canal de las Estrellas, en el ángulo izquierdo, se pudo ver un moño negro en señal de luto.

En la capilla del cementerio, decenas de coronas de flores fueron colocadas alrededor del ataúd. Se observaba un cuadro híper realista. Era llamado El señor telenovela, vertiente en la que se le considera innovador, sobre todo en la de temática histórica, como Senda de gloria.

Parte del reparto de La Sandunga

Nació en el seno de una familia de abolengo: su padre fue el farmacéutico Justo Ramírez Sánchez y su madre Rosa Alonso. Actuó en cine bajo las órdenes de figuras como Luis Buñuel y Emilio Indio Fernández. Dejó su ciudad natal con el fin de incursionar en el denominado séptimo arte, por lo que tan pronto llegó a la ciudad de México (1937) logró colocarse en el reparto de La Sandunga, dirigida por Fernando de Fuentes y protagonizada por Lupe Vélez.

Por esos años comenzó su presencia en los escenarios teatrales con la ayuda del dramaturgo Celestino Gorostiza; siguiendo la sugerencia del director Julio Bracho, decidió cambiar su primer apellido (Ramírez) por el de Alonso, en homenaje a su madre.

Con su nuevo nombre, debutó en el papel estelar de la cinta La virgen que forjó una patria (1942), de Julio Bracho. Sumó más de 40 películas en su trayectoria.

Con Luis Buñuel filmó Abismos de pasión (1953) y Ensayo de un crimen (1955), y narró Los olvidados (1950). Por su trabajo en la segunda de estas películas fue postulado en 1956 al premio Ariel en la categoría de mejor actor.

En 1959, ya con fama de galán, fue convencido por Emilio Azcárraga Milmo para que se dedicara a la producción de televisión.

Su primera telenovela (de unas 150 en su vida), La casa del odio, producida en 1960, tuvo mucho éxito. Entre las telenovelas con gran impacto bajo su mando se cuentan Maximiliano y Carlota, Las leyendas de México, La Constitución, El carruaje, Los caudillos, Senda de gloria, El vuelo del águila, El maleficio (que captó la audiencia de todas las clases sociales), La traición, Doña macabra y Laberintos de pasión.

En el ámbito teatral, el empresario, productor, director y descubridor de actores ("conmigo han trabajado todas las grandes actrices de México", se ufanaba, lo cual era revalidado por Verónica Castro y Lucía Méndez) trabajó en más de 30 obras y su primer montaje fue Los domingos de don Blas (1939).

En su juventud, tuvo romances con reconocidas actrices, y aunque nunca se casó, tampoco renunció a la satisfacción de formar una familia por medio de la adopción y ahora tiene nietos y bisnietos. Guadalupe y Juan Diego, sus hijos, aparecieron en su camino, a decir de él, "porque Dios quiso que los tuviera".

Fue aficionado a coleccionar ángeles y a su casa llegaron figuras como Orson Welles, Lupe Vélez, Nelson Rockefeller, Gilbert Roland, Salvador Novo, Pita Amor, Emilio Fernández, Dolores del Río, Julio Bracho, María Félix y Andrea Palma. En su residencia, y después en El Quid, un centro nocturno de su propiedad, fue anfitrión de grandes figuras del cine, la música, la plástica y las letras.

Ayer, el actor Luis Gimeno, secretario del Interior y Exterior de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), dijo que el esta instancia analiza la posibilidad de rendirle un homenaje: "El señor telenovela es tan importante que su muerte no debe pasar inadvertida para nadie, mucho menos para el gremio artístico. Espero que las autoridades encargadas de la cultura lo reconozcan de igual manera".

"Era todo un caballero": Ana Luisa Peluffo y María Victoria

Ana Luisa Peluffo y María Victoria reconocieron que Ernesto Alonso era todo un caballero, de lo que hoy carece el medio del espectáculo. Jacqueline Andere, una de sus principales actrices, llegó consternada, lo mismo que Silvia Pinal, quien lloraba por el dolor de la irreparable pérdida. Miguel Sabido: "Ernesto Alonso fue un innovador al abrir espacio a nuevas temáticas en la pantalla chica, ya que fue el primero en producir telenovelas históricas, policiales y de suspenso".

Ayer, a las 11:30 horas se realizó una misa de cuerpo presente y fue cremado a las 19 horas. Hoy miércoles, al filo del medio día, Televisa, la empresa de la que fue un soldado -en la definición de Azcárraga-, le rendirá homenaje en uno de sus patios. Sus cenizas serán depositadas en la Rotonda de los Hombres Ilustres de su natal Aguascalientes, al lado de su hermano, el torero Alfonso Ramírez El Calesero.

La vida de El señor telenovela fue una senda de éxito.

 
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