Usted está aquí: miércoles 8 de agosto de 2007 Opinión Prostitución en el DF: estrategia equivocada

Editorial

Prostitución en el DF: estrategia equivocada

Ayer, autoridades de la delegación Venustiano Carranza, conjuntamente con la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) y la procuraduría capitalina, realizaron un operativo que concluyó con la clausura de dos prostíbulos y la detención de 11 personas -entre ellas, una menor de edad- en la zona conocida como La Merced, donde, según cifras extraoficiales, trabajan cerca de 3 mil 500 mujeres dedicadas al sexoservicio, la mayoría de las cuales provienen de zonas indígenas marginales del país.

El hecho trae a colación, de nueva cuenta, el eterno debate en torno a la prostitución. Cabe recordar que en junio pasado las bancadas de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT), Convergencia y Alternativa Socialdemócrata presentaron en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal una iniciativa de ley para regular la prostitución en la capital del país, la cual tenía como fin "reconocer la dignidad de las y los sexoservidores; garantizar el ejercicio de sus derechos; regular el ofrecimiento y ejercicio de ese servicio; establecer las bases para una cultura de respeto y no violencia hacia quienes se dedican a esa práctica, y normar las políticas, medidas, acciones y programas gubernamentales que contribuyan al desarrollo integral de estas personas". Sin embargo, la propuesta legal generó controversia y desaprobación en el gremio de las trabajadoras y trabajadores sexuales, quienes la calificaron como un "intento de erradicar la prostitución". Elvira Madrid, dirigente de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, manifestó su rechazo a la iniciativa de ley, con el argumento de que si ésta se aprobara "el Estado se convertiría en el principal lenón", e instó a las autoridades capitalinas a consagrarse al combate a la violencia y la explotación que sufren las personas dedicadas al sexoservicio.

El debate legislativo en torno a la regulación de la prostitución puede seguir, pero lo que no puede dejar de mencionarse es que el verdadero problema que subyace es la existencia de redes millonarias de explotación y tráfico de personas. Ambos fenómenos son posibles gracias a un complejo entramado de corrupción y poder al servicio de un negocio millonario. En ese sentido, constituye un acto de incongruencia que el gobierno capitalino se ensañe con el sector más depauperado del sexoservicio en la ciudad y no ataque, en cambio, los circuitos de antros de lujo en los que se practica la prostitución de manera clandestina, al igual que en los paupérrimos locales clausurados en La Merced, con la diferencia de que los clientes que ahí asisten pertenecen a altas esferas económicas y que, por tanto, los propietarios de esos establecimientos tienen los medios necesarios para ampararse contra la acción de las autoridades o incluso corromperlas.

La acción emprendida ayer por las autoridades capitalinas en La Merced plantea inevitablemente la pregunta respecto a si el Gobierno del Distrito Federal cuenta con una política concreta en torno a la prostitución, a sus causas y a los problemas que origina. Da la impresión que, con acciones como la clausura de los locales referidos, el gobierno capitalino busca más la exposición mediática que golpear efectivamente a quienes trafican con la miseria, la degradación y el dolor humanos.

Por último, resulta también inadmisible que las autoridades no combatan las causas que originan la prostitución con la misma intensidad con la que emprenden operativos para sancionarla. Es imprescindible que el problema se aborde de raíz y se sumen esfuerzos para erradicar la pobreza, la marginación, la desintegración familiar y la descomposición social.

 
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