Usted está aquí: martes 7 de agosto de 2007 Política Llama Lula a la unidad de AL y ofrece la puerta para que México acceda al Mercosur

''Mi corazón y el del presidente Calderón no están con EU ni con la UE, sino con Latinoamérica''

Llama Lula a la unidad de AL y ofrece la puerta para que México acceda al Mercosur

Duelo de elogios personales dejó atrás diferencias en Davos; el futbol, tema omnipresente

CLAUDIA HERRERA BELTRAN, MIRIAM POSADA

Ampliar la imagen Discurso del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ante su homólogo mexicano, Felipe Calderón, en el Alcázar de Chapultepec Discurso del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ante su homólogo mexicano, Felipe Calderón, en el Alcázar de Chapultepec Foto: Cristina Rodríguez

Brasil ofreció ser la puerta de entrada de México al Mercosur, aunque el presidente de ese país, Luiz Inacio Lula da Silva, acotó que ''esto lleva tiempo'' y pidió que nuestro país mire hacia el sur.

Y es que en su primera visita de Estado al país, Lula señaló que sin importar quién gobernaba y quiénes eran los presidentes de México y Brasil, el hecho concreto ''es que nosotros dejamos en segundo plano a América Latina. Si le preguntan a Lula o le preguntan a Calderón de qué lado está nuestro corazón, no está ni con Estados Unidos ni con la Unión Europea. Nuestro corazón está con nuestra querida América Latina'', expresó durante la cena ofrecida en su honor.

Con este llamado a la unidad en la región, y sobre todo a estrechar los lazos entre ambos países, Lula da Silva y Felipe Calderón concluyeron su encuentro en el que hicieron todo lo posible por resaltar puntos en común y dejar de lado las aparentes diferencias ideológicas que pudiera haber entre dos gobernantes, uno surgido de la derecha y otro de la izquierda. Ambos se dispensaron el calificativo de ''amigo''.

En este afán, el presidente mexicano se valió hasta del futbol cuando señaló que después de la Selección Nacional, la de Brasil es la favorita de los mexicanos. ''Así de cercano y así de grande es nuestro afecto''.

Este día, Calderón lo dedicó por entero a su huésped brasileño. Tanto en la reunión que ambos tuvieron con empresarios, como en la recepción oficial en Palacio Nacional y después en el Alcázar de Chapultepec, coincidieron en señalar que este día se inició una ''nueva era'' en la relación entre ambos países. Por el tono y el trato que Lula da Silva dio a su anfitrión fue evidente que dejó atrás aquel desencuentro que tuvieron en el Foro Mundial de Davos, Suiza, en enero pasado, cuando Felipe Calderón defendió las tesis neoliberales y el mandatario brasileño las cuestionó.

Ayer todo fue diplomacia. Reunidos con brasileños que residen en México -entre ellos destacaban futbolistas como Antonio Carlos Santos y Antonio Nael-soon, Zinha-, los dos mandatarios no escatimaron elogios.

Lula se dirigió varias veces a su anfitrión como ''querido presidente'' y le recomendó ''observar un poco'' a América del Sur, y también al Mercosur, y decidir qué estrategia debe adoptar con los países sudamericanos.

Como le restan tres años y medio en el poder, y a Calderón menos de seis, este carismático líder le sugirió que aproveche para construir en el siglo XXI las alianzas que no fueron capaces de hacer en el siglo pasado.

Trofeo, camiseta y remembranzas

Luego de que Justino Compeán, presidente de la Federación Mexicana de Futbol entregara a Lula un trofeo junto con una camiseta de la Selección Mexicana, Calderón aprovechó para advertir que si algo une a los mexicanos con ellos es la pasión por el balompié.

Emocionado, señaló que los mexicanos nunca olvidarán que aquí se jugó y se coronó hace 37 años la que ha sido señalada como la mejor selección de futbol de todos los tiempos, ''la del gran Pelé'', que encarna el afecto de los mexicanos por los brasileños.

Y ante la insistencia de Lula de que México mirara al sur, le aseguró que la posición geográfica ubica al país en el norte, pero ''nuestro corazón está claramente'' en el sur y en América Latina.

Muestra del trato deferente que brindó a Lula da Silva, Calderón le dio la bienvenida a él y a su esposa María Leticia, resaltando que se trata de un hombre de trabajo, un legendario líder obrero, reconocido luchador social, ferviente demócrata, amigo de México.

Por la noche, vino el intercambio de reconocimientos y con ello sellaron esta nueva etapa. Calderón le impuso al brasileño el Aguila Azteca en Grado de Gran Collar, y recibió de éste la Gran Cruz del Sur, también en grado de Gran Collar.

En su llamado a mirar hacia América Latina, el presidente brasileño que surgió de las filas del Partido del Trabajo reconoció que, como dirigente sindical, viajó decenas de veces a Europa y Estados Unidos, pero nunca lo hizo a México ni a otros países de la región, porque como otros, hacía política con un condicionamiento. Por eso pidió: ''No seamos más colonizados políticamente''.

Y prometió que no economizará esfuerzos para que los dos países puedan consolidarse en una política de integración en un mundo globalizado, en el que juntos representan más de 300 millones de habitantes.

La cena de Estado se demoró 20 minutos a causa de un corto circuito que dejó sin luz los potentes reflectores del Castillo de Chapultepec. Finalmente, elementos del Estado Mayor Presidencial arreglaron el desperfecto y pudieron así departir políticos y empresarios como Carlos Slim, dueño de Teléfonos de México, quien, junto con el gobernador perredista de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, se han convertido en invitados obligados a este tipo de banquetes oficiales.

 
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