Usted está aquí: domingo 5 de agosto de 2007 Opinión A la mitad del foro

A la mitad del foro

León García Soler

La huelga de Cananea

La izquierda despistada

El impresentable Hank

Ampliar la imagen Néstor Kirchner Néstor Kirchner

Ampliar la imagen Jorge Hank Rhon Jorge Hank Rhon Foto: Ap

En el corto plazo todos estaremos en la barranca de la que querían sacar al buey los de la derecha y las despistadas izquierdas que sumaron su voto útil a la brega de eternidad para sacar al PRI de Los Pinos. Nada perfecta la dictadura del sistema métrico sexenal con cinco presidentes que nunca antes fueran candidatos a cargo alguno. Y ahora, el Bicentenario como 18 Brumario de las fiestas del porfiriato.

Con el buey en la barranca, décimo noveno y último de la América nuestra, según la Cepal. Vino Kirchner desde Argentina y nos recordó los lazos que nos unen a la distancia y a la cercanía de los pueblos, fortalecida por la firmeza de los principios de la política exterior mexicana; refugio para los perseguidos del golpismo y las dictaduras. Aunque la desmemoria eludiera las fechas de la guerra sucia y dejara en prisión domiciliaria el nombre de Luis Echeverría. Toda tragedia tiene algo de esperpéntico, dice Marañón en la Pasión de mandar. El paso ostentoso, vano y verborreico del señor Fox es lo de menos. Aunque dejara tras de sí estas ruinas institucionales que ves.

La vanidad ciega. Ya habíamos padecido la que declaró persona non grata al socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Las izquierdas que perdieron la brújula declaran sentenciosamente que Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca, pretende legitimarse con las elecciones de este domingo. Unica vía legal, la elección, para colmo, va a consolidar la mayoría priísta en el Congreso local y municipios, incluidos los del sistema de usos y costumbres.

Mañana llega a México Luiz Inacio Lula da Silva, líder del Partido de Trabajadores, de izquierda, presidente del Brasil, en visita de Estado; a tomarse la foto, "a legitimar" a Felipe Calderón, dirán los fundamentalistas de las izquierdas despistadas en busca de rumbo, las que proponen que el PRD ya no se diga de izquierda, sino progresista o algo así, para recuperar las ganancias diluidas en la legitimidad itinerante.

Hoy eligen gobernador en Baja California. Entre Dimas y Gestas votarán los electores del otro México descrito magistralmente por Fernando Jordán. Fiestas del Bicentenario. Y a escena un Napoleón. No el pequeño que nos mandó al emperador rubio de opereta, sino Napoleón Gómez Urrutia, dirigente del sindicato minero, que, para colmo del déjà vu, estalla la huelga de Cananea. Javier Lozano, flamante y sorpresivamente secretario del Trabajo de Felipe Calderón, cierra el puño y afirma que él decidió romper las negociaciones."No dudo que (la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje) las declare inexistentes", anticipó el funcionario tan amable y descrito por el abogado Néstor de Buen como un buen hombre que nada sabe de huelgas.

Del derecho de huelga y de la obligación de tutelar el interés de los trabajadores que le impone la norma constitucional, nada. Continuidad de un gobierno que se empeñó en intervenir en la vida interna del sindicato, desconocer a Gómez Urrutia, con el agravante de incurrir en delitos como falsificar firmas para imponer un paniaguado grato a los patrones de Grupo México y al patético mozo de estribo que despachaba como secretario del Trabajo. Bajo toneladas de tierra están todavía los cuerpos de los mineros muertos en Pasta de Conchos. De ahí el secretario Francisco Javier Salazar Sáenz huyó despavorido cuando un trabajador exigió aclaraciones. Mintieron a las viudas, hijos, familiares y compañeros de trabajo de los muertos por negligencia criminal y la turbia tolerancia de autoridades.

La huelga de Cananea, 100 años después. Más de lo mismo. En Lázaro Cárdenas, Michoacán, mataron a tiros a obreros de Sicartsa, trabajadores metalúrgicos compañeros de los mineros muertos en Coahuila. Y el señor Salazar, diplomado en ética, a ser premiado con la candidatura a gobernador de San Luis Potosí, la tierra de Ponciano y Camilo Arriaga, de Antonio Díaz Soto y Gama, de Aurelio Manrique, de León García y de Graciano Sánchez. No incluyo a Salvador Nava, tenaz combatiente, a quien Carlos Salinas de Gortario tuvo a mal declarar "apóstol de la democracia". Ya bastante confundidos están quienes repudian a Cuauhtémoc Cárdenas y acatan, pero no obedecen, las órdenes de Andrés Manuel López Obrador.

Buscan refugio en el inane centro para escapar al cargo de la ultraderecha gobernante y grupos de poder real que los ubican en la izquierda; de los prejuicios sumarios en el ágora electrónica: fósiles del determinismo histórico, reducidos a miasmas del populismo de la hora. No ser de izquierda cuando está en el poder la derecha que no gobernaba desde el triunfo de la revolución de Ayutla; ceder a la tentación centrista cuando se consolida el rencuentro del poder del dinero y el de la clerigalla, bajo el dogma de la nueva ortodoxia y las recetas económicas de falso sello liberal aplicadas a los pobres. Con razón dice Ricardo Monreal que cambiar de rumbo sería suicida.

Lo dice un experto en giros, en idas y venidas de un partido a otro. En Zacatecas hubo ronda de progresistas, democráticos y uno que otro despistado izquierdista. Mezcla enloquecedora que le costó votos al PRD y puso a la gobernadora Amalia García al borde del abismo unidimensional. O quizá obligada a reafirmar la obligación contraída al rendir protesta como titular del Ejecutivo de un estado libre y soberano. Hoy hay elecciones en Aguascalientes y el dinosaurio de Tito Monterroso todavía está ahí; bajo las capas geológicas de la derecha cuaternaria, brota la posible victoria del priísta Gabriel Arellano en Aguascalientes capital.

Terca la realidad y persistente el antiguo régimen. En Baja California, parejos en las encuestas, Jorge Hank, del PRI, y Guadalupe Osuna, del PAN. Personaje pantagruélico, el heredero de Carlos Hank González deslumbra con el enfermizo atractivo de los excesos: demasiado dinero, tanto el heredado como el que se multiplicó prolíficamente como los vicios y las adicciones. Del hipódromo de Agua Caliente al lujoso fraccionamiento edificado por encima de la ley, que imponía revertir al estado la propiedad si no daba el uso señalado en la concesión. Caballos, galgos y casas de juego en toda la República. Pero eso fue ayer. Hoy los panistas señalan con índice de fuego a las sospechosas cercanías de Jorge Hank con narcotraficantes.

El inolvidable "fraude patriótico" del PRI como justificación de las artes de birlibirloque electoral. El combate al crimen organizado es la versión contemporánea del PAN. Suficiente para coincidir con los empeños de Felipe Calderón en la guerra contra el narco. Pero también para rescatar del olvido las acusaciones hechas a colaboradores y a Claudio Ruffo, hermano de Ernesto Ruffo Appel, primer gobernador panista en la entidad. Primero que derrotó desde la oposición al "invencible". Primera derrota de Salinas, sujeto a presión de la Casa Blanca y cuestionada la democracia por propios y ajenos.

En Durango hay consejo nacional del PRI. Si el opaco Guadalupe Osuna recibe más votos, gana el PAN. Si la mayoría es para el impresentable Jorge Hank, pierde el PRI. Beatriz Paredes tendrá que conciliar el ser y el deber ser. Y el PRI va a gobernar 19 estados de la República. El destino de la República está en juego, como en un volado lanzado con el amañado grito del fullero: "águila, yo gano; sol, tú pierdes".

 
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