Usted está aquí: domingo 5 de agosto de 2007 Cultura Rinde el museo Franz Mayer un reconocimiento a maestros plateros

ARTESANOS MEXICANOS

La muestra México destellos en plata. Tane concluye el próximo 12 de agosto

Rinde el museo Franz Mayer un reconocimiento a maestros plateros

Cada pieza es única porque se trabaja a mano y lleva el sello de su creador

Los joyeros y orfebres materializan diseños de artistas como Juan Soriano, Leonora Carrington o Vicente Rojo

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Ampliar la imagen Uno de los maestros artesanos con una cruz diseñada por Juan Soriano Uno de los maestros artesanos con una cruz diseñada por Juan Soriano Foto: María Meléndrez Parada

Más que piezas de orfebrería, joyería o arte-objeto la muestra México destellos en plata. Tane, que se exhibe en el museo Franz Mayer hasta el próximo domingo, es un reconocimiento a los maestros plateros que dan forma a la imaginación de diseñadores y artistas.

"Nosotros jugamos con el metal, nos divertimos con el metal, tenemos el orgullo de decirlo", son palabras del maestro Eugenio Hernández Godínez, con 20 años en el oficio.

Tane, empresa que se inició en la talabartería en 1935, pero que con el paso de los años se dedicó a la plata, cuenta con dos talleres: uno en la comunidad michoacana de Tlalpujahua y otro en la ciudad de México, en la colonia Santa María la Ribera. Es aquí donde todo comienza.

El edificio que alberga el taller capitalino no tiene ningún distintivo, las puertas de acceso son como las de los bancos en las que primero se debe cerrar completamente una para abrir la otra. Para llegar a las diferentes zonas del taller se camina por un pasillo en el que se encuentran, del lado izquierdo, vitrinas en las que se muestran moldes de piezas que se han elaborado a lo largo de los años y del lado derecho una galería con fotos de los maestros plateros, que llegan a obtener ese título sólo después de 10 o 15 años de trabajo, explica el ingeniero José Antonio López Bautista, gerente de producción de Tane desde hace dos años y medio.

Piezas únicas

En este taller trabajan 12 maestros plateros, mientras que en el de Tlalpujahua ese número es de 47 joyeros, los primeros son especialistas en orfebrería, los segundos en joyería. Cada año Tane lanza al mercado entre 50 mil y 60 mil piezas de joyería y entre 200 y 300 de orfebrería con precios que van de los 700 pesos a los 500 mil o 600 mil.

¿Por qué son tan caras? No sólo por la calidad del material, plata o plata con baño de oro, ni porque muchas de esas piezas son obra de artistas como Juan Soriano, Leonora Carrington, Gunther Gerzso, Mathias Goeritz, Luis Barragán, Teodoro González de León, Manuel Felguérez, Sergio Hernández, Javier Marín, Vicente Rojo, Marina Láscaris, Javier Marín o Pedro Leites.

Ese precio lleva los días de trabajo de cada uno de los maestros plateros: hasta 16 días para un gallo bañado en oro, un día para una cuchara formada con cientos de golpes de martillo, unos cuantos días para una caja. "Como son piezas hechas a mano son únicas: pueden tener las mismas dimensiones pero varían en aspectos muy pequeños", detalla el ingeniero López, quien la hizo de guía en el recorrido por el taller.

Y es que todo, desde las esculturas y diseños de los artistas hasta las piezas que son tradición en Tane, son hechas de manera artesanal en diferentes técnicas: repujado o cincelado, tejido, vermeil (plata con baño de oro), rechazado (dar forma a la lámina de plata con un torno), a la cera perdida (los moldes se llenan con cera que desaparece con las temperaturas de entre 400 y 700 grados centígrados del horno automatizado para las piezas pequeñas, aunque esa temperatura llega a los 900 grados en el horno tradicional que sirve para las piezas más grandes).

La plata que llega al taller al principio es cien por ciento pura, aunque después se deben formar aleaciones; de ahí la cifra .925, es decir, que de cada cien gramos 925 partes son de plata y el resto de cobre.

El camino de la plata

"Entre menos pura es la plata menor es la calidad, aunque sí existen otras aleaciones", explica el ingeniero López. Las dos formas en las que se trabaja la plata en este taller son en granalla (el metal convertido en granos para facilitar su fundición) o en lámina. La plata en grano es nacional, mientras que la lámina se adquiere de la fábrica Sterling en Gran Bretaña.

La plata ya trabajada en molde o en forma de lámina llega a las manos de los maestros. Sus iniciales quedan grabadas junto al logo de la marca, el quintado de la plata y también las iniciales del diseñador y el país.

Uno de esos quintados lleva las iniciales EHG, de Eugenio Hernández Godínez, quien tiene 20 años trabajando la plata, dos de ellos en joyería y el resto en la orfebrería, "que es un poquito más difícil que la joyería, lleva un poquito más de tiempo para aprender".

En el momento del recorrido el maestro Hernández trabajaba con dos piezas: una caja diseñada por Pedro Leites y una cruz, perteneciente a la serie que diseñó Juan Soriano para Tane: "Hacemos gallos, candeleros, infinidad de piezas en jornadas de ocho horas. El gallo grande se lleva 15 días. Sólo hay dos tamaños: el gallo grande y el mini; el mini está más curiosito. Cuando comenzamos como que dices 'a sufrir', pero ya cuando vemos la pieza hecha dices 'ya'. Ellos nos dan órdenes de trabajo, y nosotros ya es cuestión de saber qué es lo que tenemos que hacer: pedir lámina, soldadura, lo que necesitemos para realizar todo el trabajo".

Dice con orgullo "hemos ido a los museos, van a ver muchas piezas únicas que hemos hecho. Jugamos con el metal, nos divertimos con el metal y tenemos orgullo de decirlo".

El maestro orfebre especialista en forjado de cuchillería es Rogelio Olguín quien a partir de una pequeña placa de metal comienza a darle con el martillo.

Golpe tras golpe, el metal se alarga y toma la forma de la cabeza (la parte cóncava) el cuello y el mango. Con el paso de los martillazos el metal se enfría y hay que calentarlo para trabajarlo de nuevo. Cada cuchara tiene el peso repartido para que al ser colocado de manera transversal sobre un dedo se mantenga en equilibrio. Eso se lleva un día de trabajo.

Félix Landero, Arturo Hernández, Ernesto Montoya, Norberto Archundia, Gilberto Trejo, entre otros, son parte del equipo de orfebres cuyas iniciales también están grabadas en alguna de las 200 piezas que conforman México destellos en plata. Tane, que permanecerá en el Museo Franz Mayer (Hidalgo 45, Centro Histórico) hasta el 12 de agosto, para después viajar a Zacatecas y Pachuca. El visitante puede complementar su mirada a la plata mexicana adentrándose en la sala El esplendor de la plata, que se abrió al público el pasado 27 de abril, en la que se muestran piezas de la colección Franz Mayer.

 
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