El presidente Alexandr Lukashenko pide ayuda económica a Hugo Chávez
Deuda bielorrusa al monopolio estatal de gas ruso enfrenta al Kremlin con Minsk
Moscú, 2 de agosto. Sin tener vela en ese entierro postsoviético, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, puede verse involucrado en la grave disputa que enfrenta a Rusia con Bielorrusia, los principales proveedores de armamento al país sudamericano.
Por lo pronto, la víspera de que venza el ultimátum presentado al gobierno de Bielorrusia por el consorcio ruso Gazprom, el monopolio estatal del gas, en el sentido de que reduciría a la mitad los suministros del combustible si no paga su deuda de 460 millones de dólares, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, dio a entender este jueves que Chávez le ayudará a resolver el problema.
"Hoy di instrucciones de tomar ese dinero de las reservas y pagar. Claro que ello nos afecta, pero nuestros buenos amigos, en particular Hugo Chávez, se muestran dispuestos a concedernos un crédito en condiciones muy favorables", anunció.
El presidente bielorruso explicó: "Ahora tomaremos el dinero de nuestras reservas, y durante un mes, gracias al crédito, lo podremos reponer. Que Rusia se lleve su dinero y viva tranquila", expresión esta última que en el idioma ruso equivale a que nos deje de molestar (o si se prefiere, lo mismo pero en su muy mexicana variante).
No es claro si Lukashenko pidió a su amigo y acreedor venezolano un nuevo empréstito o si se refirió al crédito blando de 500 millones de dólares a 15 años y con una tasa de interés de 3 por ciento anual, que Chávez ofreció durante su más reciente visita a Minsk, a finales de junio, para financiar diversos proyectos conjuntos en los ámbitos petrolero y de la construcción.
En cambio, resulta evidente que Lukashenko, ávido de mostrar aliados que le permitan hacer frente a su poderoso vecino eslavo, puso a Chávez en medio de una suerte de fuego cruzado.
Por más bajo perfil que el Kremlin haya dado a su última visita, que se produjo también a finales de junio pasado y apenas unos días antes de que el presidente Vladimir Putin viajara a Estados Unidos, Chávez mantiene su interés por concretar nuevas adquisiciones de armas en Rusia y Bielorrusia y, en ese sentido, no puede tomar partido por ninguno de los dos en un conflicto que nada tiene que ver con Venezuela.
Lukashenko invocó el nombre de Chávez para solucionar un problema que considera más político que económico, pues afirma que Rusia usa las dificultades para pagar el gas como pretexto para apropiarse de las mejores empresas de Bielorrusia.
"Es la primera vez que lo digo en voz alta: Rusia quiere privatizar no sólo algunas empresas nuestras, incluso quedárselas sin desembolsar un centavo. Ellos quieren privatizar todo nuestro país", lanzó Lukashenko al reunirse hoy con periodistas del Soviétskaya Bielorrusia.
Al incrementar Gazprom el precio del gas para Bielorrusia de 47 a 100 dólares por mil metros cúbicos, a partir del primero de enero de este año, el gobierno de Lukashenko explicó que no podría pagar el nuevo precio sin un crédito de Rusia en condiciones favorables.
Los directivos de Gazprom, que habían adquirido por 625 millones de dólares 12.5 por ciento de las acciones de Beltransgaz, empresa bielorrusa de transporte del gas, por el que circula 20 por ciento del combustible que Rusia exporta a Europa, aceptaron que Bielorrusia pagara hasta el primero de junio 55 dólares por mil metros cúbicos y prometieron otorgar un crédito blando por mil 500 millones de dólares.
Llegada la hora de pagar, en lugar del crédito blando, Gazprom dijo que sólo soltaría el dinero bajo tasas de interés anual de 12 por ciento, exigió que se le venda un mínimo de 25 por ciento adicional de las acciones de Beltrangaz y amenazó con reducir a la mitad los suministros si Bielorrusia no paga su deuda.
"Me insinuaron que tenía que ir al Kremlin y ponerme de rodillas. No pienso ir ni tampoco ponerme de rodillas", advirtió Lukashenko, poco antes de decir que le pagará a Rusia con dinero de Chávez.