Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 29 de julio de 2007 Num: 647

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

La infinita aproximación
NADIA CONTRERAS-ÁVALOS

A alguien de la
misma edad

NIKOS FOKÁS

Estampas de Oriente
LEANDRO ARELLANO

¿Ahora, qué va pasar?
OCTAVIO AVENDAÑO TRUJILLO entrevista exclusiva con
SERGIO PITOL

Andrés Iduarte: una voz necesaria
MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ DE ARMAS

Un niño llamado Andrés Iduarte
VICENTE QUIRARTE

Declaración de amor
YAMILE PAZ PAREDES

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Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

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LUIS TOVAR

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Mentiras Transparentes
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Hugo Gutiérrez Vega

CACERÍA DE ESTRELLAS

Partieron de Roncesvalles, lugar de triunfos cristianos y, siguiendo la Ruta del dragón, también conocida como el Camino de Santiago o el Camino de la Vía Láctea, atravesaron "bosques y cañadas", "prados y espesuras de flores esmaltadas", y llegaran al Finisterre gallego una mañana de orvallo y de niebla.

Se trataba de un grupo de mexicanos y de australianos unidos por el amor a los mitos, a la actuación y al carácter curativo de la actividad teatral.

A su regreso a México, asesorados por Laura Esquivel y dirigidos por Nicolás Núñez y Helena Guardia, decidieron llevar a escena sus experiencias de viaje y les pusieron el nombre de Cacería de estrellas. Eduardo Ruiz Saviñón hizo un sabio trabajo de iluminación y de diseño de audio. Marta Benítez y Marisol Ayala lidiaron con la sencilla escenografía y el escueto vestuario, y Ana Luisa Solis Gil y Juan Renato Vázquez compusieron la música que Ruiz Saviñón grabó y ordenó con talento y pleno conocimiento de la función del sonido en una puesta en escena.

La obra es una relación de los muchos acontecimientos sucedidos durante el camino. Se trata, por lo tanto, de una road play. Los escenarios o las noches lunares, los cielos estrellados y la claridad que rodea a la Vía Láctea tienen su importancia en la creación de la atmósfera teatral, pero lo fundamental es lo que pasa en el alma de los viajeros, lo que les removió la aventura, los cambios de su visión del mundo, el diálogo con el propio ser y la reconciliación con la otredad. Por esta razón, los personajes son el dragón de la leyenda, los peregrinos amantes, la maestra que es, a la vez, sombra y percepción distorsionada (la luna nos da otra visión de las cosas reales y de los avatares del alma); el peregrino que es, además, una metáfora de la vida y de la muerte, una figura filial y una concepción retorcida, varias sombras que son peregrinos (una de ellas es dueña de su sombra) y, a la vez, amantes, padres, patanes, mamitas bonitas, saumadoras, cantadoras, viento, guitarrista y amigo. Todos ellos están pegados a la tierra, pero pueden volar y acercarse al "reino de certeza perenne" que es estrella en la mañana y lucero en la tarde.

Con esta puesta en escena, el ya benemérito Taller de Investigación Teatral de la unam, explora nuevos mundos y se acerca al teatro curativo que era la esencia de los misterios eleusinos, y que se divide en tres estados de la conciencia actoral y de la persona humana: camina y conócete a ti mismo, camina y contrólate a ti mismo y, si puedes, "porque crees que puedes", vuela. Ya lo decía Ugo Betti: "Todos tenemos alas, sólo necesitamos el momento preciso para desplegarlas."

Todos tuvieron que enfrentarse a su dragón interno para poder continuar el camino y ver las miríadas de estrellas en el cielo de todos. Por eso el experimento fue colectivo, aunque despertó reacciones personales y llegó a crear esos conflictos que siempre vienen cuando se marcha juntos.

Me hizo falta la presencia-ausencia de la Santa compañía, esa procesión de muertos que recorre los caminos de Galicia en las noches neblinosas. Esta caravana sin rumbo fijo es la otra cara de la vida y señala lo inevitable. Puede mejorar a los que la ven caminando entre los pinos, o puede enloquecer a los que se acercan demasiado. No olvidemos que, como decía Shakespeare, "hay más cosas en el mundo que las que sueña tu filosofía".

Camino recorrido por los vivos dispuestos a estar más vivos es esta Cacería de estrellas de nuestro querido Taller. El teatro para este grupo forma parte de la vida, es una iluminación, el camino al propio yo que buscaban Grotowski y Artaud. Así, el teatro cumple el desiderátum socrático: "conocete a ti mismo" y burla burlarndo, juega jugando; se mete con las cosas fundamentales de la vida.

Pensé en El bosque animado, del gallego Fernández Flores; en los juegos de sombra y de luz de las obras cortas de Valle Inclán. De esta manera pude acompañar mejor a los peregrinos del camino de Santiago y enfrentar las verdades peligrosas de su "teatro de alto riesgo".

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