Usted está aquí: domingo 29 de julio de 2007 Política "¡Súbete, cabrona!, ¡abre las piernas!"

"¡Súbete, cabrona!, ¡abre las piernas!"

Emir Olivares Alonso

En los operativos de las fuerzas policiacas en Oaxaca, los detenidos han denunciado violaciones a sus garantías fundamentales, desde agresiones físicas hasta sicológicas. Muestra de ello es el testimonio de Belén Hernández, estudiante de la licenciatura de educación prescolar, que estuvo detenida hasta ayer, quien relata que durante el transcurso de su detención siempre "sentí miedo", además de que los policías "me nalguearon y me decían que abriera las piernas".

En un testimonio entregado a la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, la joven narra que fue detenida mientras caminaba por la calle Eduardo Vasconcelos, en las inmediaciones del cerro del Fortín. Señala que al darse cuenta de la presencia de los policías abordó, junto con su amiga, un camión del que minutos después elementos policiacos las hicieron descender al igual que al resto de los pasajeros.

"Se subieron y comenzaron a bajar a la gente mayor, y a nosotras a empujones y gritos nos ordenaron que camináramos hasta otro camión. Me golpearon en la cabeza diciéndome que 'por qué madres la levantaba'; fue un momento de mucho miedo, en todo momento pensé que nos iban a desaparecer."

Relata que tras un rato de recorrido en ese camión, cambiaron a los detenidos a otro vehículo donde apilaron a las personas, incluso expresa que a ella le jalaron los cabellos, lo que "me dolió mucho". En ese recorrido "un policía nos gritaba que no alzáramos la cabeza, porque si no nos iban a dar en la madre".

La presión sicológica de agentes fue tal que les gritaban a los detenidos, narra la estudiante, que los iban a llevar a México o Nayarit, además de que los habían detenido por "revoltosos" y appistas. Posteriormente fueron conducidos a un lugar en el que los mantuvieron acostados en el piso boca abajo, sin permitirles levantar la cabeza, "donde continuaban las burlas".

Belén relata que al ser conducida a la procuraduría estatal, los policías la obligaron a subir a un camión al que no pudo hacerlo en principio: "Estaba alto para subirse y mi pantalón estaba apretado, no daba para subir; a gritos me apuraron y empujaron, sentí una nalgada por lo que me enojé y me le quedé viendo al policía, pero otros me decían 'órale, mamacita', 'súbete, cabrona', 'abre las piernas', porque así teníamos que ir sentadas".

 
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