Usted está aquí: viernes 27 de julio de 2007 Cultura Escribir para jóvenes es hacerlo en un campo abandonado, dice Silvia Dubovoy

La narradora incursiona en esa vertiente literaria con la novela Ecos del desierto

Escribir para jóvenes es hacerlo en un campo abandonado, dice Silvia Dubovoy

ARTURO JIMENEZ

Ampliar la imagen La escritora Silvia Dubovoy La escritora Silvia Dubovoy Foto: Jesús Villaseca

Insólito: bajo el mar, con su traje de buza, montada de día en un tiburón ballena o, de noche, entre batallones de calamares fosforescentes, rodeada de tortugas, peces, crustáceos, algas y corales, es que a la escritora para niños y jóvenes Silvia Dubovoy se le han revelado la gran mayoría de sus personajes.

Sin embargo, al primero de ellos, la protagonista de Turquesita lo comenzó a imaginar en la calidez de la compañía de su nieto, cuando éste le pidió que le contara un cuento para dormirse, y la abuela Silvia tuvo que soltar, por primera vez, las amarras de su fantasía y capacidad de fabulación. El pequeño quedó encantado.

Era 1990, pero antes, durante muchos años, esta investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México y apasionada del buceo en varios lugares (Hawai, Fidji, Palau, Cozumel, Baja California) sólo había escrito libros didácticos para maestros promotores de la lectura entre los infantes: ''Un niño que lee tiene una llave mágica en la mano".

Después, y desde hace 17 años, simplemente vino una verdadera marejada de historias y libros infantiles de Dubovoy. Y ahora ha decidido explorar la literatura juvenil con la novela breve Ecos del desierto (Fondo de Cultura Económica), ilustrada por René Almanza.

Ecos del desierto es la historia de Miguel, un adolescente de un pueblo de Oaxaca que decide emigrar a Estados Unidos en busca de trabajo, en un viaje lleno de peligros. Un viaje exterior e interior que le irá revelando el camino de su vida, marcada por el talento para la música.

''Es importante que los jóvenes sepan lo que está pasando en su país. La migración es un tema candente, preocupante, que ellos están viviendo. Casi todas las familias tienen a alguien que se ha ido a Estados Unidos, cruzando el río o el desierto."

Para documentarse, esta intrépida escritora tardía y prolífica entrevistó a tres jóvenes y sus familias que vivieron varios años como indocumentados en Estados Unidos y luego regresaron a México.

Reflexiona en torno a Miguel, el protagonista: ''Cuando se tiene un ideal se debe luchar y esforzarse para lograrlo. Esa es otra cosa que quiero que sepan los muchachos: nada es fácil, pero cuando se está decidido a hacerlo, la vida va mostrando el camino y brindando oportunidades, no sólo allá, sino acá también. Miguel quiere la música porque esa es su esencia y su felicidad, y va tras ella".

Y Dubovoy habla en torno al perfil de sus nuevos lectores: ''Escribir para jóvenes es hacerlo en un campo abandonado y difícil. Pero esa es mi lucha: la de la promoción de los valores".

Luego de Turquesita vendrían otras historias sorprendentes, la mayoría surgidas mientras se zambullía en los océanos:

Cuentos del fondo del mar, El olor de la esperanza, La noche de los calamares, Murmullos en la selva, Sucedió en la playa, La vendedora de ilusiones, Donde canta el mar, El secreto de Ocelaris, El regalo de los mayas, El color de la amistad.

Además, las colecciones Leyendas de América y Leyendas del mundo, entre otros títulos, la mayoría publicados por la editorial española Everest. Y están por salir Rémora a la deriva y Los aztecas, el pueblo del sol.

 
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