Usted está aquí: jueves 19 de julio de 2007 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López

Pólvora seca

Limbo oriental

Socios molestos

Ulises, provocador

Por decisión unilateral, incapacidad profesional o arreglo subterráneo, los estrategas mediáticos y jurídicos del llamado chinogate produjeron ayer en Estados Unidos un insustancial episodio declarativo en el que insistieron en tener pruebas que no mostraron e incluso esbozaron una especie de sugerente deslinde respecto de Felipe Calderón y su campaña presidencial. Las bombas informativas anunciadas acabaron en pólvora seca y los presuntos incendiarios (tanto los abogados como el propio personaje principal) gastaron cuanto tiempo pudieron en darle vueltas al asunto (jugando, si acaso, con la amenaza de una supuesta videoteca oriental marca A Hu Mada) hasta dejarlo en una especie de inexistente limbo. Pareciera que la intención convenida era esa: nada para nadie, aún; todo sujeto a negociación, a cumplimiento de promesas y ofertas.

El desplome de la artillería oriental (así haya sido negociado, y así la metralla pueda ser restablecida en caso de que los hipotéticos arreglos no se cumplieran) no generó a la parte presuntamente victoriosa una ganancia del tamaño que se supondría a partir del recular chino. Y es que, como ha sucedido a lo largo de todo este bilateral cuento chino, el panismo gobernante no ha logrado desembarazarse de lo que tan endeble y falaz parece y, por el contrario, día tras día parece hundirse no en las malas argumentaciones del señor Ye Gon y sus abogados, sino en la conciencia clara de que al hablarse de narcotráfico protegido, y de financiamiento oscuro de campañas presidenciales, se han tocado zonas altamente delicadas del ejercicio del poder durante los gobiernos de Vicente Fox y, ahora, de Felipe Calderón.

Ya se ha visto en archivos videográficos el momento cumbre del señor Ye Gon, cuando por no aclaradas buenas voluntades fue escogido para recibir en nombre de otros naturalizados los documentos que le acreditaban como nuevo mexicano. Y ya se han comenzado a explorar las relaciones que desde el máximo poder, el presidencial, se tejieron en el sexenio 2000-2006, para convertir a este personaje de origen chino en un gran millonario, en conexión sobre todo con el andamiaje de corrupción de elite que el foxismo construyó en las aduanas mexicanas, por donde entró al país todo lo que la familia del poder (los Fox y los Sahagún) consideró conveniente para sus planes de gran expansión económica.

El calderonismo no puede deshacerse de los fantasmas chinos, porque en su campaña presidencial confluyeron diversas formas de defraudación, cuyos autores luego han cobrado cuentas con altos réditos. Los dólares de Las Lomas forman parte de esos enjuagues imborrables y por ello, a pesar de la mala argumentación del clan Ye Gon, y de la evidente falacia de muchas de sus posturas, los felipistas no logran quitarse de encima el golpe interno que ha evidenciado nuevamente la adulteración electoral y el uso del narcotráfico como fuente de poder.

El expediente Ye Gon deja al calderonismo en una situación peligrosamente débil, pues suma los efectos de este escándalo a procesos en los que el michoacano asentado en Los Pinos quiso consolidar su precario poder marcando distancia con socios vitales que ahora se sienten traicionados. Ya hubo enfriamiento con Televisa, a causa de las instrucciones presidenciales a ministros de la Corte para frenar la ley negociada con el foxismo, que dejaba a Felipe en una situación de oficial de partes, mero tramitador de arreglos previos. Calderón ordenó echar abajo esa ley para establecer términos personales de poder con las televisoras, por lo que éstas se mantienen al acecho para demostrar al inseguro socio lo importante que es llevar la fiesta en paz. Otros decepcionados de su creación son algunos empresarios practicantes de filantropía deducible de impuestos, a quienes preocupa la pretensión del calderonismo de cerrar la puerta a esas caridades con sombrero fiscal ajeno. Y muchos empresarios medianos y pequeños deploran los términos en que su anhelado Presidente pretende incrementar la recaudación de impuestos.

La incapacidad política del felipismo (su círculo íntimo operativo es de una increíble flacidez política e intelectual) le va aislando progresivamente. Además del devastador tema de los presuntos cuentos chinos, tiene enfrente el reto del EPR y la falta de confiabilidad del propio gabinete presidencial, en el que hay funcionarios que llevan su propio juego particular, pero también va perdiendo terreno en su pretensión de reformismo fiscal que los empresarios pretenden aminorar o posponer.

Los infortunios del felipismo no tienen como contraparte un crecimiento o consolidación de su principal opositor, que teóricamente es el lopezobradorismo. Por el contrario, diariamente se producen hechos políticos desde las filas del perredismo que minan la posición de quien ha sido denominado presidente legítimo de México. La orden de ''cero negociación'' ha acabado en apenas disfrazada negociación, e instrucciones como la de considerar a José Luis Rodríguez Zapatero visitante non grato no fueron cumplidas ni por autoridades obligadas a protocolos específicos, como el caso de Marcelo Ebrard, así como de legisladores y personajes sin cargo que alegremente dialogaron y recibieron a quien el presunto jefe político máximo tachaba por la vía de sus allegados de ''traidor a la izquierda''. Además, el chuchismo negociante se alzó con la mayor cuota de delegados al próximo congreso nacional del ente llamado PRD.

Astillas

Nadie deberá decirse sorprendido: el gobierno de Ulises Ruiz prepara fuertes acciones represivas contra el movimiento social que encabezan la APPO y la sección 22 del magisterio. El tiranuelo oaxaqueño pretende demostrar que es capaz de realizar su Guelaguetza oficial, porque de otra manera estaría confirmando a ojos de todo mundo su incapacidad para seguir montado en el presupuesto estatal y al mando de las fuerzas policiales. Hay, además, una dosis de provocación al felipismo, que ante hechos consumados de represión compartida no podría sino seguir apoyando a un cómplice cada vez más comprometedor... Y, mientras Nueva York revive la sicosis de los atentados, ¡hasta mañana en esta columna atenta a la sinología blanquiazul!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected]

 
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