Usted está aquí: martes 17 de julio de 2007 Mundo Presuntos enclaves terroristas, objetivo de "informes" en la Triple Frontera

Abogados argentinos denuncian la ilegalidad de los reportes de inteligencia

Presuntos enclaves terroristas, objetivo de "informes" en la Triple Frontera

En el subsuelo de la región está una de las reservas de agua potable más grandes del mundo

STELLA CALLONI /II, ULTIMA

Buenos Aires, 16 de julio. En un informe de seguridad procedente de la zona argentina de la Triple Frontera que denunció la Liga por los Derechos del Hombre ante la presidencia de la nación, se asegura que el Partido Patria Libre (PPL) de Paraguay es el nexo en ese país y "posiblemente en el Mercosur (Mercado Común del Sur) de diversas organizaciones internacionales de izquierda y extrema izquierda, algunas de ellas con ramificaciones en grupos paramilitares o guerrilleros".

En el documento elaborado por el Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (Sección Triple Frontera) de la Policía Federal, con sede en Misiones, se menciona que uno de los dirigentes del PPL, Omar Martínez, detenido y acusado por secuestro y asesinato, mantuvo encuentros con el llamado canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Rodrigo Granda, en Venezuela.

Granda fue secuestrado en Venezuela en 2003 en un estilo similar al de la Operación Cóndor y llevado a Colombia, donde recientemente fue liberado.

"Reuniones de este tipo pudo haberlas tenido con Granda cualquier dirigente político de cualquier partido y país", señala la Liga.

Organismos de derechos humanos y abogados de Argentina y Paraguay denunciaron en varias oportunidades la gravedad de estos "supuestos informes de inteligencia" de la Triple Frontera, cuyo objetivo sería apoyar el argumento estadunidense de la "existencia de un enclave terrorista" en ese estratégico lugar, en cuyo subsuelo se encuentra el acuífero guaraní, una de la reservas más grandes de agua potable del mundo.

El tema del presunto financiamiento al terrorismo desde la Triple Frontera se introdujo a instancias de la Agencia Central de Inteligencia (CIA estadunidense) durante el gobierno de Carlos Menem (1989-1999).

La zona comprende Ciudad del Este en Paraguay, Foz de Iguazú en Brasil y Puerto Iguazú en Argentina, y tiene una larga historia de contrabandos, especialmente bajo la dictadura del fallecido general paraguayo Alfredo Stroessner.

En los últimos tiempos los organismos de inteligencia de Estados Unidos e Israel han producido una cantidad de informes -algunos disparatados- sobre la existencia allí de un "nicho terrorista".

En un informe que publicó recientemente el periódico argentino de derecha Infobae se menciona que desde los ataques del 11-S la Triple Frontera se convirtió en una "preocupación de primer nivel para Washington".

Menciona también a diversos funcionarios estadunidenses que advierten cada año sobre los "peligros" de la Triple Frontera", y al experto en terrorismo del National Security Study Group del Pentágono, Edward Luttwak, quien "aseguró que la región es la base más importante de Hezbollah fuera de Líbano".

Todo sin pruebas. Lo significativo es que en el informe de Infobae se dice que incluso "la CIA cree que la frontera mexicana es una invitación especial para Hezbollah" y que "muchas redes de contrabando que facilitaron el movimiento de no-mexicanos establecieron lazos con las comunidades musulmanas en México", de acuerdo con una información, del "organismo de inteligencia de Estados Unidos en un reporte de 2004".

En junio de 2005 el general brasileño Luis Gonzaga Schroeder Lessa, presidente del Club Militar, dijo al periódico Brasil de Fato que a partir del 11-S, "la región de la Triple Frontera entró en ese esquema como área que podría estar recibiendo terroristas palestinos. Todas las investigaciones realizadas por Brasil no prueban eso. Es una presión que, sin ninguna duda, Estados Unidos intentó más de una vez, pero se han encontrado siempre con el rechazo de la diplomacia brasileña. Brasil posee 20 por ciento del agua del mundo, la inmensa mayoría en el Amazona a pesar de tener regiones de sequía. El mundo está sediento de agua, un bien cada vez más escaso. Creo que vamos a tener guerra por el agua en el futuro, y Brasil precisa tener fuerza y diplomacia suficientes para resistir a las presiones que vendrán".

 
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