Usted está aquí: domingo 15 de julio de 2007 Mundo Abandona Rusia pacto europeo que limita armas convencionales

La decisión causa malestar en países de Europa y entre los integrantes de la OTAN

Abandona Rusia pacto europeo que limita armas convencionales

La medida, respuesta a los planes de EU de instalar un escudo antimisiles

JUAN PABLO DUCH

Ampliar la imagen El mandatario Vladimir Putin (izquierda) y miembros del Consejo de Seguridad, durante una reunión este sábado en la casa presidencial de Novo-Ogaryovo El mandatario Vladimir Putin (izquierda) y miembros del Consejo de Seguridad, durante una reunión este sábado en la casa presidencial de Novo-Ogaryovo Foto: Reuters

Moscú, 14 de julio. En respuesta a los planes de Estados Unidos de instalar componentes de su escudo antimisiles en Europa oriental, Rusia decidió este sábado suspender su participación en el Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (FACE), moratoria que tendrá vigencia "mientras los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no ratifiquen el acuerdo de adaptación y no comiencen a aplicar de buena fe ese documento".

El presidente Vladimir Putin, quien en abril pasado advirtió por primera vez esa posibilidad, firmó hoy el respectivo decreto bajo el argumento de contrarrestar "las extraordinarias circunstancias que afectan la seguridad de la Federación Rusa, que exigen adoptar medidas inaplazables".

Sin embargo, la suspensión no es inmediata debido a que se deben cumplir varios requisitos legales. En principio, la moratoria podrá entrar en vigor sólo 150 días después de que la cancillería local comunique mediante nota diplomática la decisión rusa a los estados signatarios del tratado.

Tal notificación, con estricto apego a derecho -el FACE fue ratificado por los diputados de la Duma y los senadores del Consejo de la Federación-, no podría mandarse antes de que ambas cámaras del Parlamento introduzcan las enmiendas del caso en la correspondiente ley.

A la luz de la aplastante mayoría con que cuenta el Kremlin en ambas cámaras, y en el supuesto de que el trámite parlamentario tenga lugar la semana entrante -el Parlamento se encuentra actualmente en receso, hasta septiembre, aunque siempre es posible convocar a un periodo de sesiones extraordinario-, la moratoria se haría efectiva no antes de finales de diciembre.

Y en cinco meses pueden pasar muchas cosas. Así lo da a entender la cancillería local al precisar, en un boletín de prensa emitido esta tarde, que la suspensión "no significa que Rusia cierre la puerta a un ulterior diálogo", ya que "en caso de que se solucionen los temas planteados por Rusia se podrá garantizar con rapidez el cumplimiento colectivo de los postulados del tratado".

En la práctica, si es que llega a entrar en vigor la moratoria, Rusia "suspenderá provisionalmente el suministro de información (a los otros estados firmantes, sobre desplazamientos de tropas y grandes maniobras) y las inspecciones internacionales", especifica el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, y añade que tampoco se considerará obligado a "limitar su armamento convencional" en zonas fronterizas o de mayor inestabilidad.

Este último punto, en particular el incumplimiento del compromiso asumido en 1999 de retirar por completo las tropas rusas estacionadas en las regiones separatistas de Georgia y Moldavia, es utilizado como argumento por los países de la OTAN para no ratificar el acuerdo de adaptación de Estambul, negativa que ahora invoca Rusia para justificar su moratoria hasta que lo ratifiquen.

En ese círculo vicioso perfecto, la decisión de desligarse temporalmente de sus compromisos en materia de fuerzas convencionales -según admiten los propios expertos militares del Kremlin- en nada ayudaría a Rusia a neutralizar la amenaza que percibe en la intención estadunidense de emplazar una estación de radares en la República Checa y una decena de interceptores en Polonia.

Rechazada su oferta a Estados Unidos de compartir un escudo antimisiles en Europa, actitud que previsiblemente se mantendrá mientras Moscú no quiera compartir también el botón de los interceptores y Washington ponga en entredicho la prerrogativa rusa de lanzar misiles contra objetivos en Europa, Rusia quiere evitar el descomunal gasto que implica diseñar, probar y luego fabricar misiles de nueva generación, única respuesta potencialmente efectiva.

Por ello, la noticia de la moratoria rusa no pasa de ser un gesto hostil con clara dedicatoria a los aliados europeos de Estados Unidos, que difícilmente puede dividirlos o hacerlos cambiar de opinión por el papel de hipotéticos afectados que les acaba de asignar Rusia en un conflicto bélico por demás poco probable.

El FACE, en realidad, es un documento obsoleto que requiere una revisión a fondo, pues desde hace tiempo ya no es la "piedra angular" del equilibrio militar en el viejo continente, aspiración que motivó su firma.

Suscrito en París en noviembre de 1990, cuando todavía existía por inercia la contraposición de la OTAN y el Pacto de Varsovia, organización militar del antiguo campo socialista que sería disuelta ocho meses después, el tratado estableció los límites al número de tropas y tipos de armamento que ambos bloques podían emplazar en Europa.

Nueve años más tarde, en Estambul, acorde con las nuevas realidades geopolíticas derivadas del colapso de la Unión Soviética, los países signatarios del FACE aprobaron un acuerdo de adaptación que sustituyó el texto rebasado, pero -al cobijo de las interpretaciones divergentes- se ha cumplido sólo de modo parcial.


* "Desilusionada", la Casa Blanca afirma que continuará dialogando con el gobierno ruso

DPA Y AFP

Bruselas, 14 de julio. La decisión rusa de abandonar el Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (FACE) generó malestar y preocupación en los países europeos y entre los integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El portavoz del gobierno estadunidense, Gordon Johndroe, se dijo "desilusionado" por la medida. Sin embargo, afirmó que la Casa Blanca "continuará sosteniendo discusiones con el gobierno ruso sobre la mejor manera de proceder".

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, expresó su "gran preocupación" por la decisión rusa, y explicó que "el FACE es y seguirá siendo un elemento central de la arquitectura internacional del desarme".

Steinmeier advirtió que está por verse "qué medidas concretas" tomará Rusia, aunque dijo esperar que esa nación "se quede en la intención expresada hasta ahora, que consiste únicamente en la suspensión del acuerdo".

En Varsovia, el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Robert Szaniawski, coincidió con Steinmeier en lamentar la decisión, y recordó que varios países hicieron propuestas viables para solucionar la disputa por el escudo antimisiles que Estados Unidos pretende instalar en Europa oriental. "Esperamos que Rusia reanude el diálogo", resaltó.

El portavoz de la OTAN, James Appathurai, aseveró que la medida "es una acción decepcionante, un paso atrás". El vocero consideró que el FACE es "la base de la seguridad y la estabilidad europeas".

 
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