Usted está aquí: sábado 14 de julio de 2007 Capital Desmiente la SACM a Conagua: ninguna relación entre grietas y pozos de extracción

Descarta experto del IPN que la ciudad se encamine hacia una catástrofe

Desmiente la SACM a Conagua: ninguna relación entre grietas y pozos de extracción

Las deformaciones en la tierra datan de 1800, cuando no había aún depósitos, aclara

JOSEFINA QUINTERO, ANGEL BOLAÑOS

Ampliar la imagen Vista aérea de la grieta que se abrió en la esquina de Guadalupe Victoria y Vista Hermosa, en la colonia Lomas de San Lorenzo, donde falleció el joven Alejandro Ramírez Vista aérea de la grieta que se abrió en la esquina de Guadalupe Victoria y Vista Hermosa, en la colonia Lomas de San Lorenzo, donde falleció el joven Alejandro Ramírez Foto: Alfredo Domínguez

Contra lo señalado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), técnicos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), explicaron, mapa en mano, que los problemas de agrietamientos no tienen relación alguna con la operación de los pozos de extracción de agua en la entidad.

Bernardo Chavarría, director de Construcción y Operación, y Julia Rivera Jaramillo, jefa de la Unidad Departamental de Geohidrología de la dependencia capitalina, explicaron que la gran mayoría de los pozos de agua se encuentran en la parte plana de la ciudad, más orientada hacia el centro, mientras que los agrietamientos se ubican en la llamada zona de transición, en los cerros con arcilla, y si bien este material, al ser blando, tiende a moverse por la extracción de agua, el problema data de mucho tiempo atrás, con la desecación de la zona lacustre; este tipo de deformaciones en la tierra se tienen registrados desde el año 1800, cuando no había aún pozos de extracción de agua.

Acompañados por el investigador del Instituto Politécnico Nacional José Luis Dehesa, los funcionarios afirmaron que el monitoreo de las grietas se ha venido realizando y ya se tienen identificados los puntos en un atlas de riesgos, el cual se está perfeccionando a fin de contar para el próximo año con un modelo digitalizado, con el cual se podrán tomar decisiones, no sólo de materia preventiva, sino para solucionar los riesgos que presenta la ciudad.

Dehesa aclaró que los estudios sobre este problema en la ciudad tampoco son nuevos, porque son situaciones con las que los capitalinos hemos vivido desde hace varias decenas de años. "Ni estamos entrando en una etapa de crisis, ni mucho menos vamos a una fase de catástrofe en esta ciudad. Todo esto se ha venido atendiendo puntualmente", aseguró, no sólo en este tema de las grietas, sino en el de las minas en las delegaciones Miguel Hidalgo y Alvaro Obregón.

Puntos de riesgo

Chavarría dijo que el gobierno de la ciudad está consciente del problema que representa la extracción de agua del subsuelo, pero "podemos distinguir que se trata de dos problemas independientes: uno es la formación de grietas por estas formaciones rocosas, montañosas, que se encuentran dentro del Valle de México y que se pueden distinguir fácilmente de otros problemas que sí tienen que ver con la extracción de agua potable".

No estamos inventando nada, apuntó por su parte Rivera Jaramillo, inclusive la "literatura internacional define bien dónde se forman grietas: en la zona de transición de los cerros con arcilla, nosotros estábamos en una laguna y cuando se drena el agua hacia fuera, empieza un fenómeno de consolidación de arcilla".

Por ello, los tres puntos de la ciudad donde se tiene un mayor número de grietas, de acuerdo al atlas de riesgo que exhibieron, se ubican en las zonas del Peñón del Marqués -mejor conocido como Peñón Viejo-; en el Peñón de los Baños, donde inclusive las grietas han ocasionado problemas al Metro, así como en la zona del relleno sanitario de Santa Cruz, mientras que en otros puntos como Zacatenco, éstas se deben a los rellenos que se fueron realizando para nivelar el suelo en el proceso de urbanización, y en Tláhuac, donde existieron algunas lagunas, se tiene una arcilla con un espesor de hasta 100 metros y se han presentado grietas similares a las que hay en el lago de Texcoco.

"En toda la zona baja, más al centro de la ciudad de México, se tiene una gran densidad de pozos y no existen este tipo de grietas", señalaron ambos especialistas mostrando el atlas de riesgos y un mapa con la ubicación de los pozos de agua. "Por otro lado, tenemos otra zona donde se han formado grietas y vemos que la densidad y el número de pozos que hay en los alrededores de ese lugar es bastante bajo, por lo que no existe una relación directa entre estos dos problemas".

Advirtieron que reparar las grietas es una forma de ayudar a la población que habita en estas zonas, pero "no podemos dejar de extraer agua porque tenemos que dar ese suministro a la población".

Dehesa añadió que el monitoreo que se ha venido realizando de las grietas permitirá ir atendiéndolas en función de su peligrosidad y sería incorrecto decir que en este momento hay tantas grietas y estas son las zonas más peligrosas según los datos recabados, porque una vez que se tiene dicha información se debe hacer un análisis que no dura dos o tres días, sino que puede llevarse varios meses y, en ocasiones, hasta años, "esta es la razón por la cual, aún cuando se tenga información, a veces no es posible tomar una decisión al respecto, porque la tierra no tiene palabra y hay que estar observando durante mucho tiempo".

 
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