Usted está aquí: viernes 13 de julio de 2007 Política Concede Cuba su beneplácito al nuevo embajador mexicano

Concede Cuba su beneplácito al nuevo embajador mexicano

GERARDO ARREOLA

La Habana, 12 julio. Cuba concedió el beneplácito a la designación del nuevo embajador mexicano aquí, el ex dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) Gabriel Jiménez Remus, y pidió el correspondiente para que el diplomático Manuel Aguilera de la Paz sea su próximo representante en la ciudad de México, dijeron a La Jornada fuentes confiables.

En forma excepcional, esta vez coincidirá el relevo de embajadores en ambos países, con el inminente remplazo casi simultáneo, respectivamente, de los actuales jefes de misión, José Ignacio Piña y Jorge Bolaños.

Jiménez Remus, abogado de 67 años, consejero regional y nacional del PAN, líder partidario en Jalisco, dos veces diputado federal y coordinador parlamentario de los senadores panistas durante el mandato de Ernesto Zedillo (1994-2000), fue además embajador en España durante la presidencia de Vicente Fox (2000-2006). Será el primer miembro de Acción Nacional que represente al gobierno mexicano en La Habana.

Aguilera, sociólogo de 51 años, trabajó sucesivamente en los departamentos internacionales de la Unión de Jóvenes Comunistas y del Partido Comunista de Cuba. En la década pasada participó en la directiva juvenil durante el liderazgo de Roberto Robaina, con quien también colaboró en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Fue embajador en Uruguay (1994-2001) y viceministro a cargo de asuntos administrativos (2003-2007).

A diferencia de Bolaños, quien mantuvo como embajador en México su cargo de viceministro primero, Aguilera ya dejó de ser vicecanciller.

La rotación ocurre en un momento de distensión entre los dos gobiernos, tras la decisión mexicana de favorecer la exclusión de Cuba del mecanismo de observación especial en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas.

La posición mexicana en el CDH "es un hecho concreto que nosotros hemos tomado como un paso positivo", dijo a la prensa el canciller cubano Felipe Pérez Roque el pasado 20 de junio. "Hemos removido un importante obstáculo que hacía imposible siquiera pensar en la posibilidad de normalizar las relaciones".

Sin embargo, según las señales disponibles, ambos gobiernos tienen aún por delante una agenda pendiente, que requiere una compleja negociación. Despuntan el litigio internacional por la deuda cubana, valorada por México en 500 millones de dólares y la ausencia de una regulación migratoria bilateral, que entre otras consecuencias facilita un creciente tránsito de cubanos indocumentados como trampolín para llegar a Estados Unidos.

 
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