Usted está aquí: domingo 8 de julio de 2007 Política Bajo la Lupa

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

La gravosa "langosta bushiana" y el factor Ivanov

Ampliar la imagen Vladimir Putin y George W. Bush, el lunes pasado en Kennebunkport, Maine Vladimir Putin y George W. Bush, el lunes pasado en Kennebunkport, Maine Foto: Reuters

Todo olía mal en la "cumbre de la langosta" que denominamos "Un cuento de Hades" (en referencia al inframundo de la mitología griega) entre "Daddy Bush, su hijo pródigo y el zar disgustado". Ya nos estábamos preocupando seriamente sobre el error y horror históricos que estuvo a punto de cometer Vlady Putin, uncido como el zar geoenergético global por Bajo la Lupa, a quien le podía salir incosteable la langosta bushiana que digirió en su visita informal a Kennebunkport, la casa veraniega del nepotismo dinástico de los Bush: "seducido por unos besos insípidos, un ramo de flores por marchitarse, una langosta digerida y un efímero paseo por lancha rápida" (ver Bajo la Lupa, 4-07-07).

Quizá Vlady solamente le haya sacado a los Bush la promesa de no obstruir la obtención de la sede de los juegos olímpicos de invierno en 2014 en favor de Rusia, a cambio del suplicio de tener que padecer por dos días los chistes de Baby Bush (al estilo Zedillo, a quien sufrimos los mexicanos durante un sexenio interminable).

El centro de pensamiento israelí-anglosajón Stratfor (6-07-07) concede inusitada importancia al éxito ruso por haber descolgado la sede y pone en relieve la presencia personal del zar en Guatemala (donde se escenificó la votación), quien se lució cortejando a los indecisos en tres idiomas: francés, inglés y alemán. A juicio de Stratfor, detrás de la obtención de la sede para Sochi, balneario en el mar Negro que tanto fascina al zar ruso, se encuentran inversiones multimillonarias de un mínimo de 12 mil millones de dólares que probablemente controle el mismo Vlady cuando deje el poder en la primavera entrante. ¿Será Sochi el "nuevo Dubai del mar Negro", es decir, una plaza financiera de la multipolaridad para el "nuevo orden financiero global"? Comenta Stratfor que desde Guatemala, "Putin habló solamente de los éxitos del reciente crecimiento económico de Rusia y su resurgimiento en la escena mundial".

Hubiera sido el colmo que el zar ruso no estuviese enterado de que casi la mitad de los estadunidenses desea desaforar a Baby Bush, y que en el caso del antipático Cheney la saludable petición se eleva mucho más debido al ultraje de la opinión pública despreciada con el perdón presidencial al felón neoconservador straussiano Lewis Scooter Libby, allegado de Cheney. A nuestro juicio, con tal de salvarse de la hoguera pública, Cheney es capaz de precipitar una guerra contra Irán.

No es nuestro afán resucitar una nueva guerra fría, pero tampoco favorecemos el retorno a la unipolaridad sepultada en Irak por el heroísmo de los insurgentes sunitas iraquíes, tildados por los multimedia israelíes-anglosajones de "terroristas" por ostentar el defecto patriótico de defender su patrimonio.

A Baby Bush se le vino el mundo encima (exterior, doméstico y geofinanciero) y hasta Christine Boutin, ministra de Vivienda y Urbanismo del nuevo presidente francés Sarkozy, imputa la responsabilidad directa del presidente George Bush en el "autoatentado" del 11 de septiembre, según el sitio ReOpen911, citado por Le Monde (05-07-07). ¿Por qué Le Monde, conocido por sus vínculos íntimos con la cancillería, despierta las polémicas imputaciones de Boutin contra Bush, antes de ser entronizada como ministra?

Mientras el zar geoenergético global descolgaba la sede de Sochi, nada menos que el viceprimer ministro Sergei Ivanov, oriundo de San Petersburgo, como Putin, "amenazó a Washington que Moscú no tendrá otra opción que instalar nuevos (sic) sistemas misilísticos en la parte occidental de Rusia si Estados Unidos procede con sus planes de desarrollar un escudo misilístico balístico intercontinental en Europa central" (Stratfor, 05-07-07).

La ciudad de Kaliningrado, donde nació el genial filósofo Immanuel Kant, es un enclave ruso entre Lituania y Polonia y se encuentra más cerca de Varsovia que de Moscú.

El mensaje es sumamente serio por provenir de Sergei Ivanov, quien tiene a su cargo la responsabilidad del sector estratégico militar y se perfila como claro favorito a suceder al zar Putin, quien goza de sólida popularidad. Ivanov cortó de tajo tanto las veleidades equívocas que pudieron haber surgido en la "cumbre de la langosta", así como las provocaciones estadunidenses de colocar en las puertas de Rusia un sistema de miniguerra de las galaxias, dizque para contrarrestar el peligro de un fantasioso ataque iraní contra "Europa", cuando aún no dispone de armas nucleares, como alucina Bernard Lewis, nonagenario sofista y poseído fundamentalista del "Likudistán", al unísono de toda la fauna de sus seguidores neoconservadores straussianos que buscan la "cuarta guerra mundial" para ocultar la quiebra financiera de la banca israelí-anglosajona (ver Bajo la Lupa, 13-08-06 y 24-06-07).

Sin rodeos, ni besos insípidos, rosas marchitas y langostas bushianas de por medio, Ivanov amenazó que una "respuesta asimétrica y efectiva será hallada".

En medio de la langosta bushiana en Kennebunkport, el zar ruso había admitido como máxima concesión el despliegue misilístico antibalístico de Estados Unidos en forma compartida con la OTAN y la propia Rusia, y en otro lugar fuera de Europa. Rusia no desea escuchar en absoluto de un despliegue en la República Checa (calificada por sus enemigos como "el nuevo Israel en las entrañas de Europa") y Polonia .

Para los chinos del Peoples' Daily (05-07-07) tan sabios en gastronomía, "la langosta es deliciosa pero no tan nutritiva" y remata que la reunión entre la familia Bush y el zar ruso "tuvo una buena atmósfera, pero alcanzó resultados limitados". Los chinos son quienes menos se tragan los "cuentos chinos" de los multimedia anglosajones y comentan que el "tema de la imposición de sanciones a Irán tampoco quedó muy claro (sic)" de parte de Baby Bush y el zar ruso, quienes "no abordaron en público" el candente contencioso de la secesión de Kosovo. Muy simpáticos, los comentaristas chinos resaltan que Putin fue el único en haber sacado un pescado del mar. En efecto, los Bush hace mucho que no sacan nada, salvo maldiciones del género humano.

Los estrategas del centro de pensamiento europeo De Defensa (05-07-07), aducen que los rusos han usado hábilmente la crisis de los misiles para dividir a Europa y confrontar a sus elementos más racionales con Washington. También juega papel preponderante la "situación prelectoral" en Rusia (comicios parlamentarios a finales de año y la presidencial en primavera). Concluye que Rusia se puede salir con la suya.

A los estrategas de De Defensa no se les escapa la relevancia de las fuertes declaraciones de Ivanov que tomaron desprevenidos a Estados Unidos después de la "cumbre de la langosta", en lo que coincide también el rotativo conservador londinense The Times (05-07-07).

No hay que soslayar la visión geoestratégica del diplomático de India, M. K. Bhadrakumar, aunque un tanto sesgada y antichina y proestadunidense: "Salvo una cena de langosta, muy poco para Putin" (Asia Times, 07-07-07).

En el contexto del despliegue de una preguerra fría, desde Bajo la Lupa hasta los grandes comentaristas del planeta, todos han tomado simbólicamente de burla a la deliciosa langosta como consenso único entre rusos y estadunidenses.

 
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