Congresistas de ambos países evitan pronunciarse sobre temas conflictivos

Termina reunión México-Cuba con la voluntad de "profundizar relaciones"

Condenan el embargo económico contra la isla y la construcción del muro en la frontera con EU

GERARDO ARREOLA, ANDREA BECERRIL

La Habana, 6 de julio. Congresistas de Cuba y México concluyeron hoy dos días de diálogo con el acuerdo de "contribuir a profundizar" las relaciones entre los dos países "sobre la base del respeto mutuo y el irrestricto ejercicio de su soberanía", aunque sin manifestarse en detalle sobre los asuntos más conflictivos de la agenda bilateral.

La novena Reunión Interparlamentaria se clausuró el viernes, un día antes de lo programado, ante la evidencia de que estaban sobre la mesa los puntos de acuerdo y nadie insistiría en abrir capítulos de divergencia.

Comparado con los encuentros celebrados durante el mandato del presidente Vicente Fox, este fue claramente distendido, con el ánimo de contribuir a mejorar las relaciones diplomáticas, pero teniendo en cuenta que son los gobiernos, no los parlamentos, los que tienen el peso del diálogo y la negociación.

"El diálogo entre los dos parlamentos facilita también la conversación entre los dos Ejecutivos", señaló a la prensa el senador Manlio Fabio Beltrones, jefe de la delegación mexicana. "El siguiente paso toca darlo tanto al gobierno de México como al de Cuba en un restablecimiento ya total de nuestras relaciones."

El líder de la delegación cubana, Ricardo Alarcón, más cauteloso, señaló que el contacto entre parlamentos es "muy satisfactorio", pero en la relación entre gobiernos "habrá que darle tiempo al tiempo.

"Hay obstáculos -agregó Alarcón- que se han acumulado. Surgieron en un periodo realmente lamentable, al cual no queremos regresar, pero que están ahí."

Las dos partes, dijo el presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, manifestaron la "voluntad unánime de que se trabaje para remover esos obstáculos".

Sin embargo, Alarcón se manifestó complacido por la designación del veterano panista Gabriel Jiménez Remus como próximo embajador mexicano en La Habana. La cancillería nacional solicitó hace un mes el beneplácito cubano y está a la espera de la respuesta.

"Yo no estoy al tanto en detalle, es un tema y trámite que se hace con la cancillería y que es muy discreto", dijo Alarcón. "Pero él es una persona que conozco desde hace mucho tiempo, es un viejo amigo, lo estimo y respeto mucho, así que me encantaría que fuera el embajador de México en Cuba".

Antes de que se leyera la declaración conjunta, los coordinadores parlamentarios perredistas Carlos Navarrete y Javier González Garza regresaron al Distrito Federal, para asistir al consejo nacional de su partido. También se retiró el jefe de los diputados priístas, Emilio Gamboa.

Ambiente de diálogo

En la declaración conjunta difundida hoy, las delegaciones reconocieron que el más reciente periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el mes pasado, creó "un ambiente propicio para abordar un diálogo parlamentario abierto, franco, respetuoso, libre de prejuicios y de condicionamiento" en el tema.

Esta es la manifestación política común más conciliatoria en el tema de derechos humanos desde que las relaciones bilaterales entraron en crisis hace más de seis años, al aceptar que se trata de un asunto de interés de ambas partes y que se puede discutir desde posiciones divergentes, una fórmula que nunca fue posible enunciar durante el gobierno de Fox y el último tramo del de Ernesto Zedillo.

En su esencia, es una posición similar a la que permitió a Cuba normalizar sus relaciones con España en abril pasado. En el caso mexicano, se fundamenta en la decisión del gobierno del presidente Felipe Calderón de deslindarse del mecanismo que en la antigua Comisión de Derechos Humanos (antecesora del actual consejo) mantenía el tema de Cuba con un criterio selectivo y asociado a la política de hostilidad de Estados Unidos contra la isla.

En el mismo párrafo, las dos delegaciones "reiteraron su condena a la violación a los derechos humanos que representa el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la República de Cuba por Estados Unidos".

En contraste, el conflicto por la deuda cubana de unos 500 millones de dólares con el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y el cierre de las fronteras comerciales en la isla a productos mexicanos, se abordó en las sesiones y en los pasillos, pero sólo tuvo una referencia vaporosa en la declaración final.

Los parlamentarios, indicó el texto, "coincidieron en la importancia de incrementar los intercambios económicos y comerciales entre las dos naciones y expresaron su esperanza de que se encuentren las vías para soluciones justas y duraderas".

Sobre la deuda, Beltrones recordó que es materia de los ejecutivos, aunque "ningún país ha mencionado que no deba de atender con responsabilidad los compromisos". Apuntó que los legisladores mexicanos son partidarios de abordar el caso por la vía "del entendimiento" y no por canales judiciales.

El litigio de cuatro años desembocó en una condena contra dos empresas telefónicas cubanas para restablecer la forma de pago a Bancomext y una contrademanda al banco mexicano en un tribunal de La Habana, aún abierta.

Consultado por reporteros, Alarcón dijo: "Nosotros no creamos ese embrollo. Fueron otros los que tomaron acciones unilaterales, que se han reflejado negativamente, porque no podía ser de otra forma, en el intercambio entre los países.

"La culpa es de alguien que alguna vez hizo declaraciones inconvenientes por el asedio de ustedes", dijo Alarcón, remontándose al origen del pleito: unas declaraciones radiales del entonces canciller Jorge G. Castañeda, que en Cuba fueron interpretadas como una amenaza de represalias económicas en gran escala.

A continuación, un decreto del presidente Fidel Castro retiró las garantías del pago de la deuda, a lo cual Bancomext reaccionó con una demanda en tribunales europeos.

Nulo avance en migración

La declaración tampoco reflejó el interés mexicano, manifestado al principio del encuentro, de impulsar desde los parlamentos una pronta convocatoria del Grupo de Trabajo sobre Migración, un mecanismo institucional que en seis años no ha logrado negociar un acuerdo en la materia, reclamado principalmente por el creciente flujo de cubanos indocumentados hacia México.

El texto condenó la construcción del muro en la frontera entre México y Estados Unidos, consideró necesario abordar el fenómeno migratorio en forma "integral", condenó el tráfico de personas y exhortó a los gobiernos a "una mayor colaboración bilateral" en ese tema.

En su propio terreno, el parlamentario, la reunión sí pudo precisar el interés de concertar posiciones en los foros legislativos internacionales y los cubanos expresaron "sus simpatías" con la candidatura mexicana a la vicepresidencia latinoamericana y caribeña en la Unión Interparlamentaria, que quedará vacante al terminar el periodo de la isla en 2008.

También convinieron en señalar la necesidad de homologar títulos universitarios, en el campo bilateral y regional y en impulsar con fuerza la cooperación en materia de prevención de desastres naturales y protección civil.

Al margen de la reunión, el coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, fue recibido esta mañana por el comandante de la revolución y ministro de la Informática y las Comunicaciones, Ramiro Valdés, uno de los líderes históricos del movimiento de 1959 y fundador de los órganos de seguridad e inteligencia.

Navarrete confirmó a La Jornada la realización del encuentro, pero declinó comentar los detalles y el motivo.