Usted está aquí: lunes 2 de julio de 2007 Mundo Detienen a 3 sospechosos vinculados con los coches bomba en Londres

"Los terroristas no deben alterar la vida de los británicos", señala Gordon Brown

Detienen a 3 sospechosos vinculados con los coches bomba en Londres

Posible que integrantes de Al Qaeda hayan vuelto de Irak y Afganistán: futuro asesor de seguridad

THE INDEPENDENT, REUTERS, AFP, DPA

Ampliar la imagen Inspección vehicular en un camino de Ramilies, Liverpool, cerca del sitio donde ayer fueron arrestados dos hombres y una mujer por presuntos vínculos con los atentados fallidos en Londres el pasado fin de semana Inspección vehicular en un camino de Ramilies, Liverpool, cerca del sitio donde ayer fueron arrestados dos hombres y una mujer por presuntos vínculos con los atentados fallidos en Londres el pasado fin de semana Foto: Reuters

Londres, 1º de julio. La policía británica realizó hoy una serie de redadas por todo el país y arrestó a dos hombres y una mujer por su presunta relación con la colocación de dos coches bomba en Londres, el viernes, y con el intento, el sábado, de hacer estallar un automóvil en el aeropuerto de Glasgow, en Escocia. Los tres detenidos fueron capturados en la carretera que une Cheshire con Liverpool y tienen entre 25 y 30 años. Con los autores materiales del fallido ataque en la ciudad escocesa, que fueron aprehendidos ayer, son ya cinco los arrestados por sus posibles vínculos con estos hechos.

Además, las autoridades hicieron explotar de forma controlada un vehículo que se encontraba en el hospital Royal Alexandra de la ciudad escocesa de Paisley, donde uno de los autores materiales del atentado fracasado contra la terminal aérea de Glasgow se recupera de las graves quemaduras que tiene por todo el cuerpo. La policía detuvo también a dos hombres en la ciudad de Liverpool, aunque los dejó libres al poco tiempo.

La alerta terrorista, que fue elevada al nivel "crítico", lo que significa que se espera un atentado inminente, supuso nuevas restricciones para los pasajeros que acuden a los aeropuertos del país y varios retrasos de los aviones que viajan a y desde las islas británicas. British Airways, que administra siete terminales aéreas del país, redujo el acceso de los vehículos a las instalaciones, lo que provocó largas filas de viajeros que tuvieron que caminar con su carga de maletas. La terminal 3 del aeropuerto de Heathrow, el más importante de Gran Bretaña, fue cerrada durante poco más de una hora tras el hallazgo de un paquete que podría contener explosivos. El aeropuerto de Glasgow permaneció cerrado gran parte del día, y el de Liverpool no recibió aviones la noche del sábado al domingo a causa de un vehículo sospechoso.

Estas pesquisas y movilizaciones de los cuerpos de seguridad británicos son las de mayor envergadura desde los atentados de julio del 2005 en Londres, en los que murieron 52 personas. En ellas participan cientos de policías de todo el país y, según aseguró el jefe de la sección antiterrorista de Scotland Yard, Peter Clarke, "se mueven extremadamente rápido".

Clarke añadió que está "absolutamente seguro de que en los próximos días o semanas" los oficiales a su cargo tendrán un "hondo entendimiento de los métodos usados por los terroristas, de la forma en que planearon sus ataques y de la red a la cual pertenecen".

John Stevens, futuro asesor de seguridad del primer ministro británico, Gordon Brown, fue menos optimista. En una entrevista con el rotativo News of the Wold, aseguró que "hay una creciente sospecha de que integrantes de Al Qaeda, posiblemente nacidos en Gran Bretaña, han vuelto de Irak y de Afganistán para guiar, dirigir e influir a los grupos" que ya operan en la isla.

Los atentados fallidos de esta semana sorprendieron a Brown cuando llevaba menos de una semana en el poder, y su forma de manejar lo ocurrido fue vista como un buen inicio por los partidos opositores y algunos activistas de derechos humanos. El vocero de asuntos domésticos del opositor Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, por ejemplo, dijo que ha detectado "un tono mesurado que es algo bueno".

El recién estrenado primer ministro, mientras tanto, mandó un mensaje de calma al país. En una entrevista con el programa Sunday AM de la cadena pública de televisión BBC, Brown declaró que, aunque Gran Bretaña "tiene que lidiar con una amenaza de largo plazo, que no se irá en las próximas semanas o meses", los británicos "deben seguir con sus vidas". "El mensaje es que los terroristas no alterarán el curso ordinario" del país.

En efecto, la vida diaria londinense no se vio afectada por los atentados ni por el hecho de que el nivel de la alerta terrorista se elevó a "crítico". Decenas de miles de personas asistieron a los dos grandes actos de este fin de semana, el desfile del Orgullo Gay y el concierto en homenaje a la princesa Diana, bajo la vigilancia, eso sí, de unos 450 policías.

En Glasgow, mientras tanto, la única alteración de la rutina fueron los registros que las autoridades realizaron en varias casas de la ciudad y de los alrededores. El resto de la población del país vivió en cotidianeidad y preocupada por las fuertes lluvias que han provocado graves inundaciones en Inglaterra y Gales en la última semana.

La vida política británica, sin embargo, sufrió una fuerte sacudida. La "amenaza terrorista" provocó que la agenda del primer ministro y de los miembros de la Cámara de los Comunes (cámara baja) sufriera fuertes alteraciones, en una semana en la que se esperaba que el jefe del gobierno anunciara las reformas que implementará y las sometiera al debate parlamentario. Por lo pronto, en su charla con la BBC, Brown dijo que "la prioridad para este lunes en el Parlamento será una declaración sobre seguridad", lo que implica que uno de sus proyectos estrella, la reforma constitucional para quitarle poderes al jefe de gobierno y fortalecer al Legislativo, tendrá que posponerse por lo menos hasta finales de la semana.

Otro tema sobre el que se había especulado mucho en las últimas semanas, el de si Brown convocaría o no elecciones anticipadas, quedó también relegado a segundo término. La posibilidad de convocar a nuevos comicios "es lo último que me pasa por la cabeza este fin de semana", afirmó el primer ministro.

 
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