Usted está aquí: viernes 22 de junio de 2007 Economía Crece oposición para que Blackstone cotice en Bolsa

El fondo de inversiones buscará obtener 5 mil mdd

Crece oposición para que Blackstone cotice en Bolsa

Cabildean para diferir operaciones en el mercado de NY

AFP

Nueva York, 21 de junio. El fondo de inversiones Blackstone, la estrella de Wall Street, entrará este viernes en la Bolsa de Nueva York, algo que refuerza las crecientes críticas contra la riqueza de los fondos y sus ventajas fiscales, tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña.

Blackstone, uno de los tres mayores fondos del mundo, va a invertir en Bolsa 12.3 por ciento de su capital para obtener más de 5 mil millones de dólares. En esta ocasión, el Estado chino, que quiere una parte de los impresionantes beneficios del fondo, convino en comprar 9.7 por ciento de sus acciones, lo cual le dará a Blackstone 3 mil millones adicionales.

Su llegada, la más importante de la Bolsa de Nueva York este año, marca el éxito de un fondo que gestiona más de 88 mil millones de dólares y que realizó en estos últimos meses algunas de las más grandes adquisiciones del mundo. Ha comprado, entre otras, a la compañía inmobiliaria Equity Office en 39 mil millones de dólares.

En un comunicado dirigido a la Comisión Reguladora de la Bolsa (SEC, por sus siglas en inglés), Blackstone fijó finalmente su precio de emisión en 31 dólares por acción, que le permitiría recaudar hasta 5 mil 50 millones de dólares.
El grupo precisó que pondrá en el mercado 163 millones de acciones, más que lo anunciado anteriormente.

Cabildeos en contra

Por su parte, el senador demócrata Jim Webb envió el miércoles una carta al Departamento del Tesoro, a la SEC y al Departamento de Seguridad Interior, urgiéndolos a postergar la llegada a la Bolsa de Blackstone, aduciendo razones de seguridad nacional.

Propuso que la medida se retrase hasta que "la transacción pueda ser cuidadosamente examinada y resuelta".

Los fondos de inversiones, a los cuales inversionistas institucionales o privados confían sus haberes para hacerlos fructificar, se han vuelto en los años recientes cada vez más activos en la compra de empresas, entre ellas la automotriz, recientemente, Chrysler.

En general, financian la adquisición endeudando al grupo adquirido y luego maximizan sus beneficios reduciendo los costos (recorte de personal y venta de las filiales menos rentables, entre otras) antes de revenderlos con valor agregado.

Los fondos prefieren a menudo evitar la Bolsa, porque obliga a divulgar información sobre beneficios, operaciones e ingresos de los dirigentes.

Sin embargo, Blackstone decidió utilizar la Bolsa para hacerse de fondos, como antes lo hizo su rival KKR, que entró en el año pasado y obtuvo 5 mil millones de dólares; o Fortress, que comenzó a cotizar de manera exitosa en febrero.

El presidente ejecutivo de Blackstone, Stephen Schwarzman, a quien la prensa atribuye gastos extravagantes, estará al frente de acciones por un valor de unos 8 mil millones de dólares.

Pero el éxito de fondos como Blackstone genera en Estados Unidos cada vez más críticas, que se ven exacerbadas por su entrada a la Bolsa. La oposición no viene de parte de los sindicatos -que ven los fondos como entes que operan en contra del empleo-, sino de legisladores que quieren subir los impuestos.

 
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