Usted está aquí: jueves 21 de junio de 2007 Sociedad y Justicia A golpes impiden colocar banderas rojinegras en Líneas Aéreas Azteca

Opositores a Unión Sindical de Trabajadores impiden acceso al hangar en el aeropuerto

A golpes impiden colocar banderas rojinegras en Líneas Aéreas Azteca

El dirigente del gremio tenía el aval de la JLCA para estallar el paro en la empresa

TRIUNFO ELIZALDE

Ampliar la imagen Trabajadores de Líneas Aéreas Azteca protestaron frente a la puerta cuatro del aeropuerto capitalino en demanda de reiniciar sus labores Trabajadores de Líneas Aéreas Azteca protestaron frente a la puerta cuatro del aeropuerto capitalino en demanda de reiniciar sus labores Foto: Alfredo Domínguez

En medio de pedradas; lanzamiento de petardos y palomas, mentadas de madre y amenazas mutuas, ayer se enfrentaron por espacio de 25 minutos más de 500 individuos, algunos de ellos miembros de la Unión Sindical de Trabajadores de Líneas Aéreas Azteca y otros opositores, apoyados éstos por empleados de confianza de la empresa, cuando Pablo Esquivel López, líder del gremio, se presentó en el hangar de la aerolínea para poner las banderas rojinegras e iniciar la huelga, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM)

Esquivel López llegó a las 11 de la mañana, acompañado por cerca de 150 personas que llegaron a bordo de tres autobuses. Las puertas del hangar de Azteca estaban cerradas y dentro, en el espacio de operaciones, se hallaban unas 350 individuos -la mayoría hombres- esperándolos (alguien les había avisado que Esquivel López llegaría de un momento a otro para declarar la huelga a Azteca), por lo que no los dejaron entrar.

El líder y sus acompañantes pidieron a los parapetados que abandonaran el recinto, y les explicaron que el movimiento de huelga era legal, que estaba autorizado por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA), para lo cual Esquivel López les mostraba el oficio correspondiente, con firmas y sellos oficiales, que autorizaba la colocación de las banderas rojinegras.

Se les pidió que se salieran por su voluntad, "porque si no los vamos a sacar por la fuerza, porque nadie puede quedarse adentro si declaramos la huelga". En respuesta recibieron insultos y palabras de desconocimiento al líder de la unión, a quien calificaron de espurio y acusaron de haberse apoderado del sindicato en combinación con el dueño anterior de Azteca, Leonardo Sánchez Avalos; de haber traicionado a los trabajadores y vendido el contrato de trabajo.

En ese momento empezó la lluvia de objetos, y la gente de Esquivel López corría de un lado para otro para evitar ser alcanzada. Fue por demás el intento de acercare a las puestas del hangar para tratar de entrar por la fuerza, ya que adentro docenas de individuos lo impidieron, aventando pedazos de ladrillos y piedras para alejar a los partidarios de la suspensión de labores.

Al lugar del enfrentamiento llegarn elementos de las policías Federal Preventiva, auxiliar y de seguridad del aeropuerto, quienes buscaron impedir que el zafarrancho continuara. Cabe mencionar que el hangar de Líneas Aéreas Azteca se localiza al fondo de los terrenos que todavía ocupan las instalaciones de la antigua Terminal 2, donde se ubican oficinas de varias aerolíneas comerciales y de carga.

Esquivel López mostró a las autoridades que se lo solicitaron el oficio que le dio la JLCA para iniciar la huelga contra Azteca. Ante la situación de violencia que se escenificó, de la que se dijo que algunos personas salieron descalabradas -aunque no fue posible comprobarlo-, optó por retirarse, con la advertencia de que volvería con el apoyo de las autoridades laborales.

Trascendió que en los aeropuertos de Tijuana y Cancún, donde la línea tiene bases para la atención de sus aviones y pasajeros, también hubo intentos de poner banderas rojinegras, y que lo mismo iba a hacerse en las otras nueve bases del país.

Por su parte, la Coalición de Trabajadores de Líneas Aéreas Azteca manifestó que le preocupa lo sucedido, pero que no puede intervenir, porque "sin duda Esquivel López tiene consigo el contrato colectivo, y para que lo pierda se necesitaría que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje sometiera este diferendo a un recuento entre los trabajadores, para ver qué grupo se queda con él".

 
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