Usted está aquí: jueves 21 de junio de 2007 Economía Ex asesor de la guerrilla, artífice de la toma del control del crudo venezolano

Bernard Mommer propuso desde los 70 el petróleo como medio para la revolución

Ex asesor de la guerrilla, artífice de la toma del control del crudo venezolano

REUTERS

Viena, 20 de junio. En los años 70, un asesor de las guerrillas izquierdistas venezolanas propuso que los campos de petróleo, no las armas, eran la clave para llevar la revolución a la nación sudamericana.

Treinta años después, Bernard Mommer se ha convertido en el mayor estratega energético dentro del esfuerzo del presidente Hugo Chávez por retomar las instalaciones petroleras de las gigantes trasnacionales y usar las ganancias para financiar la revolución socialista inspirada en el modelo cubano.

"Cuando llegué (a Venezuela) me encontré con la cuestión petrolera, siempre me fascinó", dijo Mommer, matemático nacido en Francia y descendiente de alemanes que emigró al país petrolero en los años 70. Mommer habló en una poco frecuente entrevista cuando visitaba Viena el mes pasado.

Ahora, mientras Chávez atiza a sus seguidores en vistosos enfrentamientos con gigantes como ExxonMobil, Mommer, desde el viceministerio de Hidrocarburos, conduce discretamente el avance de Venezuela en la toma de control de instalaciones petroleras.

Sus ideas de control estatal sobre los recursos naturales, influenciadas por el marxismo y rechazadas durante décadas por la otrora tecnocracia de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), son la columna de la cruzada de Chávez por aumentar la tajada del Estado de las ganancias petroleras.

Mommer, quien mantiene un bajo perfil, lidera la puesta en práctica de esas teorías y encabeza las negociaciones con las petroleras para la nacionalización de sus activos.

El ejecutivo conduce las conversaciones con empresas como Conoco Phillips y Chevron, a las que se les impuso la fecha límite del 26 de junio para alcanzar los acuerdos que les permitan continuar involucradas en cuatro multimillonarios proyectos energéticos.

Riesgo de expulsión de inversiones

Los críticos de Mommer dicen que su ideología podría llevar a la expulsión de la inversión privada y a la merma de la producción de crudo del país, que observadores del mercado aseguran es 30 por ciento menos que lo reportado oficialmente: alrededor de 3 millones de barriles por día.

Mommer nació en el sur de Francia en 1943. Es hijo de un marxista alemán que fue arrestado en la Alemania nazi y después se mantuvo con bajo perfil en los Pirineos durante la Segunda Guerra Mundial.

Al llegar a Venezuela, durante el boom petrolero de los años 70, Mommer encontró trabajo enseñando matemáticas.

Además se convirtió en asesor del Partido de la Revolución Venezolana, ala política del principal grupo guerrillero del país, que luego atrajo al propio Chávez como conspirador militar.

Según el historiador Alberto Garrido, Mommer fue el autor principal de los Cuadernos petroleros, tres volúmenes que analizan la relación entre los gobiernos venezolanos y las poderosas trasnacionales petroleras.

Cuando Venezuela nacionalizó los campos de crudo en 1976, Mommer propuso que las guerrillas depusieran sus armas y en su lugar encontraran otras formas para controlar los recursos petroleros, dice Garrido, basándose en una entrevista con el antiguo comandante guerrillero Douglas Bravo.

Los rebeldes continuaron peleando y Mommer fue a trabajar a la emergente PDVSA en 1989. Pero renunció cinco años después porque pensaba que la empresa escondía ingresos al Estado en lugar de generar ganancias para el desarrollo social.

Cuando Venezuela se abrió de nuevo a las trasnacionales del sector en la década de 1990, Mommer -quien trabajaba en el Instituto de Oxford para el Estudio de la Energía- respondió con críticas técnicas respecto a cómo los acuerdos favorecían mayormente a las firmas foráneas.

"Me di cuenta de que PDVSA iba en un camino totalmente equivocado en 1993", dijo Mommer.

Además fustigó que Venezuela aceptara que las trasnacionales pudieran llevar las disputas a cortes internacionales, un privilegio que Chávez ha eliminado de cualquier acuerdo petrolero futuro.

El militar retirado tomó el control de PDVSA en 2003, después de despedir a tecnócratas que iniciaron una huelga que trató de forzarlo a renunciar.

Luego, el gobernante comenzó a invertir las ingentes ganancias petroleras en programas sociales que le han asegurado el apoyo entre la mayoría pobre del país, con el que ganó una cómoda relección en el 2006.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.