Usted está aquí: miércoles 20 de junio de 2007 Capital Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Angel Velázquez

Varios cínicos en el caso Ahumada

¿De dónde venía el dinero que repartió el empresario?

Urge investigación seria de quienes ejercen la justicia

Siempre que el sinvergüenza es descubierto en algunas de sus trastadas y se sabe impune, recurre al cinismo y la mentira como sus mejores armas. En el caso Carlos Ahumada, los cínicos son varios.

La agenda y el directorio telefónico de Ahumada fueron hallados durante el cateo que el Ministerio Público realizó al despacho del sobornador en las oficinas del grupo Quart, y se ofreció como prueba en el juicio que se entabló contra el empresario.

Eso, por más que se quiera ocultar, es un hecho, y podrán dar fe de ello quienes estuvieron al frente de la investigación durante el sexenio pasado, así que la misma agenda no podría presentarse ahora como lo que se llama, sobreviniente, pero sí es un documento que, día con día, de enero a diciembre, relata, como ya hemos dicho, parte de los asuntos que trataba Carlos Ahumada.

En la primera página de esa agenda, fabricada por Dinicar, se enumera a 60 personas. La marcada con el 01 es Oscar Robles, el 60, Ulises Ramírez, y en la casilla 31 está el nombre de A. Rubalcaba, mismo que en el directorio telefónico -que no debe confundirse con la agenda-, aparece, desde luego, en la letra "R", entre Royal Rent a Car y Fernando Ruelas, con los teléfonos particulares, el del Reclusorio Sur, del domicilio, un móvil, y otro.

La coincidencia en el nombre del juzgador impuesto por el presidente de la Judicatura, José Guadalupe Carrera, debió haber sido indagada, cuando menos, por el Ministerio Público, para tener la seguridad de que el proceso sería limpio. Alguna razón desconocida para nosotros dio como resultado la omisión que ha puesto en entredicho el trabajo imparcial de la Procuraduría General de Justicia del DF.

Esto porque conforme a ley, la PGJDF, al saber de los posibles nexos entre Ahumada y el juez Rubalcava, podrían haber pedido que el juzgador se excusara de conocer del caso, de confirmarse la relación entre ellos, pero no fue así; es más, todo parece indicar que el procurador Rodolfo Feliz Cárdenas ni siquiera sabía de la existencia de la agenda.

La omisión sería tan grave que podría haber torcido el ejercicio pleno de la justicia, y nos referimos a este hecho porque la prueba, es decir, la agenda 2003 de Ahumada, es parte del expediente que entregó el ex procurador Bernardo Bátiz a su sucesor, y al parecer nunca fue tomada en cuenta.

Por su parte, el juez Alberto Rubalcava, dicen quienes lo conocen, fue reclutado desde hace algún buen tiempo por el despacho de abogados de Diego Fernández de Cevallos, relación que, de confirmarse, sería un eslabón que echaría más dudas sobre el caso, dadas las vinculaciones del panista con Carlos Ahumada.

De cualquier forma, Alberto Ruvalcaba dice no saber por qué se hallaba en la lista del sobornador, y también advierte que la agenda en cuestión no se halla entre las pruebas que se le dieron, aunque, como se lee en la entrevista que le hizo el reportero Agustín Salgado, no se atreve a decir que él no es quien está enlistado.

Así que el nombre que aparece en la lista y también en el directorio telefónico, según el juez, fue una ocurrencia de Ahumada; el nombre lo sacó de una ocurrencia, los teléfonos en los cuales se le podía localizar los inventó, y por azar, debajo del nombre de este juzgador, Ahumada anotó: Reclusorio Sur. La coincidencia es ominosa.

Sea como sea, y para el bien de todos, se debe hacer una investigación seria, que limpie de dudas o de corruptos a quienes tienen que ejercer la justicia. El caso Ahumada no es menor: según las confesiones del sobornador, su actuar -se refería a la exhibición de los videos- tuvo un contenido político doloso, puso su "granito de arena" en la elección presidencial pasada, aunque eso no sea materia de juicio penal.

Ahora ya sabemos que los que aparecieron en los videos no eran los únicos que recibían dinero; sabemos también, gracias a la agenda quiénes, cuándo y cuánto recibían: Lo único que no queda claro es de dónde provenía el dinero que repartía Ahumada. Como se dice en mi colonia, piensen mal y acertarán.

De pasadita

Las marchas y los bloqueos siguen siendo el tema predilecto de quienes necesitan la represión para acallar las voces que no quieren reproducir, o, en su caso, no les conviene oír, pero usted y nosotros, que tenemos que pasar con cierta frecuencia por Bucareli, nos hemos dado cuenta de que la avenida se halla bloqueada, no por gente que protesta, no por inconformes que tanto molestan a las buena conciencias, sino por una terrible alambrada que protege, ni más ni menos, que a Gobernación. Y de eso, ni una palabra. Viva la libertad de expresión... y de tránsito.

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