Usted está aquí: miércoles 13 de junio de 2007 Sociedad y Justicia Laboran en el campo más de 132 millones de niños

Junto con la minería y la construcción es el sector más peligroso, según la OIT

Laboran en el campo más de 132 millones de niños

CAROLINA GOMEZ MENA

A escala global, aproximadamente siete de cada 10 niños que trabajan realizan actividades agrícolas. En el campo, estos menores crían ganado, recogen cosechas y cultivan, e incluso manejan maquinaria, hacen surcos o sostienen banderas para guiar las avionetas de fumigación.

Son poco más de 132 millones los niños y niñas de entre cinco y 14 años que se dedican a estas labores, consideradas las más peligrosas, junto con la minería y la construcción. Ellos colaboran con su familia o bien se desempeñan como jornaleros agrícolas.

En el contexto de la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, realizada ayer, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), investigadores del tema, académicos y agrupaciones de derechos humanos urgieron a crear políticas que reviertan esta situación, porque "a los niños trabajadores del campo no se les respetan sus derechos a la alimentación, la salud y la educación", y porque a pesar de la peligrosidad que enfrentan en estas labores, en las zonas rurales cerca de 20 por ciento de los trabajadores infantiles tienen menos de 10 años, en promedio, de acuerdo con datos recopilados por el Programa Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil (IPEC, por sus siglas en inglés) de la OIT.

La labor de los niños en el campo no es un problema privativo de las naciones en desarrollo, sino también un "grave problema en los países industrializados", en los que, por lo general, dicha mano de obra presente en el agro es producto de la migración internacional.

Sobre esto último, el Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México informó que en los últimos años ha crecido de forma "alarmante" la migración de niños solos a Estados Unidos, pues cada año cerca de 150 mil menores intentan pasar la frontera, de los cuales 60 mil son deportados.

Anne Bar-Din Blugeot, investigadora del referido centro, precisó que una tercera parte de los infantes que migran lo hace sin la compañía de sus familiares, y subrayó que la principal razón que los obliga a dejar sus hogares es económica.

Al participar en el foro Trabajo infantil, migración y educación, el antropólogo y maestro bilingüe Ignacio Pegueros precisó que los niños que migran por razones de trabajo enfrentan situaciones "difíciles" no solo en el campo, sino también en las ciudades. Allí laboran en horarios nocturnos, limpiando oficinas, bares o empacando periódicos, actividades con jornadas que se extienden de las 10 de la noche a las 2 de la madrugada, o más.

Pegueros, quien da clases en Illinois a menores migrantes, sostuvo que es poco lo que aprovechan la escuela estos niños, porque no sólo tienen problemas con el idioma, sino también experimentan tal cansancio y desgaste que "se quedan dormidos en clases". Dijo que en Estados Unidos las condiciones de trabajo para estos menores en la agricultura no difieren de las existentes en México, pues viven en una situación de casi esclavitud, cumpliendo jornadas "extenuantes por un pago de tres dólares la hora", menos del mínimo estadunidense.

Crescencio Ramírez, abogado indígena y presidente de la Red Democrática de los Pueblos Indígenas de Sinaloa, deploró que pasen sexenios y la situación para los niños jornaleros sea la misma. Narró que a los 12 años, él comenzó a trabajar en los campos de San Quintín, en Sinaloa, "y vuelvo, a más de 20 años, y veo lo mismo. ¿Qué clase de gobierno y de políticos tenemos que permiten que todo siga igual?", se preguntó.

En tanto, el Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan denunció que menores guerrerenses, "sumergidos en la pobreza", se ven obligados a abandonar sus comunidades para enrolarse como jornaleros agrícolas, y que de acuerdo con datos de la Coordinación Estatal de Guerrero del Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas, en la temporada de migración, que empezó en 2006, se contabilizó un total de 40 mil 207 jornaleros agrícolas, de los cuales 25 mil 448 se desplazaron hacia Sinaloa; específicamente de la región de La Montaña se registró un total de 14 mil 21, donde 11 mil 293 están considerados como jornaleros en edad de trabajar, es decir, que van de los seis años en adelante.

 
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