Usted está aquí: martes 12 de junio de 2007 Sociedad y Justicia Llaman a autoridades, productores y padres a impedir el trabajo infantil

El mayor problema en México, en el ámbito agrícola, señalan Unicef y OIT

Llaman a autoridades, productores y padres a impedir el trabajo infantil

PATRICIA MUÑOZ, VICTOR BALLINAS

Ampliar la imagen Este martes es Día Mundial Contra el Trabajo Infantil. En la imagen, Tlapa, Guerrero, de donde cada año cientos de niños son llevados por sus padres a laborar en campos de Sinaloa Este martes es Día Mundial Contra el Trabajo Infantil. En la imagen, Tlapa, Guerrero, de donde cada año cientos de niños son llevados por sus padres a laborar en campos de Sinaloa Foto: Javier Verdín

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) pidieron a las autoridades laborales de México crear una alianza de sectores para "combatir el trabajo infantil" en el país, sobre todo en el ámbito agrícola, donde son ocupados cerca de 900 mil niños, así como prevenir la explotación sexual y la trata de menores.

En el contexto del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, el director de la OIT para México y Cuba, Miguel del Cid, resaltó que "la sociedad mexicana enfrenta el desafío de luchar por la erradicación progresiva del trabajo infantil en general y de manera prioritaria en el sector de la agricultura", donde los menores son obligados a laborar sin paga, cerca de 40 por ciento sufre desnutrición, tiene contacto con pesticidas, está en riesgo de accidentes con maquinaria pesada, padece marginación y carece de acceso a escuelas.

A su vez, Daniel Camazón, representante del Unicef en México, expresó que se emite un exhorto a los actores del mundo laboral del país para que se avance en un marco institucional y legal que erradique todas las formas de explotación infantil.

Ambas organizaciones hicieron ver que según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), unos 3.3 millones de niños entre seis y 14 años trabajan en México; es decir, uno de cada seis menores entre esas edades.

Sin embargo, en las comunidades indígenas esa cifra se eleva considerablemente, ya que 36 por ciento de los menores labora.

Las mismas estadísticas apuntan que 25.5 por ciento de los niños que trabajan no estudian, ya que la pobreza y la desigualdad sigue obligándolos a abandonar la escuela.

El Unicef sostuvo que tiene un programa de cooperación con el gobierno de México para la erradicación del trabajo de menores, e hizo un llamado a la sociedad, los productores agrícolas, las autoridades y los padres de familia a no permitir que los niños en situación de pobreza tengan que poner en riesgo su salud, su dignidad y sus estudios al verse obligados a laborar.

Resaltó que es necesario respetar los derechos de los adolescentes trabajadores y que es preciso que este gobierno cumpla con los convenios 138 y 182 de la OIT, que se refieren a todas las formas de combate al trabajo infantil.

A este llamado en el contexto de la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que tiene lugar este 12 de junio, se sumaron organizaciones mexicanas de defensa de derechos humanos y civiles.

Demandaron que el gobierno "cumpla con su obligación y proteja los derechos humanos de los niños que trabajan en
los campos agrícolas, que benefician solamente a las empresas trasnacionales; se trata de personas que por su pobreza son víctimas y se les niega el acceso al servicio básico de educación, salud, vivienda y alimentación".

Señalaron que la OIT en su informe 2006 sobre el tema, destaca que en el mundo hay 218 millones de niños trabajadores, 126 millones de ellos lo hacen en actividades peligrosas; más de 70 por ciento del total de menores que trabajan lo hacen en la agricultura.

La organización ha denunciado que más 132 millones de niños de cinco a 14 años ayudan a producir gran parte de alimentos y bebidas que se consumen en el mundo, así como las fibras y la materia prima agrícola.

"Gran parte de estos menores realizan tareas peligrosas que pueden poner en peligro su vida, sus miembros, su salud y su bienestar general. En las explotaciones y plantaciones agrícolas de todo tipo y tamaño estos niños desempeñan funciones que exponen su salud y su seguridad."

Además, en todos los países los niños ayudan en sus propias casas preparando comidas, lavando trastes, cuidando a sus hermanos; es decir, se trata de trabajo infantil doméstico para sus propias familias, pero también para un empleador que los explota, lo que incluye la trata o esclavitud.

Al pormenorizar el tipo de ocupación, la OIT refiere que en 2001 se estimaba que aproximadamente 300 mil menores servían en unidades armadas alrededor del mundo -120 mil en Africa, igual cantidad en Asia Pacífico y 30 mil en América Latina y el Caribe; se trata de niños mayores de 15 años, pero la tendencia ha cambiado a reclutar cada vez más jóvenes, que luchan en ejércitos regulares. El uso de niños en primera línea de fuego los expone a riesgos de muerte y lesiones graves, porque se arriesgan más que los adultos.

Acerca de la trata de niños, la OIT denuncia que aunque no hay cifras exactas, se estima que 1.2 millones son explotados en agricultura, minas, fábricas, conflictos armados y en el comercio sexual.

"Cerca de un millón de niñas y niños trabajan en las minas y canteras; son menores en túneles bajo tierra por los que apenas cabe su cuerpo; llevan cargas de carbón más pesadas que ellos. Pasan horas bajo el sol picando piedras para construir caminos; otros manipulan mercurio tóxico para separar el oro de la roca y unos más pasan el día agachados en el agua removiendo arena para encontrar piedras preciosas."

 
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