Usted está aquí: domingo 3 de junio de 2007 Política En las comunidades indígenas "la calidad educativa es puro discurso"

"No llega nada, ni libros; ni funciona Enciclomedia"

En las comunidades indígenas "la calidad educativa es puro discurso"

LAURA POY SOLANO

En condiciones de extrema pobreza y marginación, miles de niños de comunidades indígenas en Guerrero, Oaxaca y Chiapas enfrentan no sólo el "abandono, la migración y las enfermedades, sino también la falta de escuelas dignas y de un alimento seguro que garantice su permanencia en el aula", afirmaron profesores de comunidades rurales de la Montaña oaxaqueña y la Costa Chica guerrerense.

"El problema más grave que enfrentamos es que no tememos acceso a una escuela y a una biblioteca dignas, a libros en nuestra lengua. Sólo tenemos el abandono, por eso hacemos lo que podemos, con lo que tenemos, aunque ahora la migración se lo está llevando todo.

"Hay pueblos donde sólo quedan mujeres y niños que aún no pueden emprender el camino al norte. Estamos perdiendo la cultura, la lengua, los jóvenes, que aun metidos en la montaña prefieren irse a Estados Unidos que quedarse a terminar la primaria o secundaria, y eso si llegan, porque por cada comunidad remota sólo envían uno o dos muchachos, los demás no tienen con qué ir a la escuela".

Quienes logran llegar a la escuela, afirman, es porque "pudieron superar muchos obstáculos, y uno de ellos es que sus padres puedan darles 50 o 60 pesos semanales para la comida en el albergue -además de la carga de leña que deben entregar para los servicios del comedor- y eso ya es un lujo".

Celso Cruz Martínez, director de la Escuela Secundaria Técnica 128, del municipio de Santiago Choapam, localizado en la región del Papaloapam, en la zona de montaña de Oaxaca, afirma que de los 150 alumnos que acuden a su escuela, más de 40 sólo dominan su lengua materna -mixe, chinanteco y zapoteco-, y es "prácticamente imposible que sigan el paso; los maestros hacen lo que pueden, porque además deben ser todólogos, lo mismo dan química que agricultura o matemáticas y física, porque no hay recursos para pagarles".

Reconoció que a pesar de que los varones tienen más posibilidades de llegar a la secundaria en las comunidades indígenas, "las mujeres que lo logran son las más persistentes y no abandonan, a pesar de que allá en la montaña, donde estamos olvidados, la migración se lleva a los jóvenes; inclusive ya tenemos hasta polleros en la comunidad, dicen que les van a dar trabajo y los dejarán instalados en Estados Unidos, aunque no hablen español, y por eso se van".

En la Costa Chica, en el municipio de Ayutla de los Libres, la escuela primaria Niños Héroes, donde sus 150 alumnos son indígenas, "no tiene aulas, sanitarios ni mobiliario; son seis grupos, pero sólo tenemos cuatro aulas, y los padres, en su mayoría campesinos, deben construir la palapa con lámina de cartón y costear lo que haga falta, de lo contrario no se puede dar clase", señaló uno de los profesores de la región.

A las comunidades indígenas "nos ha ido muy mal: eso de la calidad es puro discurso; allá lejos, donde estamos, no llega nada, ni los libros; ni funciona Enciclomedia. Nos mandan los materiales incompletos y no les importa; nos quejamos y no pasa nada. Además, todos los contenidos educativos están hechos por gente de y para la ciudad; nada tiene que ver con nuestro entorno, o dígame cuándo van a ver un Metro o un semáforo. Nada dicen de nuestra cultura, de nuestras lenguas, como el mazateco, tlapaneco, amuzgo y náhuatl, que es lo que hablamos en Guerrero".

En la región de Tlapa, Guerrero, una de las más marginadas, sólo los maestros indígenas "hemos aguantado las condiciones de miseria en las que viven nuestras comunidades, y es gracias a nuestros esfuerzo, y a los programas del gobierno federal y estatal que hemos conseguido que al menos una pequeña parte de los niños indígenas puedan ser bilingües, porque no sólo es el abandono, sino es superar las enormes distancias que nos llevan a caminar más de cinco horas para ir de una comunidad a otra".

Los maestros, quienes permanecen en el plantón permanente que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación instaló frente a la sede nacional del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), aseguraron que su llegada a la capital del país "no sólo es porque estamos inconformes con la ley del ISSSTE, sino también queremos que escuchen nuestra voz, porque esa es nuestra única arma".

 
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