Un frío hombre de poder
Zurich, 31 de mayo. Joseph Blatter es sin duda uno de los hombres más influyentes del mundo del deporte y también es uno de los más controvertidos. Al presidente de la FIFA le gusta verse como un visionario, pero sus críticos le ponen el sello de calculador y frío hombre de poder.
Desde que asumió el cargo, en 1998, lo persiguen las acusaciones de haber logrado su privilegiado puesto por medios poco limpios. Desde entonces, se le acusa de haber impuesto un sistema autocrático.
Nunca se pudo comprobar jurídicamente nada en su contra, y por eso encara su tercer mandato hasta 2011, con el papel de "mejorador del mundo" y altruista.
De forma insistente Blatter se refiere al proyecto social que él inicio y que lleva por nombre Goal. "El futbol todavía no está donde yo quiero llevarlo", justificó su nueva candidatura al cargo, aunque ya llevaba nueve años y dos mandatos en el puesto.
A Blatter se le acusa de enviar 20 cartas con 50 mil dólares cada una a los delegados africanos de la FIFA en 1998. El lo justificó como pagos previos acordados para "federaciones en dificultades".