Usted está aquí: jueves 31 de mayo de 2007 Cultura Explora escritora la imposibilidad del amor al margen del género

Presentaron Tee, novela de Montserrat Hawayek, premio Rosario Castellanos 2006

Explora escritora la imposibilidad del amor al margen del género

ARTURO JIMENEZ

Ampliar la imagen La escritora Montserrat Hawayek (DF, 1968), ayer, durante la entrevista con La Jornada La escritora Montserrat Hawayek (DF, 1968), ayer, durante la entrevista con La Jornada Foto: Roberto García Ortiz

Un día, ante las dificultades en sus relaciones amorosas con los hombres, la escritora Montserrat Hawayek fue asaltada por la interrogante de cómo sería la naturaleza de esas relaciones con una mujer.

Hawayek (DF, 1968) decidió entonces explorar ese mundo para aclarar sus dudas, y las herramientas que escogió fueron las de la imaginación y la escritura literaria.

Su conclusión no fue sorprendente, en el sentido de que, como dice, ''el amor es difícil con quien sea, independientemente del género". Pero en cambio logró un libro que, al menos, en principio, pudo sorprender a los escritores Fabricio Mejía Madrid, Alvaro Enrigue y Mauricio Montiel.

De hecho, ese trío fue el jurado que le otorgó el Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 2006, por Tee, el mencionado libro, el cual, cosa poco común, acaba de ser publicado por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas.

Enrigue y Mejía, además de Eve Gil, comentaron Tee el pasado martes, en la Casa Refugio Citlaltépetl, en la colonia Condesa.

Tee, que el jurado eligió por ''poseer una voz narrativa original y propia, que responde a los requerimientos de la historia que relata", aborda la vida de Guinea, una amante del té con un sentido del olfato extremadamente desarrollado.

Esa capacidad, semejante a la de Jean Baptiste Grenouille, protagonista de la novela El perfume, de Patrick Süskind, finalmente le despierta a Guinea intensos deseos sexuales, que la acercan tanto a hombres como a mujeres, así como a mundos refinados y sórdidos.

Distancia de El perfume

-Hay quienes consideran que, en la literatura y en el arte en general, el erotismo y lo amoroso están un tanto pasados de moda, o más bien, que es muy difícil agregar algo nuevo. ¿Cómo enfrentó ese reto?

-Realmente, como es mi primera novela, no me di mucha cuenta de que fuera erótica, lo digo de manera honesta. Cuando uno escribe, está tan cercana al texto que no se da cuenta de asuntos como el género. Se tiene cierta noción, pero al mismo tiempo uno no se percata de si el género es erótico o si es de suspenso.

''Hace un momento los presentadores dijeron un chorro de cosas que yo ni imaginé. Uno prevé ciertos aspectos, pero hay mucho de espontaneidad y de cosas que salen."

Acerca de la comparación temática obligada de Tee con El perfume, Hawayek comparte: ''Obviamente, al hablar del olor leí la referencia de Süskind. No la utilicé para una cosa formal, es decir, no la manera en que él describe los olores, pero sí investigué cómo manejaba ese tema".

En ello coincide Eve Gil, quien considera que la escritora no tuvo presente a Süskind al crear Tee. Más bien, dice, pudo haber pensado en autores como Borges, Murakami y Pavic.

Para Hawayek, pues, ''la idea de Tee surgió como una pregunta, un poco ante la imposibilidad de las relaciones entre hombres y mujeres. A mí me habían tocado relaciones no muy afortunadas con los hombres, entonces, un día, me pregunté cómo sería el amor o tener una relación con una mujer.

''Y así comencé a imaginar, y ensayé a través de la escritura de la novela cómo sería explorar una relación con una mujer. Al final concluí que el amor es difícil con quien sea, encantador y no, con lo bueno y lo malo, independientemente del género."

 
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