Descarta Medina Mora que sea necesario el estado de excepción
El país posee los mecanismos y las capacidades para enfrentar los severos problemas que lo aquejan
El Estado mexicano posee los mecanismos y las capacidades para enfrentar los severos problemas que le aquejan, y no existen las circunstancias que le obligarían a aplicar el estado de excepción previsto en el artículo 29 constitucional, sostuvo el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora.
El funcionario respondió así a la solicitud de diputados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), con objeto de que se decrete la excepción dada la creciente violencia ligada al crimen organizado.
Replicó que se debe hacer frente a ese fenómeno con apego a la ley y con respeto a los derechos humanos como precondición a las tareas de la autoridad pública: ''Pero ciertamente tenemos capacidad de aplicación de la ley y capacidad de uso de la fuerza pública para restaurar o combatir, o perseguir delitos, o restaurar el orden público. Lo tenemos que hacer con pleno respeto a las garantías individuales y a los derechos humanos; no sólo estemos obligados ética y jurídicamente, porque cuando se pierde la autoridad moral se pierde la eficacia operacional''.
Reunido con los integrantes de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, Medina Mora descartó el pedido de aplicación del artículo 29 constitucional, al argumentar la necesidad de alinear todas las capacidades del Estado mexicano a partir del pleno respeto al orden jurídico, pero con un combate frontal a las expresiones violentas.
Asumió que el país se enfrenta a dos grandes problemas: ''Uno es la debilidad institucional y ésta no se refleja solamente al nivel más obvio de la instancia de gobierno próxima a la ciudadanía, como los municipios, las entidades federativas y las diversas instancias que tienen que ver con seguridad, administración y procuración de justicia, sino a nivel federal, y el segundo tiene una interacción con el primero, porque es la evolución reciente del fenómeno del narcotráfico, que tiene que ver con la involución criminal de las organizaciones dedicadas, antes, exclusivamente al tráfico de drogas''.
Baja el consumo de coca en EU
En su exposición y respuesta a los diputados, el procurador señaló que el mercado de las drogas en Estados Unidos ha cambiado en los últimos años, porque se ha detectado una disminución dramática en el consumo de cocaína, mismo que se ha sustituido por la ingesta de mentafetaminas. Es decir, muchos ciudadanos que se inician en el consumo de drogas en aquel mercado no consumen ya la cocaína.
Tal fenómeno ha incidido en la actividad de los cárteles de la droga, dijo el procurador, porque ''buena parte de la violencia que estamos enfrentando tiene que ver con la consolidación del mercado que resulta de esta caída de ingresos por la baja de los precios, y necesariamente tiene que haber una eliminación de competidores.'
''En los mercados desarrollados esto se hace con mecanismos civilizados, porque un jugador fuerte compra a un débil y otros quiebran. Aquí, el ajuste se da violentamente, y esto nos genera una disputa grave. El fenómeno al que nos enfrentamos es que, en esa lógica, las organizaciones criminales adoptan un modelo excepcionalmente territorial, ya no sólo en las zonas típicas de dominio en las cuales ellos tenían una presencia muy significativa en función del segmento de la cadena de valor en la que participaban, sino en la necesidad de ir a buscar otras fuentes de ingresos.''
Para el funcionario, en esas zonas -que no son muy extendidas geográficamente- la socialización mediática de ese fenómeno afecta el derecho a ir en paz de los ciudadanos, y eso es lo que el grueso de la población siente hoy perdido. Por tanto, ''hay una cierta pérdida de elementos centrales de la potestad del Estado de las geografías determinadas (...) Hay una toma de control de cuerpos policiales que son corrompidos por esas organizaciones; nos arrebatan a nuestros policías y además tienen la posibilidad de cobrar protección a giros negros o ilícitos en esas regiones donde pueden tener un cierto dominio territorial''.
Manifestó que la violencia inusitada de las bandas criminales tiene un objetivo comunicacional y político para generar intimidación y temor entre la ciudadanía, con el objetivo también de arrinconar al Estado mexicano.
Los operativos aplicados en el país, dijo el procurador Medina Mora, corresponden a una primera aproximación de lo que es el componente inicial de la estrategia integral ''de esta batalla por el derecho de vivir en paz y con tranquilidad; es algo más allá de una guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, es recuperar para los mexicanos la capacidad de vivir en comunidad, en paz y poder desplegar a cabalidad nuestro potencial personal, familiar y comunitario''.
Los operativos, insistió el funcionario, significan el uso de toda la fuerza que el Estado mexicano tiene a su disposición con objeto de recuperar las regiones dominadas por las bandas criminales. Esto permite, en primer lugar, abatir los niveles de violencia, generar un inicio de la recuperación de la confianza ciudadana y el espacio temporal, geográfico, social y político para atender el segundo componente de la estrategia, que es la reconstrucción del Estado, la recuperación del monopolio del uso de la fuerza al rehacer las organizaciones policiales bajo criterios homogéneos, con métodos y procedimientos sistemáticos de operación, con criterios de selección, tanto de los mandos como
de la normatividad y de los indicadores a partir de los cuales se desarrolla una policía eficaz''.
En el territorio nacional, concluyó el procurador general de la República, sólo 6 por ciento del total de policías corresponde al ámbito federal y el resto a los estados y municipios.