Usted está aquí: jueves 24 de mayo de 2007 Política Sombras en la evangelización de América, reconoce el Papa

Rectifica el pontífice lo dicho en Aparecida, Brasil

Sombras en la evangelización de América, reconoce el Papa

''Imposible olvidar los sufrimientos de los indígenas''

AFP, REUTERS

Ampliar la imagen Benedicto XVI, ayer en el Vaticano Benedicto XVI, ayer en el Vaticano Foto: Reuters

Ciudad del Vaticano, 23 de mayo. El papa Benedicto XVI reconoció las ''sombras'' que acompañaron la evangelización en América Latina, 10 días después de su polémico silencio sobre esta cuestión durante su viaje a Brasil. Como ya hizo tras visitar Auschwitz (Polonia) y Ratisbona (Alemania), el pontífice alemán, Joseph Ratzinger, aprovechó su audiencia semanal en el Vaticano para rectificar sus palabras ante la polémica que surgió por el discurso que pronunció el 13 de mayo en Aparecida, ante los obispos latinoamericanos.

El recuerdo del ''pasado glorioso'' de la Iglesia católica en América Latina ''no puede ignorar las sombras que acompañaron la obra de evangelización del continente'', declaró. ''No es posible olvidar los sufrimientos e injusticias infligidos por los colonizadores a las poblaciones indígenas, cuyos derechos humanos fundamentales fueron pisoteados a menudo''.

En Aparecida, Benedicto XVI afirmó que ''el anuncio de Jesús y de su Evangelio no conllevó en ningún momento una alienación de las culturas precolombinas y no impuso una cultura extranjera'', guardando silencio respecto de las matanzas que acompañaron esa evangelización. También agregó que ''Cristo era el salvador que los indígenas deseaban silenciosamente''.

Representantes de las comunidades amerindias y responsables religiosos expresaron su desacuerdo sobre la visión histórica dada por el pontífice. ''La evangelización fue una imposición ambigua, violenta, un choque de culturas que causó un perjuicio total a los indios'', recordó la teóloga católica Cecilia Domevi. A su vez, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, exigió al Papa que pidiera perdón a los indios de América por haber negado ''el holocausto aborigen''.

Reacciones a la corrección

La rectificación de Ratzinger ''es una corrección del discurso que hizo en Brasil. Es honroso que tenga el coraje de retroceder y reconocer los crímenes injustificables de los colonizadores y cómo fueron pisoteados los derechos fundamentales'' de los pueblos indígenas, dijo a Afp el asesor teológico del Consejo Misionero Indigenista de Brasil, Paulo Suess.

Por su lado, la Fundación Nacional del Indígena (dependiente del Ministerio de Justicia), por conducto de su asesoría de prensa, valoró ''positivamente que el Papa se haya retractado'' y que ''reconozca que fue un periodo sombrío''.

En conferencia de prensa de la quinta Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), que se realiza en Aparecida (Brasil), el obispo de Cuenca (España), José María Yanguas, destacó este miércoles el ''reconocimiento de la realidad'' por parte del pontífice. ''Sus palabras son de gran equilibrio, de reconocimiento de la realidad, de los factores más positivos y sin ocultar los más negativos, denunciados por grandes personajes en el siglo XVI, como Bartolomé de las Casas''.

Las palabras de Ratzinger fueron interpretadas por los expertos en temas vaticanos como una especie de redención para la Iglesia católica en esos ''crímenes'' cometidos por ''los colonizadores''.
El 13 de octubre de 1992, en Santo Domingo, su antecesor Juan Pablo II pidió a los descendientes de las poblaciones amerindias que perdonasen a los conquistadores españoles. Al contrario que Karol Wojtyla, Ratzinger ''es notablemente insensible al efecto que sus palabras pueden tener sobre quienes no pertenecen a su esfera intelectual y cultural'', declaró el vaticanista estadunidense John Allen, del diario National Catholic Reporter, en el sitio Internet de esa publicación.

Lo cierto es que se ha convertido en costumbre el que el Papa rectifique sus declaraciones. En septiembre de 2006, en Ratisbona, su discurso sobre las relaciones entre la fe y la razón causó una oleada de indignación en el mundo musulmán por el presunto nexo que implicaba entre Islam y violencia. Benedicto XVI se defendió de esas críticas e hizo públicas algunas precisiones, pero no se excusó por las mismas.

En mayo de 2006, durante su visita al campo de exterminio nazi de Auschwitz, el pontífice añadió de último momento a su discurso la palabra shoah, por consejo de sus colaboradores, y habló de 6 millones de víctimas polacas, sin precisar que la mitad fueron judíos.

Nuevamente volvió a intentar arreglar las cosas, cuando volvió a Ciudad del Vaticano hablando de ''unos 6 millones de judíos'' exterminados en los campos de concentración nazis.

 
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