Vicente Molina Foix vino a México para presentar su novela El abrecartas
La Guerra Civil Española ''aún tiene muchos segmentos por iluminar''
El escritor incursiona en historias olvidadas o silenciadas, como las de los sobrevivientes de ese conflicto
Mientras no se aclare ese periodo, será un fermento maligno, dice
El escritor Vicente Molina Foix se considera un abrecartas de historias olvidadas o silenciadas, como la de los sobrevivientes de la Guerra Civil Española, que aborda en su más reciente novela, mediante la correspondencia ficticia entre personajes relacionados con el medio literario, artístico e intelectual de España.
El autor español, que visita el país para presentar El abrecartas (Anagrama), señaló que ''la Guerra Civil Española y la posguerra tienen todavía muchos segmentos oscuros que hay que iluminar. Existen sobrevivientes de esos años que quieren, como es justo, tener su verdad, así como el reconocimiento de aquellos que murieron o fueron castigados por una derrota política; eso mientras no se aclare, quedará como una enfermedad, como un fermento maligno".
En la novela, ganadora del premio Salambó, se reflejan los pasados cien años de la vida española en el sugestivo entrecruzamiento de la trama con las historias privadas de un grupo de víctimas, supervivientes, vividores, apóstoles de la modernidad, muchachas modernas y malditos.
''Es la historia de un grupo de personas a quienes les afectó lo sucedido en España. El libro no es histórico sino novelesco, una fabulación donde son importantes los datos históricos que se van filtrando en las vidas privadas.
''Es una novela de vidas privadas y pasiones privadas, pero la pasión por la tragedia de la vida pública se cuela en cada momento de las vidas privadas. Ahora vive más tranquila España, pero la que yo viví y la que vivieron mis padres estaba sometida a muy grandes tensiones", expresó Molina Foix.
La voz de los perdedores
El abrecartas es un libro de creación de voces, donde el autor hace hablar a las personas y da más voz a los que se la merecen, que son los perdedores, aunque no se excluye la de los ganadores. ''El propósito de una novela consiste en igualar a todos los personajes en una historia de ficción en la que el fondo es histórico, pero el primer término es ficticio".
Fue un desafío para Molina Foix la creación de diversos personajes y darles estilos diferentes.
Al respecto, comentó: ''Las diferentes voces que doy a los protagonistas ha sido un gran reto, porque es difícil dar voz a una mujer burguesa catalana de los años 40, a un policía de origen gallego, después a un analfabeto, luego a Aleixandre, un escritor culto. Todo esto forma parte de la recreación de un gran coro, eso quería la gente y creo que salió bien.
''La ficción y la realidad -explicó el autor- forman parte del tejido de la novela, y en ella es permanente hacer real lo ficticio y también fabular lo auténtico. Es evidente que existió Federico García Lorca, que Vicente Aleixandre vivía donde vive, que María Teresa León, la primera mujer de Rafael Alberti, rescató unos cuadros del Museo del Prado. Son datos reales que al ponerlos en unos personajes de ficción de alguna manera se convierten también en ficción."
El escritor señaló que en la novela la memoria figura como el sustrato, como el alimento del libro. ''La historia tiene mucho de ella, en la obra hay mucha historia escuchada y oral. La memoria es el banco de datos del escritor".
Más de una treintena de protagonistas
En entrevista, Vicente Molina explicó que ''la novela en cartas avanza no con un intercambio de dos personajes, como suelen ser las epistolares, sino con múltiples voces que van creando espacios puramente narrativos y elementos de narración más parecidos a una novela, sin más, que a una epistolar".
La idea de la novela nació después de un viaje que el escritor realizó a Suiza, en junio de 2004, para escribir un breve texto sobre la emigración española a ese país. El libro incluye más de 30 protagonistas, algunos con nombres reales como Eugeni D'Ors, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Fernando Sánchez Dragó o Joseph María Castellet, mezclados con otros ficticios, como Setefilla Romero o Eulalia Taberner de Comella.
El abrecartas, de Vicente Molina Foix, se presentó el pasado martes en el Centro Cultural de España.