Usted está aquí: domingo 13 de mayo de 2007 Sociedad y Justicia Combatir el cambio climático no es un lujo para México: IPCC

Evidencias científicas sacan del clóset el debate sobre el problema: Ricardo Zapata

Combatir el cambio climático no es un lujo para México: IPCC

Las políticas a escala mundial se enfrentan a poderosos intereses económicos, advierte

MARIANA NORANDI

Ampliar la imagen Una joven carga a su hermana y mira las emisiones de humo de una fábrica en las inmediaciones de Yakarta, en Indonesia. El IPCC dice que el cambio climático debe ser visto como un problema económico global, no apenas como un dolor de cabeza ambiental Una joven carga a su hermana y mira las emisiones de humo de una fábrica en las inmediaciones de Yakarta, en Indonesia. El IPCC dice que el cambio climático debe ser visto como un problema económico global, no apenas como un dolor de cabeza ambiental Foto: Reuters

La solución a los problemas causados por el cambio climático es el uso de energías alternativas, pero éstas deben desarrollarse con programas sociales y actividades económicas sustentables para la población local, apuntó Ricardo Zapata, funcionario de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y miembro del cuarto Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) organizado por la Organización de Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial.

En entrevista con La Jornada, el economista fue rotundo al afirmar que el cambio climático no es ficción ni un fenómeno que padecerán futuras generaciones, "es algo que ya nos está afectando". Asimismo, manifestó que en el informe emitido recientemente por el IPCC se pasó de la teoría a "la evidencia científica" y el debate sobre este tema "salió del clóset".

-¿Qué valoración hace usted del cuarto informe respecto a los anteriores?

-Por un lado, por primera vez se hace más referencia a la literatura científica de los países en desarrollo y, por otro, se presenta una evidencia científica jamás vista, con la cual se ha sacado del clóset el debate que se había mantenido oculto y sordo durante mucho tiempo. Esta evidencia es realmente abrumadora en dos aspectos: el cambio climático no es una ficción y su impacto no afectará a futuras generaciones, es algo que ya está ocurriendo. Por otro lado, este fenómeno está teniendo una incidencia negativa en nuestras posibilidades de desarrollo y hay países que divergen del proceso de mitigación de gases de efecto invernadero porque tienen que proteger sus intereses económicos.

-¿Qué están haciendo los distintos gobiernos para combatir el cambio climático?

-En las diferentes zonas geográficas, los gobiernos actúan de manera diversa. Por ejemplo, en la Unión Europea ya se han fijado límites a las emisiones de gas invernadero e incluso están hablando de penalizaciones si no se cumplen ciertos objetivos de reducción de emisiones, lo que está impulsando la generación de actividades tecnológicas, productivas y económicas más limpias. En otros países, como los que están en vías de desarrollo, se piensa que el combate al cambio climático es un lujo que aún no se pueden permitir porque tienen una agenda cargada que busca mejorar las condiciones de bienestar y reducir los índices de pobreza. Pero esta visión tiene cada vez menos adeptos porque se está demostrando que una industrialización que no contemple tecnologías limpias, a la larga tiene un costo social mayor.

-Una de las polémicas que generó el cuarto informe fue el uso de la energía nuclear como alternativa a los combustibles fósiles, ¿cuál es su punto de vista al respecto?

-Toda tecnología tiene sus costos y beneficios. La energía nuclear puede ayudar a reducir las emisiones de gas invernadero, pero genera un grave problema de eliminación de desechos, los cuales permanecen por siglos. La sociedad tiene que evaluar las consecuencias y beneficios de la energía nuclear y buscar la forma de que sus desechos no provoquen escenarios catastróficos. Por otro lado hay energías ambientalmente más amigables y menos costosas, como la fuerza de las mareas, el viento o el sol, pero deben aplicarse de acuerdo a las condiciones geográficas, culturales y sociales de cada país. Las energías alternativas son la solución al cambio climático, pero tienen que darse de una manera integral y sistemática, es decir, acompañadas de programas sociales y de actividades económicas que permitan la sustentabilidad de la población local.

-Recientemente el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Elvira Quesada, dijo que el eje central de la estrategia de México en materia de cambio climático apunta hacia la reforestación, ¿es viable este plan de México?

-En años recientes, México ha realizado buenas evaluaciones de su situación ambiental frente al cambio climático, los informes que ha presentado son técnicamente sólidos y demuestran que se cuenta con capacidad científica. Pero falta encontrar los instrumentos económicos para hacer viables ciertas políticas de gestión ambiental que incidan positivamente en los problemas que pueda generar el cambio climático. Los procesos de deforestación tienen que ver con los modos de producción, con la expansión de la frontera agrícola y la zona urbana, los cuales son irreversibles. Por lo tanto la reforestación es buena, pero tiene que ir aunada de consideraciones ambientales, geográficas y sociales.

-¿Qué otras medidas debería adoptar México?

-Frente al cambio climático hay dos tipos de medidas: las de mitigación de gas invernadero, y ahí la política tiene que apuntar hacia la producción limpia; y las de adaptación.

Frente a la vulnerabilidad de México las distintas instancias de gobierno, federal, estatal y municipal, se tienen que poner de acuerdo para tomar medidas que permitan adaptarse a esta nueva situación.

-Los desastres naturales que hemos vivido en el país, como el tornado reciente en Piedras Negras, Coahuila, ¿tienen relación con el cambio climático?

-No todo meteoro extremo tiene relación con el cambio climático. En México las evidencias que tenemos de este fenómeno apuntan a cierto promedio mayor de la temperatura oceánica, la reducción de nieves eternas en volcanes, la elevación del mar en algunos lugares y algunas alteraciones de regímenes pluviométricos.

 
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