Usted está aquí: jueves 10 de mayo de 2007 Sociedad y Justicia Es un mito la idea en AL y el Caribe de que contratar mujeres implica más gastos: OIT

Se tiene la percepción de que las de edad fértil "siempre están prestas a embarazarse"

Es un mito la idea en AL y el Caribe de que contratar mujeres implica más gastos: OIT

Las erogaciones asociadas a la maternidad se cubren con fondos públicos y de seguridad social

CAROLINA GOMEZ MENA

Entre los empleadores de América Latina y el Caribe persiste la idea de que contratar a una mujer en edad fértil implica un desembolso mucho mayor de dinero, pues se tiene la percepción de que "siempre están prestas a embarazarse", lo que además de no ser una realidad absoluta, no contempla que en la mayoría de las naciones los "fondos públicos y los sistemas de seguridad social" financian la atención médica, establece la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Destaca que en un análisis realizado en la zona, se constata que "los costos monetarios directos para el empleador asociados a la protección de la maternidad y al cuidado infantil representan menos de 2 por ciento de la remuneración bruta mensual de las mujeres".

Derivado de lo anterior, se sostiene que la consideración de si las contratan tendrán más gastos, "más bien es un mito", que no obstante sostiene y alienta prácticas discriminatorias hacia las mujeres. En razón de esto, dichas excusas continúan siendo los factores responsables, aunque injustificados, de la resistencia de los empresarios a contratar, capacitar o promover a las mujeres que trabajan.

El organismo precisa que, "obviamente", la maternidad no sólo implica los gastos médicos del proceso, sino también las licencias por maternidad, los reemplazos derivados de éstas y el tiempo destinado a la lactancia, pero acota que aún así los costos son bajos, y están incluidos en el 2 por ciento de la remuneración bruta mensual del sector femenino.

Desde 1919, la OIT adoptó el convenio C-3, el primero de protección de la maternidad. Este fue seguido por el 103, de 1952. Pero dados los cambios en el mundo del trabajo y la familia, el 15 de junio de 2000 se concretó la aprobación del acuerdo 183. Este último entró en vigor en 2002, y según los expertos, representa un significativo avance, pues protege a todas la mujeres empleadas, incluidas las que desempeñan formas atípicas de trabajo, con lo cual también abarca al denominado sector informal.

No obstante lo anterior, la OIT remarca que aún resta mucho por hacer en favor de la equidad de género, e insiste en que para mejorar su condición laboral se deben mantener y reforzar las legislaciones nacionales de protección a la maternidad y los servicios de cuidado infantil, así como incluir entre los objetivos de las empresas el establecimiento de estrategias que concilien la vida laboral con la familiar y doméstica de ambos sexos, entre otras acciones.

En 2002 la OIT realizó un análisis sobre el tema en cinco países, entre ellos México, y llegó a la conclusión de que el hecho de que los costos monetarios relacionados con la protección de la maternidad y el cuidado infantil sean "tan reducidos" no responde a una cuestión de orden demográfico, sino a que la atención médica recae en la seguridad social, y remarca que las aportaciones que hace el patrón a estos sistemas "son independientes del sexo y la edad de los trabajadores, lo que significa que no deben desembolsar mayor cantidad de dinero a la seguridad social por una mujer que potencialmente puede quedar preñada".

Según este reporte, la incidencia anual de embarazos entre las asalariadas es baja y, por lo tanto, también las licencias de maternidad y las prestaciones asociadas, y todo esto se debe a la baja en la tasa de fecundidad en la mayor parte de las naciones. Por ejemplo. mientras en México es de 7.5 por ciento, en otras naciones, como Argentina, es de apenas 2.8 por ciento; en Brasil de 3, en Chile de 4.5 y en Uruguay de 5.9.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en México hay 11.4 millones de madres trabajadoras, es decir, 41.2 por ciento de las de 14 años y más.

 
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